“La discapacidad no es una enfermedad, sí una barrera social”
Hoy tendrá continuidad para el nivel secundario la jornada de sensibilización en discapacidad en el Colegio Holandés a cargo del pastor Pablo Münter. Se trata de una actividad que dio comienzo ayer en El Fanal con charlas para primer y segundo ciclo de primaria más un taller abierto para las familias
Ayer se llevó a cabo en instalaciones de El Fanal la primera jornada de sensibilización de discapacidad a cargo del pastor Pablo Münter (58).
Por la mañana, alumnos del primer y segundo ciclo de educación primaria del Colegio Holandés participaron de esta charla en la que se abordaron temas como el concepto de discapacidad, distintas discapacidades, barreras, concepto de inclusión, discapacidad y deficiencia del lenguaje que usamos y el enfoque social de la discapacidad, desafíos y derechos.
En tanto que por la tarde, tuvo lugar un taller abierto a la comunidad y para las familias. Una propuesta interesante que hoy viernes 13 tendrá continuidad para el nivel secundario del mencionado establecimiento educativo.
Ambas jornadas están a cargo del pastor Pablo Münter, quien se desempeña actualmente como coordinador de la Pastoral con personas con discapacidad y su entorno de la Iglesia Evangélica del Río de La Plata.
En diálogo con este diario, explicó que “nuestro templo es de origen protestante luterano, está muy emparentado con la Iglesia Reformada. Vivo en Buenos Aires, viajé a Tres Arroyos para dar estas charlas. Es más, el sábado (por mañana) estaré en el Hogar de Ancianos y el domingo lo haré en algunas parroquias”.
“Una sociedad más igualitaria”
Y agregó que “dentro de la Iglesia tenemos distintas áreas que llamamos pastorales, y una de ellas, tiene que ver con la discapacidad en la cual nuestra tarea es acompañar a las congregaciones a sensibilizarse con esa temática. En las escuelas tratamos de acompañar a los chicos y dar estas charlas para construir una sociedad más igualitaria y para que, sobre todo, quienes son el futuro crezcan y se desarrollen con conocimientos e información precisa”.
En ese marco, contó que “básicamente mi tarea es hacer una exposición por curso para presentar la discapacidad no como una enfermedad sino como una barrera social, es decir, que puedan comprender que la discapacidad es más un problema de la sociedad. Somos nosotros los que al no visualizar la discapacidad ponemos barreras muchas veces sin darnos cuenta, sin tener conciencia de que puede ser un impedimento para otro. Se trata de que tengamos una mirada más amplia y pensemos cada vez qué cosas están perjudicando al otro”.
Posteriormente, hizo referencia a que “nuestra Iglesia abarca 3 países: Argentina, Uruguay y Paraguay. Lo que yo hago es ir recorriendo todas las congregaciones en esos países, junto a las escuelas que son dependientes de la Iglesia. Lo primero que debemos saber es qué palabras utilizar, es personas con discapacidad y no discapacitados porque todos tenemos capacidades diferentes”.
Al ser consultado por la participación que tuvieron los alumnos en la jornada de ayer, celebró que “lo hicieron activamente, pudieron contar experiencias y hacer algunas prácticas que propuse para seguir dando visibilidad al tema”.
“Sufrí bullying”
Del mismo modo, contó que “todo lo vinculado a la inclusión hoy en día con los chicos es mucho más accesible. Yo nací con una discapacidad que en mi época de chico era menos visible. Sufrí bullying, cosa que estaba totalmente naturalizada y que hoy ya no. Veo menos de un ojo, nací con falta de aire y eso me generó una parálisis cerebral leve (pero parálisis al fin) que me afecto el lado de derecho de mi cuerpo. No quería ir a la escuela, lo padecía. Eso me motivó a dedicarme a esto, noto que hay un cambio pero aún falta mucho por hacer”.
Dijo que este tipo de encuentros son importantes “para que las escuelas trabajen conjuntamente con las familias con el objetivo de seguir tomando conciencia y ayudando a aquellos que lo necesitan. La inclusión de personas con discapacidad se refiere a la integración plena en la sociedad, garantizando que puedan sumarse en los aspectos de la vida en igualdad de condiciones y sin discriminación. Implica el respeto a la dignidad, autonomía y derechos, así como la eliminación de barreras que impiden su participación”.
Por último, Pablo Münter concluyó en que “a veces, usamos lenguaje inclusivo pero seguimos siendo discriminatorios. Debemos tener conciencia de que, por el hecho de ser personas, todos tenemos un derecho. Ese derecho implica tener apoyo y asistencia, como por ejemplo cuando una persona tiene que usar silla de ruedas o bastón, algo que no la hace de menor valor porque todos somos seres humanos”.
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