Hasta siempre Pomo: un dibujante y compañero extraordinario
Tenía 53 años y había sufrido una grave infección mientras se encontraba en Italia. Una campaña solidaria protagonizada por muchos tresarroyenses logró traerlo de vuelta, pero a poco de llegar, su corazón cedió a las presiones de una anemia severa
Después de luchar contra una cruel enfermedad, la salud de José Luis “Pomo” Peralta no quiso más y dijo adiós.
El inolvidable ilustrador y caricaturista durante muchos años en La Voz del Pueblo, tenía 56 años y se encontraba en la ciudad de Mar del Plata con su familia, donde había podido regresar luego de permanecer internado algunas semanas en Italia.
No alcanzó el cariño y la solidaridad de los tresarroyenses que, con su generosidad ayudaron a su familia a reunir los fondos necesarios para que Pomo pueda llegar al país a dar batalla en sus últimos días, tras sufrir una infección cuando hacía la temporada en Lecce para financiar sus gastos del año y el inminente cumpleaños de 15 de su hija, pero al menos le permitieron estar un momento más con ella y su hermano mayor, los tesoros con los que él y su familia añoraban que se reencuentre.
Pomo era un verdadero artista tresarroyense, con un talento muy especial, que le permitió dibujar a numerosos protagonistas de la vida pública local, nacional e internacional, además de realizar ilustraciones sobre una grandísima amplitud de temas con una claridad en el concepto que lo distinguía.
No era sólo un dibujante. Era un periodista que llevaba la noticia a un dibujo. Interpretaba lo que se iba a publicar en el diario y le daba su propia impronta. Sin su aporte, muchas noticias seguramente habrían pasado desapercibidas. Porque en sus dibujos estaba también el ojo del lector informado, el que a través de una caricatura sabía rescatar un dato extra, una ironía que tal vez no estaba escrita, pero formaba parte de la realidad no contada. Un verdadero talento difícil de reemplazar.
Fue colaborador de este diario durante décadas, aportó su jerarquía y creatividad en informes, entrevistas (como La Ciudad y sus Protagonistas) y columnas de opinión (la inolvidable De Entre Casa, de Mario Ceriani –con quien seguramente ya estarán armando en el cielo una columna para el próximo domingo después de tantos años-; así como en espacios de Actualidad Política o editoriales). Sus trabajos sorprendían, aún sabiendo lo que podía generar, al verlos provocaban admiración.
Después de su paso por el diario, decidió radicarse en Mar del Plata, donde hacía caricaturas a turistas en distintos espacios públicos. Su talento fue detectado por otros artistas urbanos que lo invitaron al desafío de probar suerte en Europa y lograr un ingreso que mejorara su situación económica en Argentina. Primero con el lógico temor a lo desconocido, aceptó el reto en 2019 y, con la sola pausa de la pandemia, logró encontrar una veta que le diera el merecido ingreso con el que año tras año, mantenía a su familia y cubría sus necesidades.
Después, es historia conocida. La enfermedad, su situación desesperante, el pedido de ayuda de su familia, la respuesta de los tresarroyenses, un arribo más rápido de lo esperado y un desenlace tan triste como sorpresivo.
Sus restos fueron velados ayer en Mar del Plata y hoy se procederá a la cremación en Colinas de la Paz. Buen viaje querido Pomo y gracias por los dibujos tanto nos dieron a quienes tuvimos la suerte de disfrutarlos.