¿Qué es la Inteligencia Emocional?
Por Martina Lasaga (*)
La Inteligencia Emocional (EQ), término ampliamente desarrollado por Daniel Goleman a nivel organizacional, es la capacidad de una persona para gestionar y comprender con éxito no sólo sus emociones, sino también, las emociones de las personas que la rodean.
La EQ (por sus siglas en inglés) es un concepto que ha captado la atención tanto a nivel profesional o empresarial como personal y hasta en el rendimiento de atletas y deportistas.
Por ejemplo, alguien que posee un elevado EQ está preparado para responder de manera constructiva a situaciones desafiantes porque es capaz de gestionar de manera asertiva sus emociones.
Desarrollar tu EQ significa un mayor grado de autoconciencia y estar más preparados para que esto no obstruya en la toma de decisiones.
A su vez, una buena gestión emocional aumenta la empatía y la asertividad.
Pilares de la inteligencia emocional
-Autoconocimiento (entender nuestras propias emociones y sentimientos)
-Gestión emocional (autocontrol)
-Automotivación
-Empatía (habilidad para reconocer las emociones de los demás)
-Habilidades sociales (capacidad de comunicarse y relacionarse de forma asertiva, generar confianza)
Características de una persona con alto EQ
-Agradecidos
-Equilibrados
-Toman los desafíos como oportunidades
-Son mejores líderes
-Poseen mayor autoconciencia
Liderazgo & EQ
En plena era del ‘yoísmo’, en la que todos somos instigados para fomentar nuestro narcisismo, la presencia de personas empáticas resulta cada vez más extraordinaria. Lo que sí abunda en muchas ocasiones es la sensación de invisibilidad durante las conversaciones con otros, en las que parece que no hay hueco para hablar de lo nuestro, y de las que salimos con un sentimiento de vacío, como si nuestro interlocutor nos hubiese quitado la energía.
La Dra. Jenny Who, consultora empresarial y creadora de una empresa de juegos de cartas centrados en la inteligencia emocional, identifica tres aspectos que distinguen a una persona con alta inteligencia emocional frente a una que no la tiene. Esto resulta clarificador para poder protegernos de aquellos que, quizás, tan solo nos utilicen como meros oyentes, sin que sintamos un interés genuino hacia nuestra persona.
Esta educadora, formada en Harvard y en el ámbito de recursos humanos, establece tres claves que definen a una persona con una inteligencia emocional por encima de la media, y que sin duda podemos traspolar al concepto de liderazgo.. Toma nota si querés identificar a los vampiros emocionales o si, por el contrario, estás pensando en hacer una mejora en tus habilidades sociales.
Tres pistas
Las personas con una capacidad mayor para desenvolverse emocionalmente con el otro tienen el don de hacer sentir especial a alguien en el desarrollo de una conversación. Se muestran interesados por sus pensamientos, opiniones y experiencias, estableciendo así un vínculo fluido con la persona, que rápidamente se sentirá en un espacio seguro y cómodo en el que hay un diálogo equilibrado entre ambas partes.
Si haces esto en tus conversaciones, demostrarás inteligencia emocional y empatía.
Por otro lado, estas personas son buenas leyendo a los demás, y esto hace que consigan crear un clima de confianza y respeto en sus interacciones sociales. Lejos de mimetizarse o ser pretendidamente manipuladores, sí permanecen atentos a las palabras, al ritmo o al tono que establece su interlocutor, para así poder acompañarlo y tratar de favorecer una conexión más profunda en un marco de confianza y respeto.
La sinceridad es la otra clave en la inteligencia emocional. Quienes tienen más desarrollada esta capacidad, no suelen tener problemas en hablar con franqueza de asuntos que otros sin duda se guardarían. Hablar de los fracasos del mismo modo en que lo hacen de los éxitos es, para ellos, una forma de crear un vínculo más real con los demás. Lejos de querer impresionarlos, tan solo pretenden conocerlos, mientras ellos también se dejan conocer, en lo que supone una perfecta comunicación en dos direcciones.
Check list
Para poder evaluar tus niveles de EQ te propongo las siguientes reflexiones:
¿Qué emoción estoy sintiendo?
¿Esto me hace sentir bien o mal?
¿Cuándo comencé a sentirme de esta manera?
¿Hay algún factor que esté potenciando o condicionando este sentir?
“El control de la vida emocional y su subordinación a un objetivo resulta esencial para espolear y mantener la atención, la motivación y la creatividad”, dijo el gran Daniel Goleman.
(*) La autora es licenciada en Economía (egresada de la UNS). Con especialización en Economía del Comportamiento (UCEMA) y Neurocoaching. Experta en Bienestar y Felicidad Organizacional (Universidad de Nebrija, España).