Otra gran función de Al sol como la cigarra
La compañía de narración oral y escénica llevó a cabo el último viernes en el Museo Mulazzi un taller de títeres de dedo para chicos de 4 a 8 años
El Museo Mulazzi fue sede, en la tarde del último viernes, de un taller de títeres de dedo propuesto por la compañía de narración oral y escénica Al sol como la cigarra.
La actividad convocó a un total de 27 chicos de 4 a 8 años, quienes pudieron narrar cuentos y crear sus títeres y teatros.
En ese marco, las integrantes de la compañía relataron primero algunas historias con títeres de dedos e invitaron a los más pequeños a imaginar historias con sus propias producciones y a decorar un mini teatro.
Al sol como la cigarra lleva adelante una intensa actividad en barrios, instituciones y también trabaja en la formación de narradores. Dio sus primeros pasos hace poco menos de cinco años. Promueve la oralidad, la escucha, el encuentro cara a cara y otra gran cantidad de aspectos que son importantes en el crecimiento de los más pequeños.
Paola Elicalde, Cecilia Fernández y Eugenia Arrupe (también Milena Procacchini) son quienes conforman esta compañía y luego de esta actividad, se prestaron al diálogo con La Voz del Pueblo para dar más detalles de lo que dejó el encuentro.
Con alegría por la amplia participación, indicaron que “esta vez la propuesta fue de títeres. Contamos cuentos con títeres de dedo y después invitamos a todos los niños a que creen sus títeres para que en sus casas puedan seguir contando historias”.
El poder de convocatoria fue muy bueno, “es más, algunos chicos quedaron afuera. Dadas las edades y el trabajo que se hace con ellos, no podemos trabajar con tanta cantidad, por eso seguramente tengamos que repetir el taller más adelante. Salió todo muy bien”, agregaron.
“Seguir contando historias”
La iniciativa “fue más que nada taller, no tanto espectáculo. Si contamos los cuentos para mostrarle los títeres y otras sorpresas, aunque luego ellos tuvieron un tiempo para hacer un mini teatro por medio del cual pudieron contar alguna historia con los títeres creados por ellos mismos. El objetivo es que puedan seguir narrando historias en sus casas para estimular la oralidad y la creatividad con sus familias”.
Explicaron que el objetivo que persiguen “es contagiar el amor a los libros y a los cuentos, la intención nuestra es esa. Fomentar ese amor por el cuento y ese gusto especial por la literatura”.
Siempre que hacen un taller de estas características, dan un tiempo para que los chicos sean protagonistas. “En este caso, hicieron títeres de dedo y mini teatros. Otras veces hemos hecho narrativas de sombras. Tratamos de utilizar diferentes técnicas para evitar dispositivos tecnológicos, ya que es lo que ellos están acostumbrados a consumir a diario, es clave dar lugar a recursos que los atrapen como los títeres para después poder llegar al cuento”, indicaron.
Hicieron referencia que este tipo de encuentros “son valiosos porque permite a los chicos el compartir un espacio cara a cara con otros, sin dispositivos tecnológicos. Lo lindo es que eligen venir porque les gusta y por el placer que les genera practicar la lengua, la oralidad, la creatividad, la invención, la fantasía, el cuento y la literatura, es decir, cómo jugar y aprender con todo eso”.
Un 2025 movido
Al ser consultadas sobre cómo viene el desempeño de la compañía este año, manifestaron que “hicimos varias cosas. Asistimos a varias escuelas, jardines y comedores a través de la Dirección de Cultura. Un trabajo en equipo. El objetivo para lo que resta del año es seguir presentándonos en distintos espacios de la ciudad y visitar las localidades. Estamos muy contentas con este presente, trabajamos para potenciar la narración en niños, jóvenes y adultos”.
Remarcaron que “a veces el público infantil o los padres no saben lo que es narración oral, a punto tal que maginan una obra de teatro, o alguien contando un cuento, o que les lean. Lo que hacemos es narrar un cuento, a eso le sumamos la parte escénica y algunas canciones. Tiene mucho de dramatización, de puesta en escena y de luces”.
Posteriormente, puntualizaron que “utilizamos recursos para narrar, elementos, muñecos y algunos escenarios. Tenemos el kamishibai, a veces recurrimos al teatro de sombras, pero vamos variando. El kamishibai es el teatrito que se abre y de ahí vas contando el cuento, los niños miran las escenas con atención”.
Descubrieron que además de trabajar en instituciones, en muchos lugares se utiliza la narración como espectáculo. “De a poco a poco fuimos probando. Nos dimos cuenta que tiene convocatoria, a los chicos y las familias les gusta, es una forma de conectar con lo literario”, sostuvieron.
El equipo se complementa muy bien en cada presentación que toca hacer. Al respecto, adelantaron que “ahora estamos planificando algunas presentaciones para hacer durante las vacaciones de invierno acá en el Museo Mulazzi, en la Biblioteca Cacuri, en Adolfo Gonzales Chaves y en los diferentes barrios de la ciudad a través de las bibliotecas populares con el apoyo de la Dirección de Cultura”.
En Casa Caravana
Por otra parte, cabe destacar que Al sol como la cigarra también dijo presente con un recital de cuentos bajo el lema “inventar otra esperanza” el viernes 13 por la noche en la Casa Caravana, donde sus protagonistas realizaron una interpretación de cuatro cuentos seleccionados para adultos vinculados con situaciones difíciles de la vida que hay que saber sobrellevar.
Allí, la compañía de narración oral y escénica propuso una noche de cuentos de autores como Leónidas Barletta, Daniel Moyano y Juan Solá. Cuentos de humor y otros reflexivos que fueron reconocidos por el público.
Quienes deseen seguir las redes sociales podrán visitar Facebook e Instagram en la cuenta @alsolcomolacigarra. Un grupo que va por buen camino y por más a futuro.
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