Una guardiana de los niños
Bienvenidos los niños. Iris Mangas hace 30 años se encuentra trabajando en el Jardín Frutillitas Nº1 de Libertad y Güemes, siendo la primera en llegar, la última en irse, además de ser la encargada de abrir la puerta para recibir a los infantes y estar encargada de la cocina, una profesional que se siente feliz de trabajar con las infancias
El cielo muestra los primeros rayos del sol en cada mañana e Iris Mangas se encuentra en la entrada del Jardín Frutillitas de Avenida Libertad y Güemes dispuesta a abrir las puertas a una nueva jornada en el cual un centenar de familias le confían a las maestras jardineras sus tesoros más preciados como lo son sus hijos.
Allí está Iris, haga frio; calor; llueve; truene o nieve. Ya con la mañana iniciada, el timbre suena y es ella la encargada de con una sonrisa en su rostro recibir a los niños y dirigirlos a sus salas, así como también de estar presente a la hora de despedirlos. Entre las innumerables funciones, Iris es la encomendada de una tarea fundamental como la alimentación, ya que es la responsable de la cocina del Frutillitas Nº1, quien con mucho amor y dedicación deleita con sus recetas a los 105 infantes que asisten a la institución.
Con tres décadas de trabajo en el Jardín, teniendo en cuenta que la institución fue fundada hace treinta y tres años, Mangas es una figura indispensable en el Frutillitas. En el marco del Día de la Niñez, La Voz del Pueblo dialogó con Iris para conocer su vínculo con los más pequeños, en una ardua tarea que cumple hace 30 años, con una jubilación en vistas.
“Yo me encontraba sin trabajo y me llamaron un día a las 8.30 de la mañana si a las 9 podía entrar y así empecé. Primero hacía cinco horas distribuidas entre mañana y tarde, luego pasé a hacer 8, hasta que un momento llegué a trabajar 10 horas”, indicó Iris.
Mangas entró como auxiliar, “hasta que quedé a cargo de la sala de bebes y luego pasé a la zona de deambuladores, posteriormente me necesitaron en la cocina, en donde estoy hace más de 10 años”.
La ductilidad de Iris en el Frutillitas es una de sus principales virtudes, según indicó: “Me propusieron para la cocina y me la jugué a entrar porque me encanta. Donde me necesiten estoy, si hace falta alguien en una sala, abrir la puerta o cambiar a un bebé yo lo hago con el mismo entusiasmo”.
Referente
En la entrevista estuvo presente Karina Molina, la directora de los Jardines, quien definió a Iris como una “referente del Frutillitas Nº1”.
Con 30 años de trayectoria, a Iris le ha tocado recibir hijos de padres jóvenes que supo cuidar en sus inicios. “Han pasado nenes que los tuve en la sala y ahora son papás que dejan a sus hijos y me dicen ‘todavía estas acá’, me quedó con que me dicen que estoy igual”, dijo entre risas.
Asimismo ratificó que le genera satisfacción “que esos padres vuelvan a confiar”. Destacó la buena relación con los papás, “ese fue uno de los motivos por los que estuve a cargo de las salas de bebés y deambuladores, me gustaba mucho, porque es un área mucho más maternal”.
Todo niño tiene un anhelo especial por la comida, teniendo en cuenta la importancia de la alimentación en una etapa de desarrollo como lo son los primeros años, en los cuales una buena nutrición ayuda al desarrollo del cerebro, la tarea de Iris en la cocina resulta fundamental. “Hay una chica que entró hace poco como auxiliar, que venía de pequeña al Frutillitas y dice que se acuerda de los postres que yo hacía. Siempre me pongo a pensar en hacerles una comida rica, que les sea sabrosa y también nutritiva”, sostuvo.
Este año se cumplen diez años del fallecimiento de Graciela Vizzolini, fundadora de la Asociación de Amigos del Menor y la Familia, que nuclea a los Jardines Frutillitas. “Mi relación con Graciela era muy buena, yo trabajaba en la fábrica de fideos Vizzolini y por intermedio de su esposo me recomendó, era muy buena persona, ella estaba muy presente en los Frutillitas”, señaló Iris.
La razón social del Frutillitas de ser un espacio para aquellas familias que no pueden pagar una guardería, alcanza y compromete a cada una de sus maestras. “Si se necesita dinero yo hago comida para vender, me involucro con la feria de ropa, hace unos días organizamos un bingo, estoy dispuesta a todo, no me importa venir sábado y domingo, también he traído a mi esposo para colaborar, siento un amor especial por la institución”, expresó.
Madre
Además de ser una fuente de trabajo, Iris tuvo la posibilidad de criar a su hijo en el Jardín. “Me ayudó un montón, yo necesitaba que alguien me diera la oportunidad de trabajar y tenerlo cerca que no todos te dan esa posibilidad. No estábamos juntos, porque eran salas distintas, pero sabía que estaba en un lugar seguro”, aclaró, además de indicar que “el Frutillitas ha sido parte de mi vida”.
Asimismo sostuvo que la crianza de su hijo no le fue difícil ya que “me ayudaron tanto, yo me sentía tan acompañada que lo podía traer y por eso pude trabajar tantas horas, con mi hijo fuera no hubiera podido”.
Este año, Iris se jubilará de sus funciones, no obstante le será difícil desvincularse de la institución. “Yo no me quiero ir, seguiré colaborando desde donde sea, todo lo que puedo hacer y colaborar lo hago”, sostuvo.
“Me siento orgullosa de trabajar acá, porque yo sé lo que se hace adentro”, concluyó.