Opinión: Tiempos raros
Por Juan Francisco Risso
En un futuro -diría Borges- Milei renuncia. En otro futuro posible se sostiene hasta las elecciones presidenciales y triunfa. En otro es derrotado y así todo. Que sabe -o no sabe- de economía. Que posee un título válido en economía o que no lo posee y todo así. Hay quien dice conocerlo y que es un preadolescente conducido por Karina. Por mi parte lo veo en acerbos enfrentamientos pero no lo imagino gobernando. Perdón por meterme.
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Hoy -mañana, pasado- corren tiempos… extraños. A la manera de Macri, ahora Karina Milei inspira una guajira que se convierte en hit. Por su lado, aquel machote íntegramente pelado (oh, la seborrea) que prometía balas y algo más, se sintió atemorizado al desmadrarse una caravana proselitista de unos ciento cincuenta metros, y por si fuera poco, un tal Pareja, supuesto compañero hasta ese momento, lo obliga a apearse de la camioneta, y en su apuro, el señor calvo le volea las chuecas a una zanelita roja que pasaba, se aferra al conductor como una novia y lo insta a seguir a la camioneta. Todo el episodio es filmado por varias cuadras, y alguien le incluyó una banda sonora del show de Benny Hill, actor este último que muchos creen padre biológico del sr. Presidente. Sin duda algún kirchnerista, pero fisonomista el kuka. A ese sr. calvo le digo que a veces la fama llega por donde menos se la espera. Un conocido periodista dijo que era digno de una película italiana.
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Los periodistas más encumbrados hablan del Círculo Rojo como titiriteros tras bambalinas. Con más poder que la mismísima Karina, que le pasa el trapo a Pilar Franco ¿la recuerdan? Ellos dicen que Milei –rey en la opereta- es quien puede ganarle al kirchnerismo, partido éste último que -de ganar- los haría retroceder al primer casillero, como en el juego de la oca. Hay que sostener a Milei. Dicen que lo llamaron al gordito abogado que armó todo el despelote y le dijeron que borre todos sus chats con Karina. Con los Menem no, boleto picado. Y he visto las declaraciones del gordito: teme por su vida. Mérde. ¿Cómo sigue? Ayer, Jorge Alemán, entre muchas cosas brillantes, dijo: “Yo soy psicoanalista”. Y desde ese miraje indicó que ni los propios protagonistas la tienen clara. Si uno les pregunta dirán una cosa, pero en el desván de la consciencia la cosa puede ser distinta. Con este toque freudiano me despido. Hay muchos que van a sostener a Milei. Pero el pueblo unido… don Oscar Alende aquí recordaba: “…como en Vietnam, donde un ejército en zapatillas venció a la fuerza más sofisticada del mundo”.
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