Parecía un chucho, pero fue la negra ganadora (Video)
El más reciente vencedor de Las 24 Horas de la Corvina Negra, Pablo Fernández, recordó junto a La Voz del Pueblo cómo fue la experiencia que lo dejó en la historia grande del certamen que organiza el Club Cazadores de Tres Arroyos
Por Fernando Catalano
Pablo Fernández, el último ganador de Las 24 Horas de la Corvina Negra que organiza el Club Cazadores de Tres Arroyos, compartió en una entrevista con La Voz del Pueblo los detalles del triunfo que lo dejó en la historia grande del concurso de pesca.
A casi un año de su victoria, Pablo recordó con emoción el momento en que se consagró con el premio mayor de lo que muchos consideran “el mundial de la pesca”. El reconocido pescador destacó que ganar este concurso es una experiencia única e indescriptible, algo que solo pueden entender quienes han podido experimentar esa circunstancia.
Y si bien se prepara para volver a concursar, no duda en sentirse satisfecho por el triunfo soñado y logrado, entendiendo que el ganador debe renovarse en cada edición.
Pablo, que ya había quedado cerca de la victoria llegando a ocupar el podio cuando tenía 20 años de edad, reconoce que en este tipo de concursos la suerte juega un papel importante en el resultado. Sin embargo también resaltó que el conocimiento y la preparación son fundamentales.
El Caracolero
En esta ocasión Pablo contó que eligió estratégicamente la zona del Caracolero, un lugar conocido por la recurrencia del pique de buenos ejemplares de pichones de corvina negra. Pero también consideró otros factores.
Decidió pescar en un área que le permitiera además estar cerca de su hijo Fermín que ahora tiene seis años, y que lo acompañaba en esta aventura. Esta decisión resultó ser clave para que la historia haya tenido el final que tuvo, porque es un sitio en el que salen pichones de negras -si se los sabe buscar- pero también podía tener la carpa al lado y compartir esa experiencia con su hijo más chico.
“Es un lugar donde pescas un rato con la marea alta y después te cuesta pescar ahí. Te tenés que mover, y la idea mía era ir a compartir”, dijo Pablo al explicar cómo eligió llegar a ese punto de la cancha de pesca. Es el Caracolero, un sector donde la arena está muy andada y suelta especialmente durante el concurso; y hasta donde llegó en un Renault 9, no en una cuatro por cuatro. En el ‘tres por tres’, como a él le gusta decirle.
Una vivencia similar había tenido unos seis años atrás con su hija y su nieta. Sólo le faltó ganar para que haya sido igual.
“Cansa mucho pescar entre las piedras, tenés que recoger muy rápido, es un tiro corto, de espera”, dijo al describir brevemente una parte técnica del tipo de pesca que se practica para buscar los pichones de negra.
El pique
Instantes después Pablo relató detalladamente el momento del pique. Tras cambiar el anzuelo, por uno más chico, por consejo de un amigo y justo cuando caía el sol, momento que él considera fundamental por su experiencia en Mar Chiquita, tuvo el pique decisivo. Inicialmente confundió la reacción del pez que había mordido el anzuelo con un chucho, pero pronto se dio cuenta que había atrapado una corvina negra de buen tamaño, para este concurso.
“Arrancó para adentro. Estoy acostumbrado que en Mar Chiquita te pican las negras y arrancan así, son más grandes, parecen un tren. Allá sabés que son negras; acá pensé que era un chucho”, explicó al describir parte de los primeros instantes del pique frenético.
Pero inmediatamente notó algo distintivo. “Cuando hizo un par de movimientos rápidos”, Pablo entendió que era un buen pichón de corvina negra, no un chucho.
Como buen pescador de la especie en ese sector de las playas claromequenses, estaba buscando el pique a muy corta distancia. Fue entonces que la ola de la primera rompiente le ayudó a extraer más rápido aun el ejemplar de 2,928 kg a las 19, que le dio el primer lugar en el podio y una pick-up cero kilómetro.
Comentó además que, a diferencia de ocasiones anteriores, esta vez no sufrió la ansiedad del concurso. Incluso pudo dormir tranquilamente durante la noche, algo inusual para él en estas competencias y sobre todo cuando encabezaba la clasificación quedando aún unas veinte horas por delante, de espera.
El premio, además de la gloria deportiva, representó una importante ayuda económica para Pablo especialmente en un año difícil para su emprendimiento, debido a los efectos de la inflación.
Está para cualquiera
Como consejo para futuros participantes de ‘Las 24’, Pablo enfatizó que cualquiera puede ganar este concurso. Si bien reconoce que los pescadores de élite suelen tener ventaja, insiste en que con la combinación correcta de lugar, momento, carnada y un poco de suerte, todo participante puede llevarse la victoria. Esa afirmación, tiene su correlato con la historia misma del certamen y el ejemplo más reciente -y que humanizó a ‘Las 24’- es el del mendocino Carlos Alsogaray.
El ganador de la edición de 2020, previo a la pandemia de coronavirus, había salido en micro desde Mendoza hacia Neuquén para reunirse con amigos, y desde allí viajar en un Corsa hasta Claromecó.
Después de un largo y apretado viaje llegaron sobre el comienzo del concurso, y en La Virgencita, tiró su línea con una caña que había comprado en un comercio de rebajas y encarnó -sin saberlo- con langostino. Ese lanzamiento le dio un pichón de negra ganador que extrajo durante la mañana del domingo, sacando del primer lugar a Gustavo ‘El Paisa’ Barrionuevo, un gran pescador local que en la edición siguiente pudo finalmente alcanzar la gloria.
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