Román vive un sueño hecho realidad
Román Castro tiene 17 años, es cantante, está viviendo un ascenso meteórico en la música, y dará un paso gigante con Bonita Remix, de la mano de dos artistas de renombre internacional
Por Juan Falcone
Tres Arroyos tiene jóvenes talentosos. Grandes perfiles en diferentes disciplinas, ya sean deportivas, artísticas o educativas, siempre aparece alguien que despunta y por su esfuerzo y constancia logra destacar a una corta edad. Román Castro es uno de esos pibes que debe enorgullecer a nuestra ciudad. No por únicamente crecer a pasos agigantados en la música, sino por el trabajo que eso tiene por detrás.
Román es uno de los artistas que compuso “Bonita”, junto a Skar NS -también artista tresarroyense- y Franco Lionti, que es oriundo de Avellaneda. Un tema que acumula miles de reproducciones en diferentes plataformas, que Franco pudo interpretar en Nadie Dice Nada, de LuzuTV, reconocido canal de streaming, y que gracias a la gran exposición que está teniendo la canción, dos artistas muy reconocidos de la escena se comunicaron con ellos para formar parte de Bonita Remix.
Estos artistas son The La Planta, el cantante uruguayo cuenta con más de 700 mil seguidores en YouTube y cuenta con más de 900 millones de reproducciones acumuladas y Valentín Acosta, el cantante e influencer cuenta con más de 1,8 millones de seguidores en Tik Tok.
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Es una buena forma de dimensionar a la escala que dos jóvenes tresarroyenses lograron subir. Ellos van a protagonizar el remix de su canción con dos artistas que son furor en Sudamérica, y para conocer toda esta emocionante situación que están viviendo, Román Castro visitó La Voz del Pueblo y comentó cómo se dio esta increíble historia.
Sus inicios
Román inició en el rap de la mano del freestyle, tuvo sus primeros pasos en la música en las competencias de plaza, cuando tenía tan solo 12 años: “Ya venía juntándome a rapear con un amigo, y estábamos toda la noche rapeando. Un día mi vieja me dijo que había una competencia en Claromecó, y yo tenía muchas ganas de competir, pero a mi amigo le daba vergüenza, así que no me acompañó y le mandé yo. Desde ahí que me quedé muy enamorado de las batallas, quería ir a todas las competencias que había”.
Por más que el amor por las competiciones estaba, encontró una pasión aún mayor, que era componer su propia música: “Fue hace muy poco, creo que enero del año pasado. Ahí empecé a hacer música más seguido, primero pasé por el rap, trap, reggaetón, hice de todo un poco, creo que hasta tengo una salsa hecha. Empecé a hacer música y se me dio lo de cantar en la Fiesta del Trigo con 15 años, que fue una locura”.
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Y desde ese momento le tocó subir a bastantes escenarios, siempre evolucionando y viendo que el arte y la música era su camino. Tras la Fiesta del Trigo llegó también la oportunidad de subirse al escenario en los Juegos Bonaerenses, y en todo momento sintió que ese era su lugar: “Yo venía haciendo música buscando eso, siempre manifestándolo. Y cuando se dio no lo podía creer. Siempre que estoy arriba del escenario empiezo a rapear o a cantar y pongo la mente en blanco, estoy yo solo ahí arriba, por suerte los nervios nunca me jugaron una mala pasada”.
Componer música se transformó en su camino porque es algo que “en su momento me desahogaba bastante, entonces empecé de a poco a usar ese recurso que tengo. El freestyle me ayudó un montón, y me sigue ayudando hoy en día, porque la mayoría de las canciones las arranco tirando freestyle”.
Crecer como artista
Mejoró las letras, pasó por varios ritmos, y cuando se juntó con Skar empezó a notar que la música era su camino. El primer paso fue descubrir lo bien que se desenvolvió en el ritmo de cumbia, y como pudo conectar también con Skar: “Me largué a la cumbia con un tema el año pasado. Me acuerdo de que estaba por salir, pusimos una instrumental, y de ahí salió Vuelta. Se lo pasé a Skar, le gustó, lo grabé con el teléfono y después lo sacamos. Ahí dije que la cumbia era el lugar donde me sentía más cómodo, incluso hasta para los shows”.
Faltaba una pieza para llegar a la fórmula del éxito que desencadenó Bonita, que fue formar este grupo de tres junto a Franco Lionti: “El vínculo con Franco salió en un cumpleaños de Skar, que dijo que había un pibe en Buenos Aires que estaba en la misma situación que él, en silla de ruedas. Y ese día Franco estaba justo haciendo cumbia. Hicimos Descontrol -que le fue bastante bien- y se lo pasamos a Franco, a él le gustó y desde ahí comenzó el camino de la cumbia”.
Bonita
Franco visitó Tres Arroyos para grabar el tema Descontrol, y a partir de esa reunión, corrían horas de la madrugada cuando Román estaba componiendo y nació el estribillo de Bonita: “Franco había venido a Tres Arroyos a grabar el videoclip de Descontrol y yo un día en casa empecé a componer y salió el estribillo. Se lo pasé a Franco, le re gustó y quedó ahí. Después cuando vino, volvimos a escuchar ese audio y dijimos tenemos que seguir por acá, de ahí salió Bonita”.
Franco y su pareja son influencers, y cuentan con miles de seguidores en redes, por lo que la canción tuvo una aceptación positiva, pero todo se masificó cuando Nico Occhiato se comunicó con Lionti para que toque el tema en vivo: “Gracias al apoyo de la gente, un día Nico Occhiato los vio, y cuando se dio que Franco vaya al estudio de LuzuTV a cantar el tema no lo podía creer”.
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En ese momento, la audiencia del programa Nadie Dice Nada viralizó el tema, y a partir de ahí nace el contacto con The La Planta y Valentín Acosta, dos artistas a quienes les gustó el tema y hablaron con Franco para formar el remix. Para Román fue algo emocionante, ya que dentro del género The La Planta es uno de sus referentes: “Franco fue a Luzu, y The la Planta le mandó un mensaje de buena onda, lo invitó a Bonita Remix, se copó y sumó a Valentín Vargas, que tiene un vozarrón increíble. Yo a The La Planta lo tengo allá arriba porque lo admiro muchísimo, todavía no caigo lo que pasó”.
Fueron a Buenos Aires, grabaron el Remix, rodaron el videoclip, lo que fue una experiencia inolvidable para Román. Pero recordemos que sigue siendo un adolescente, por lo tanto, tras grabar tuvo que volver al colegio, donde sus compañeros lo recibieron con alegría: “Los pibes súper contentos, ya desde antes de que vaya a grabar estaban todos a la espera. Me pasó que estaba saliendo del colegio y vinieron las preceptoras a sacarse fotos conmigo, no lo podía creer”.
Román le agradeció por el apoyo a su mamá y a su entorno más cercano “todavía no puedo creer lo que está pasando, y ellos siempre están ahí atrás, con mensajes de buena onda, intentando calmarlos nervios”.
Para concluir, dedicó un mensaje para jóvenes como él, que tienen sueños y objetivos grandes, y los incentivó a que los persigan: “Metanle para adelante, si tienen algún sueño y ustedes de verdad lo quieren conseguir y quieren cumplirlo, en algún momento, ya sea mañana, pasado, en dos o tres años, siempre va a llegar”.