Lucila Espinoza, la nueva médica oncológica del hospital que viaja 300 kilómetros para atender a la gente
Este miércoles por la mañana asumió como nueva oncóloga del Centro de Salud Municipal Lucila Espinoza. Es por esto que, en el Día del Oncólogo, decidimos hablar con ella y conocerla un poco más
El 7 de noviembre se reconoce como el Día del Oncólogo, esto se debe a que se conmemora la inauguración del Instituto de Medicina Experimental e Investigación del Cáncer, hoy Instituto de Oncología Ángel H. Roffo. En este contexto, nos pusimos en contacto con Lucila Espinoza, la nueva médica oncológica del Hospital Pirovano, quien llega en reemplazo de la Doctora María Ester Domínguez, quien recientemente finalizó su labor en dicha área luego de 32 años de servicio.
Espinoza es graduada de medicina de la Universidad Nacional de La Plata. Luego de cinco años de estudio y de haberse recibido, realizó su residencia en el Instituto de Oncología Ángel H. Roffo, en la ciudad de Buenos Aires. Recién recibida y terminada la etapa de prácticas, tuvo su primer trabajo formal en la ciudad de Villa Gesell, en la cual fue pionera para que tuvieran su propio espacio oncológico local, “trabajé varios años entre Villa Gesell, Pinamar y General Madariaga. Después me salió una propuesta de Tandil, en donde trabajé unos años y finalmente volví a mardel”. A partir de ahí trabajó en las clínicas y hospitales más prestigiosos de Mar del Plata, en los cuales también siguió expandiendo su conocimiento e implementando nuevas técnicas y tecnologías a los tratamientos de los pacientes.
Luego de muchos años y una pandemia en el medio, llegó la oportunidad de trabajar en el Hospital Emilio Ferreira de Necochea, “cubrí dos licencias, trabajé un año ahí, cubrí a la jefa de servicio y a otro oncólogo, que tuvo un proyecto en España y se fue unos meses, así que me encantó el trabajo en Necochea, debo decirlo, de todo lo que te menciono, de lugares más chicos que en mi ciudad de origen, me encantó Necochea, el hospital, todo, pero bueno, eso terminó”. Fue esta propuesta laboral la que la conectó, años más tarde, con nuestra ciudad.
Repartida en ciudades
La médica marplatense viaja desde su ciudad natal hasta Tres Arroyos, recorriendo más de 300 kilómetros, para atender a los pacientes de nuestro hospital, “Viajo todos los miércoles. Salgo de Mar del Plata a las cinco y media, seis menos veinte de la mañana, para estar acá cerca de las nueve, tranquila, horario en el cual arrancó con las consultas”.
El contacto con la ciudad llegó, como lo mencionamos anteriormente, por su trabajo en Necochea, “esa médica que cubría en Necochea publicó en el grupo de oncólogos y radioterapeutas, la semana pasada, porque esto empezó hace menos de una semana, si a alguien le interesaba trabajar en Tres arroyos, en el área pública, municipal, porque se había quedado sin oncólogo en el hospital. Yo no conocía ningún detalle, pero le escribí por privado, me pasó el teléfono de uno de los directores de acá del hospital, de Emiliano Capandegui, y ahí empezó una conversación dos días seguidos”.
“Luego conversé también con la Doctora María Esther Domínguez, a quien llamé un día en la nochecita, hablamos casi una hora por teléfono, me contó un poco la historia de 32 años acá en el hospital”.
Espinoza reconoce que le gustan los desafíos profesionales y se siente cómoda con ellos, “Yo tomo las decisiones así, los desafíos me gustan. Trabajar en una sola ciudad nunca fue lo mío. Yo nací repartida en ciudades y creo que voy a terminar mis días médicos alguna vez, de la misma manera, no me veo trabajando en un solo sitio, en una sola ciudad”.
Todo por los pacientes
Lucila Espinoza, quien se incorporó ayer al hospital, ya se encuentra trabajando de lleno con los pacientes de nuestra localidad, “Los pacientes que tenían turno ya los vi, también a los internados. La idea es que cuando haya consultas o algún paciente que surge en el momento, vamos a tratar de ordenarlos. Si algún paciente necesita verme y no hay turno, o ya se dieron, o no pudo sacarlo, yo lo voy a ver igual, no voy a poner muchos límites por el momento, porque creo que va a ser un volumen que voy a poder manejar bien”.
“Así que quiero que la gente sepa, a los que fueron y los que quieran ir regresando, que si está a mi alcance ayudarlos lo voy a hacer. Tengo entendido que muchos ya se encaminaron con tratamientos, sobre todo en Bahía Blanca, sé que la mayoría fueron derivados para Bahía. La gente va buscando soluciones, y a veces no vuelve, la especialidad vuelve al lugar, pero el paciente ya se fue y no vuelve” señaló la especialista.
A pesar de ser su primer día, reconoció que hubo una gran recibida por parte de las personas de la ciudad y el equipo de trabajo de la institución, incluso sin conocerla, “La verdad que vino mucha gente, más de la que yo pensaba incluso, porque a veces cuesta arrancar, la gente no te conoce, yo nunca trabajé en Tres Arroyos, es la verdad, no me conocen. El recibimiento fue espectacular, muy cálido todo, desde la parte médica, mis colegas, personal no médico, ni hablar la dirección, los miembros de este servicio, que son Marina, la enfermera, la trabajadora social, la nutricionista especializada en oncología, vino la doctora Domínguez y se quedó casi toda la mañana, un montón de gente fui conociendo. Los pacientes todos agradecidos que venía otra vez una médica oncológica, así que fue un gran día”, reconoció Lucila.