Tras las denuncias de incidentes, desde el Programa Envión invitan al diálogo
A raíz de una serie de episodios que apuntan a los asistentes del programa de inclusión social financiado por la Provincia, desde la dirección del mismo manifestaron su intención de aclarar la situación y hasta disculparse con los damnificados si es necesario.
Luego que distintos vecinos de la céntrica cuadra de Sarmiento al 500 compartieron con este diario su preocupación por la conducta de menores de edad que asisten a la nueva sede del programa Envión, ubicada en la citada calle, a metros de la intersección con Sebastián Costa, el director del Programa en Tres Arroyos, el profesor Juan Tapertti, indicó que hay voluntad de conversar con los vecinos sobre el tema y, si es necesario, pedir disculpas por alguna de estas acciones.
La respuesta del docente surgió tras conocerse el hecho más reciente informado a este diario poco después que sujetos desconocidos detonaron un explosivo, presumiblemente un petardo, en el vestíbulo de una de las casas antiguas que caracterizan esa cuadra, ubicada a unos 300 metros del corazón céntrico de Tres Arroyos.
Cuando este diario tomó contacto con una de las moradoras de la vivienda atacada anoche, quien bajo reserva de identidad a raíz del temor que le genera la difícil situación, compartió sus sospechas sobre los adolescente que acuden al lugar, fundamentó su postura a raíz de los incidentes sufridos hace 15 días, mientras estaba trabajando en la restauración de su propiedad. Justamente en ese momento, en horas de la mañana, uno de los tres jóvenes que pasaba caminando por su vereda (y a quien asegura que conoce de estar vinculado al programa de integración social) cuando ella manipulaba una amoladora, la sorprendió con un grito y la sacudió, antes de continuar caminando hacia la calle Roca, donde según el mismo testimonio, los tres jóvenes bloquearon el recorrido de otro adolescente que caminaba en sentido contrario, al que increparon e hicieron que cruce hacia la acera opuesta para evitar un episodio violento.
Luego de ver eso, la mujer se dirigió a las instalaciones donde funciona el Programa Envión, una actividad promovida por la Provincia de Buenos Aires para jóvenes de entre 12 y 21 años, con 550 sedes en todo el territorio bonaerense, entre las que figura la de calle Sarmiento 582, en nuestra ciudad. Al llegar, comentó fue recibida por una autoridad que le manifestó la obligación de que los menores que acuden ahí circulen por la calle acompañados de un mayor, algo que no se estaría cumpliendo.
Tras manifestar su queja, en una de las mañanas siguientes, la vecina volvió a cruzarse a los problemáticos jóvenes en la calle, oportunidad en la que, de acuerdo a su relato, luego de intentar cerrarle el paso ubicándose en línea recta sobre la vereda, la insultaron una vez que ésta logró esquivarlos y continuó su recorrido rumbo a casa.
Instantes más tarde, volvió a ser increpada por los desconocidos cuando éstos pasaron por su casa.
En esa oportunidad, regresó a la sede de asistencia social para manifestar su malestar, y volvió a ser recibida por las mismas autoridades, aunque recordó que, momentos antes, un docente del lugar le reconoció que no era la primera vez que alguien iba con quejas de ese tipo al edificio.
La gota que rebalsó el vaso ocurrió anoche, cuando autores ignorados le arrojaron un petardo a través del buzón de su vestíbulo, generándole un gran susto que fue escuchado por otros vecinos. Las situaciones vividas con anterioridad, la llevaron a sospechar de las mismas personas y, en las próximas horas, la damnificada iba a realizar la correspondiente denuncia en la Comisaría Primera.
Charla y disculpas
Consultado sobre los incidentes en el marco de los cuales son señalados los asistentes al Programa Envión, su director, el profesor Juan Tapertti, lamentó la manera en que trascendieron los hechos y se mostró abierto a conversar sobre el tema con los vecinos afectados y, si es necesario, pedir disculpas a las personas afectadas.
“Estamos vinculados a los servicios sociales de la ciudad y todos los lunes nos reunimos para acercarnos a los casos. Estamos con un montón de talleres y yo siento que esta nota (por la primera publicación del caso en las redes del diario) debilita la posibilidad de que los pibes puedan estar en una zona casi residencial, un objetivo que hemos perseguido estos años”, explicó, antes de agregar, “cuando surgió la posibilidad de crear el centro Jauretche, fuí uno de los responsables en reclamar que sea un lugar donde podamos generar integración con los sectores medios de la ciudad”.
Al respeto, el docente que integra el equipo de trabajadores sociales desde los inicios de Envión, recordó incluso otro episodio aislado, pero no menos preocupante, que terminó resuelto de la misma manera a la que por estas horas anhela resolver. En ese sentido, Tapertti dijo que una vez llegó a tomar contacto con un vecino que circulaba armado a raíz de ciertas conductas antihigiénicas y por exceso de vocabulario inapropiado de los asistentes al programa, aunque no justificable del uso de un arma de fuego como llegó a exhibirle, “no llegamos a denunciarlo, pero nos encargamos de suspender las actividades ese día y llevar a los chicos a sus casas. De esa persona me ocupé yo, le pasé mí número de teléfono, me escribió diciendo que estaba todo bien, que no quería que haya problemas, pero veía a los chicos que corrían, cosas de adolescentes. Él mostró el arma, pero no fueron nuestros chicos. Fueron dos días de mensajes”
Ahora, ante la trascendencia de los episodios más recientes, manifestó su voluntad de dialogar con los vecinos preocupados y solucionar los inconvenientes, “nosotros queremos interactuar con la gente que ha sufrido este tipo de episodios. Aprovechar estos momentos de encuentro para revisar lo ocurrido. Porque estamos para eso, no solo para insertar a los chicos en la sociedad, sino también para poder estar con la comunidad y hablar ante situaciones que pasen. Que los chicos puedan dar sus explicaciones o pedir disculpas. Porque el objetivo es integrarse socialmente”, comentó en el cierre.