Obligaciones y señales visibles para evitar una intoxicación con monóxido
En apenas 13 días, el monóxido de carbono en nuestra ciudad se llevó la vida de un matrimonio y casi mata a tres trabajadores que fueron rescatados a tiempo por la policía, cuando ya estaban desvanecidos.
A raíz de ello, la toma de conciencia por parte de los usuarios se transformó en una obligación, en muchos casos, difícil de cumplir por distintos factores. Entre ellos, la economía es uno de los filtros que más empuja a los usuarios a vivir en peligro, ya que el cumplimiento de las normas que impone la distribuidoras de gas muchas veces excede el bolsillo de la gente que, a la hora de evitar el frío, elije el riesgo.
LA VOZ DEL PUEBLO tomó contacto con Rodrigo Espinosa, director de relaciones institucionales de Camuzzi Gas Pampeana, la distribuidora que provee del servicio a Tres Arroyos, quien se refirió a los compromisos que se deben respetar, sin dejar de reconocer los factores que atacan la posibilidad de cumplirlos.
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Rodrigo Espinosa. Encargado de Relaciones Insitucionales de Camuzzi Gas Pampeana
“Normativamente el usuario tiene la obligación de hacer verificaciones periódicas de su instalación domiciliaria. Nosotros recomendamos que, por lo menos una vez al año, hagan una inspección con un matriculado. En segundo lugar, la norma dice que, la instalación y el correcto cuidado es responsabilidad del usuario y eso implica que, ante toda modificación, debería convocar a un gasista matriculado, algo que no ocurre en la mayoría de los casos. Entonces se van generando anomalías y cambios en las instalaciones internas, que están fuera de los ojos de la distribuidora. Ejemplos concretos: se rompe un calefón. La familia compra uno nuevo y lo cambia alguien allegado que se da mano. Cuando empiezan a ocurrir esas cosas, la instalación interna va mutando y está lejos de los ojos de Camuzzi que no toma conocimiento de eso. La acción del matriculado, no solo garantiza al usuario que, la persona que está trabajando en su domicilio es una persona formada, sino también que el usuario tiene que venir a Camuzzi y actualizar el legajo para que la carpeta y el plano estén actualizados. Algo que tampoco ocurre”, explicó.
Al respecto, Espinosa coincidió en el factor económico como eje de la decisión de no respetar las medidas de seguridad, pero afirmó que es algo general en toda la jurisdicción de la distribuidora, “es absolutamente cierto que, por cuestiones económicas, los usuarios no le hacen mantenimiento a las instalaciones. No obstante, confieso que no es el principal motivo. Y esto es una problemática que excede a Tres Arroyos, porque en general, los usuarios no suelen hacer mantenimiento de sus instalaciones. Las modificaciones las hacen con personal que no es idóneo y no revisa las instalaciones de gas y, naturalmente, con el tiempo, empiezan a aparecer estas deficiencias. Lo económico pesa, pero es una problemática generalizada en todo el ámbito de conexión de Camuzzi”.
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A simple vista
Si bien el monóxido de carbono es conocido popularmente como “el asesino invisible”, su presencia puede detectarse estando atentos a ciertas señales visuales.
En ese sentido, el vocero de la distribuidora que provee de gas a Tres Arroyos fue específico acerca de las señales a las que debemos estar atentos a la hora de calefaccionarnos, “primero, el monóxido de carbono se genera por la mala combustión. Sea de gas natural de la garrafa, del horno a leña o de una estufa. Porque todo producto para poder quemarse necesita oxígeno. Cuando el oxígeno en el ambiente es deficiente, comienza a generarse una mala combustión, liberando monóxido de carbono. Por eso, el mantenimiento de los artefactos es la primera regla general que hay que cumplir, segundo, prestar atención a los artefactos y al color de la llama, que tiene que ser azul con las puntas transparentes. Eso es una señal de que está combustionando bien. Cuando vemos llamas rojizas o anaranjadas, es señal de que algo está funcionando mal y hay que hacerlo revisar. Segunda señal visual: el tiznado al lado de los artefactos puede implicar presencia de monóxido de carbono, y hay que limpiar el artefacto.Tercera: hay artefactos para cada tipo de ambiente. En los dormitorios sólo están aprobadas las de tiro balanceado, que toman oxígeno de afuera y eliminan los gases de la combustión también afuera. En otros ambientes se permite instalar otro tipo de estufas, pero siempre con personal matriculado. La cuarta cuestión a tener en cuenta tiene que ver con las rejillas de ventilación, necesarias para una buena circulación de aire”.
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Precisamente, es en la obstrucción de esas rejillas, donde muchos buscan el reparo que les impide alimentar una llama deficiente y comienzan los peligros, “a veces la gente las tapa porque les entra frío. En invierno, a pesar del frío y la presencia de rejillas, se recomienda abrir un poco las ventanas para que el oxígeno limpio siempre esté presente”, sugirió el vocero antes de referirse a otro aspecto que considera “tremendamente peligroso” y está determinado por el uso del horno para calentarse, “el horno tiene mucho poder calórico, combustiona mucho y nos ha hecho ver muchos casos fatales de gente que se calefacciona de esa manera. Los conductos de evacuación de los gases, los que van afuera, no tienen que estar obstruídos. Hay gente que los tapa para que no les entre aire o porque se les apagan los artefactos y pasan un riesgo importante, ya que impide que los gases de la combustión vayan al exterior”.
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Ya en el cierre, Espinosa remarcó que Camuzzi no hace inspecciones de oficio, sino que sólo interviene cuando los interesados hacen llegar su inquietud a sus oficinas, “nuestra compañía sólo toma contacto de una deficiencia cuando el usuario se comunica con nosotros porque advierte alguna de estas problemáticas. En la realidad, lo que pasa dentro de los domicilios es totalmente ajeno a la distribuidora, por eso hay que reforzar la idea de que es el propio usuario el que tiene que hacer el mantenimiento periódico y siempre con un matriculado, porque sino no hay manera de detectar lo que está pasando en un domicilio. Nosotros cuando habilitamos una instalación, abrimos un legajo, se habilita un consumo específico, una cañería determinada, la cantidad de artefactos que van a estar colocados. Si eso muta, con el correr del tiempo, para nosotros es completamente invisible”, concluyó.