Un “asadito malvinero” y el esperado abrazo, 42 años después de la guerra
A través del colectivo Malvinas Siempre, la historia del encuentro de María Melián y el veterano de guerra de Malvinas Héctor Sergio Urbieta
El viernes por la noche tuvo lugar un singular y emotivo encuentro del colectivo Malvinas Siempre. En la ocasión, un grupo de colaboradoras y colaboradores organizaron una cena en la que participaron los veteranos de la guerra por las Malvinas Héctor Sergio Urbieta y José Gabriel Marín, acompañados por sus esposas, Vicky Perretti y Andrea Hernández respectivamente.
Las cartas
A principio de este año, la tresarroyense María Melián, en ocasión de la muestra que el colectivo Malvinas Siempre montó en el museo Mulazzi de Tres Arroyos, comenzó a contar una historia que tenía muy guardada en su corazón.
María tenía trece años cuando se desató el conflicto armado. Como muchas jóvenes de la época, María escribió una carta a un soldado que estuviese apostado en Malvinas. Una noche, Héctor estaba cumpliendo tareas de logística en las Islas Malvinas cuando sintió que un papel se le había pegado al cuerpo. Lo tomó y lo guardó en un bolsillo. Era la carta de María que luego lo acompañó durante la guerra, dándole coraje, hasta que las fuerzas inglesas se la quitaron cuando cayó prisionero.
María y Héctor se escribieron unas pocas cartas más luego del conflicto armado. Cada cual siguió con su vida sin más novedades. Con el advenimiento de las redes sociales, María buscó a Héctor por Facebook. Sorpresivamente, ambos conservaban las esquelas que habían intercambiado. A pesar de los años y del transcurso de sus vidas, sentían que habían sido importantes en la vida del otro, a pesar de la corta edad y de la brevedad del intercambio epistolar. Más de 42 años debieron pasar para que María y Héctor se encontraran personalmente por primera vez.
El primer paso
En aquellos días de marzo, la conductora Adriana Gaitán comenzó a militar la idea del encuentro. A modo de chiste, decía que iban a alquilar un colectivo y que iban a “caerle” a Héctor en Chañar Ladeado, Santa Fe.
María se imaginaba una y otra forma en la que se darían ese postergado abrazo. Hacia mediados de año, Rosana Greco, fotógrafa y coordinadora del colectivo cultural Malvinas Siempre, realizó un breve ensayo fotográfico acerca de la historia de María y Héctor, que materializó a través de un video corto.
A través de María, el ensayo fotográfico llegó inmediatamente a la pantalla de Héctor, quien ya tenía contacto con el colectivo cultural a través de la página en Facebook. Héctor no dudó en pedirle a Rosana que fuese su “cómplice” para sorprender a María.
Una sorpresa
El deseo de Héctor no se hizo esperar. Rosana Greco y Carlos Molfese, contactaron inmediatamente a las colaboradoras más cercanas: Adriana Gaitán, Inés Segovia, Claudia Fichera y Carla Iturralde, quienes supieron guardar el secreto de la sorpresa por un par de meses.
Héctor y Vicky pusieron fecha y lugar: once de octubre en Tres Arroyos. Varios chats se sucedieron hasta que, por fin, la idea de un “asadito malvinero” tomó cuerpo por ser la idea más creíble y factible entre el torbellino de opciones y posibilidades para pensar el encuentro.
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Corazón de Fiat 600
En 2018, cuando Rosana Greco, Sofía Molfese Greco y Carlos Molfese viajaron a las Islas Malvinas, llevaron una bandera de la Filial Franco Bianco del Fiat 600 club. Si bien la familia ya no tiene el vehículo que la acercó a la agrupación tresarroyense, los vínculos con sus integrantes permanecen hasta la fecha.
Es así que, como forma de apoyo al encuentro nacional que se está llevando a cabo en el distrito, el colectivo Malvinas Siempre, invitó al veterano José Gabriel Marín, proveniente de Mar del Plata, a compartir el “asadito malvinero”. Gabriel es actualmente auxiliar en educación en una escuela de Batán y activo “malvinizador”. Su fiat 600 es inconfundible emblema de ello.
Algo de reposo
Imprevistamente, y cuando toda la organización ya estaba en marcha, María tuvo un inconveniente pasajero de salud que la llevó a guardar algo de reposo. Héctor ya estaba en viaje cuando se enteró de la noticia que le provocó un profundo disgusto. Sin embargo, el plan continuó en pie, aunque las circunstancias del encuentro podrían ser diferentes a las imaginadas.
Fabián Pierini, esposo de María, se convirtió en el informante clave del estado de salud de su esposa, y un nuevo “cómplice necesario”, dispuesto a acompañarla a la cena. Adriana no dudó en elaborar una estrategia bastante creíble para que, finalmente, María pudiese estar presente, con los cuidados necesarios, creyendo que estaba siendo parte de una sorpresa para Rosana.
Llegó el día
Sofía y Gian, dos jóvenes del colectivo Malvinas Siempre, Gabriel y Andrea, no dudaron en prenderse en el pedido de simulación. Como había sido previsto, María y Fabián fueron los últimos en llegar. Mientras Sofía y Claudia se ocupaban de registrar el ansiado encuentro entre María y Héctor, Gian le pedía a María que le leyera la carta, aquella que recibió en 1982 desde las islas Malvinas. La excusa del “proyecto escolar” sirvió de trasfondo para lo que se venía. Por su parte, Adriana avanzaba con la idea de que el “asadito malvinero” era una suerte de sorpresa para Rosana.
Gabriel fue por un rato, en la imaginación de María, el periodista que venía a conocer al colectivo cultural. María se adentró en la lectura hasta que, intempestivamente, fue interrumpida por Héctor, con quienes se fundieron, entre lágrimas, en un caluroso, apretado y esperado abrazo.
En poder del Colectivo
Héctor ha conservado las cartas y una foto de María por todos estos años. Como corolario de la confianza que el colectivo cultural le ha inspirado, Héctor tomó la decisión de dejarlas en custodia del grupo para que la historia se siga contando.