La gimnasia vive su pandemia
La profesora Silvia Thostrup no encuentra un lugar donde volver a instalar su gimnasio tras la destrucción del Centro Estrada durante el temporal de diciembre. La necesidad de dimensiones amplias choca con escasa oferta y poco interés de parte de propietarios en alquilar. “Pensé que Tres Arroyos se iba a movilizar para darnos un mano”, expresó
Por Enrique Mendiberri
Alrededor de 180 gimnastas del Círculo de Gimnasia de Tres Arroyos, entre ellas cinco deportistas de alto rendimiento con chances de ingresar al circuito elite de la actividad, continúan privadas de seguir con sus prácticas habituales ante la imposibilidad de disponer de un lugar donde volver a montar las instalaciones destruídas en el temporal del pasado 16 de diciembre.
Con la dirección de la profesora Silvia Thostrup, el grupo de competencia logró iniciar sus actividades físicas en espacios públicos o gimnasios prestados, como el del CEF u otros en Tandil. Aunque esas opciones hacen muy difícil la continuidad, ya que resultan insuficientes para mantenerse a la altura de las circunstancias.
“El CEF está a full con sus instalaciones. No podemos invadir su trabajo. Así que estamos yendo tres veces por semana a Stadium, donde Roberto Goizueta nos dio la posibilidad para hacer preparación física, y trabajamos en la calle haciendo resistencia para mantener las cualidades físicas. El resto de la parte técnica se complica sino tenemos los aparatos”, comentó la profesora en diálogo con LA VOZ DEL PUEBLO, al referirse a la utilización de la pedana, las vigas y las barras paralelas.
Para eso, tuvieron sus chances en Tandil, “pero en realidad no es la manera, porque se suben una vez a la semana a los aparatos y están muertas. Obviamente, el training de estar trabajando, no se puede mantener así”, agregó.
Justamente, el principal inconveniente que resulta de la falta de un lugar para poder armar nuevamente su gimnasio. Un espacio que, mínimamente, exige una dimensión de 20×30 metros, “así sería bien ajustado, pero es lo más que nos podemos ajustar. De menos metros, es para decir simplemente funcionamos con algo, como para poner las vigas, pero ni hablar de poner la pedana”, señaló haciendo referencia al aparato que ocupa un espacio de 14×14 metros, teniendo en cuenta su perímetros de seguridad, “hemos visto todos los lugares de Tres Arroyos, me parece. Estamos esperando que, por ahí, alguna persona de las que tiene algún galpón, que está en desuso, lo pueda facilitar, aunque tengamos que trabajar. Porque muchos están llenos de maquinarias viejas, de cosas que son para tirar, pero hay unos cuantos lugares que están desocupados y los dueños no saben qué hacer o piensan en venderlos y no en alquilarlos”.
Voluntad de sobra
El momento que atraviesa la profesora Silvia Thostrup es desesperante. Pero no está sola.
“Tenemos papás que nos han ofrecido maquinaria para limpiar lugares o ponerlos en mejores condiciones ya que, por ejemplo, la mayoría no tiene baños o hay que arreglar algo de techo. No hay problema por eso. Hay varios lugares que serían potables, pero por ahí falta decisión de los dueños o la persona que lo tiene simplemente lo ha comprado y no tiene intenciones de darle uso o simplemente busca lotearlo o ponerlo en venta”, explicó.
En ese sentido, Thostrup defendió las características del Círculo de Gimnasia como “inquilino”, “no somos complicados. Estuvimos 18 años en este lugar (por el Centro Estrada), 15 años en el ex ABC. Somos totalmente confiables en esto de mantener las instalaciones, cumplidores con los pagos. Nuestra escuela tiene estabilidad, hace 43 años que funciona”, fundamentó.
Después de la voladura del techo del Centro Estrada, entre la noche del 16 y la madrugada del 17 diciembre, la profesora enfrentó el futuro con optimismo. Hoy a cuatro meses, la falta de respuestas dibuja un gesto de preocupación en su rostro, “yo pensé que iba a ser más sencillo, porque supuse que la gente de Tres Arroyos iba a solidarizarse un poco más. Yo no quiero que me regalen nada, ni que sea todo fácil. Queremos ponernos a trabajar, porque sabemos que nos va a llevar un tiempo más”, dijo, antes de remarcar que, “no nos podemos subir a los aparatos, que es lo más importante, porque no tenemos un espacio. Estoy sorprendida porque pensé que Tres Arroyos se iba a movilizar para poder darnos una mano. Hay lugares disponibles, pero están arrumbados o se venden solamente, y nosotros solamente estamos pidiendo que, algún lugar que esté en venta nos lo alquilen mientras tanto, ya que están en venta hace 15 años”, mencionó.
Más opciones
Después de haber recorrido la ciudad buscando un lugar para instalarse, también se encontraron con alternativas que, si son intervenidas por la gimnasia, podrían revivir un espacio muerto, “hay fábricas abandonadas que están abiertas, tienen gente durmiendo de noche, los vecinos se quejan y, sin embargo, yo creo que si se quisiera, la Municipalidad podría intervenir en alguno de esos espacios. Los dueños no viven acá, están muy difíciles de localizar, tal vez si la municipalidad se suma, la cosa puede cambiar”, propuso.
Mientras tanto, la lucha por mantener a sus chicas en nivel, encierra otros desafíos, “es difícil mantener la motivación para seguir entrenando de esta manera. Ya es difícil a cierta edad. Mis alumnas del grupo de competencia son adolescentes, pero por suerte y por lo menos hasta el momento, ellas están convencidas que quieren seguir con esto y ponerse las pilas. Para nosotros es una pandemia más, donde no podemos trabajar, no podemos hacer. Por mi parte, no tengo un límite. No quiero que un evento como este termine con la gimnasia. Quiero que, si en algún momento decido dejar de entrenar, que esto siga funcionando. Que las otras profes que están sigan adelante y que la disciplina siga estando en Tres Arroyos”, concluyó.