Liderazgo y gestión: grupos vs equipos
Por Martina Lasaga (*)
El liderazgo y la gestión de equipos son competencias fundamentales que determinan el éxito o fracaso organizacional.
Hoy abordaremos los aspectos clave de estos conceptos y cómo cambia la perspectiva si nos enfocamos en liderar un grupo o un equipo dentro de cualquier proyecto potencial.
El liderazgo se centra en inspirar, motivar y guiar hacia una visión, mientras que la gestión se encauza en planificar, organizar y controlar recursos para alcanzar objetivos específicos. Los mejores profesionales combinan ambas habilidades.
Estilos de liderazgo efectivos
Liderazgo Situacional: Adaptar el estilo según la madurez del equipo y la situación. Puede ser directivo, persuasivo, participativo o delegativo.
Liderazgo Transformacional: Inspirar a través de una visión compartida, estimular intelectualmente y considerar las necesidades individuales de cada miembro.
Liderazgo Auténtico: Basado en la transparencia, la integridad y el autoconocimiento, generando confianza genuina
Liderando un grupo
El líder actúa como coordinador central y toma la mayoría de las decisiones importantes. Su rol incluye: Asignar tareas individuales, supervisar el cumplimiento de objetivos personales, resolver conflictos mediante autoridad jerárquica, mantener la comunicación principalmente vertical (líder-subordinado),evaluar desempeños individuales, etc.
Estilo recomendado: Directivo o consultivo, con estructura clara de reportes.
Liderando un equipo
El líder funciona como facilitador que potencia la colaboración. Sus responsabilidades son: Facilitar la toma de decisiones colectivas, promover la interdependencia entre miembros, actuar como mediador en conflictos, buscando soluciones colaborativas, fomentar la comunicación horizontal y multidireccional, evaluar tanto resultados individuales como colectivos, etc.
Estilo recomendado: Participativo o delegativo, con énfasis en el empoderamiento del grupo.
Competencias clave para gestionar equipos
La comunicación efectiva es fundamental – incluye escucha activa, feedback constructivo y claridad en las expectativas. La inteligencia emocional permite entender y gestionar tanto las propias emociones como las del equipo. La capacidad de tomar decisiones informadas y oportunas, especialmente bajo presión, marca la diferencia.
-Estrategias de motivación
Reconocer logros tanto públicamente como en privado refuerza comportamientos positivos. Ofrecer oportunidades de crecimiento profesional y personal mantiene el compromiso a largo plazo. Crear un ambiente de trabajo positivo donde se valore la colaboración y se respete la diversidad.
-Gestión de conflictos
Identificar conflictos temprano y abordarlos de manera constructiva. Fomentar el diálogo abierto y buscar soluciones ganar-ganar. Establecer normas claras de convivencia y procedimientos para resolver disputas.
-Desarrollo del equipo
Invertir en formación continua y establecer planes de desarrollo individual. Fomentar la colaboración a través de proyectos interdisciplinarios. Crear sistemas de mentoring que permitan el intercambio de conocimientos.
El liderazgo y la gestión de equipos no son tareas fáciles, se necesita empeño, aprendizaje constante y desarrollo personal para alcanzar buenos resultados.
Así es cómo estas competencias y habilidades se van entrenando y generan un efecto de interés compuesto multiplicando los resultados tangibles en productividad y bienestar integral.
“No des a tus empleados por sentado. Si no valoras a tu equipo, ellos no valorarán a tus clientes”, decía Richard Branson.
(*) La autora es licenciada en Economía (egresada de la UNS). Con especialización en Economía del Comportamiento (UCEMA) y Neurocoaching. Experta en Bienestar y Felicidad Organizacional (Universidad de Nebrija, España).