Gregorio Armesto, bandera de un Boca campeón con sello propio
Entre las banderas de este Boca campeón del Clausura de Primera División se encuentra Gregorio Armesto, un jugador profundamente identificado con los colores azul y amarillo, siendo un enganche determinante en el equipo de Reino.
La Voz del Pueblo dialogó con Armesto para conocer cómo vivió la consagración: “Fue una felicidad enorme, hace muchos años que vengo deseando esto, aunque parezca una frase trillada, si no bajás los brazos en algún momento las cosas se dan”.
Del club
Asimismo, destacó que hay muchas personas involucradas en el Boca campeón. “Desde dirigentes actuales y de gestiones anteriores, hasta los jugadores que entramos a la cancha y la gente que alienta todos los domingos”, sostuvo.
En el tiempo reciente Boca siempre se plantó como candidato al título, pero no llegaba al objetivo. “Nos ha tocado pelearla y estar en la mitad de la tabla, pocas veces estábamos arriba. Hay que saber jugar los partidos estando puntero, es una presión extra a la hora de salir a la cancha”, expresó Armesto.
Consultado sobre la clave del equipo campeón, destacó: “La paciencia. Supimos encontrar solidez defensiva, que nos llevó a tener esa tranquilidad, para luego afrontar el partido sabiendo que dependíamos de nosotros. Desde esa solidez atrás partimos hacia delante sabiendo que tenemos jugadores en buen nivel ofensivo”.
Roberto Reino, además de ser el entrenador, es el líder anímico del equipo y un referente en Boca al igual que Armesto. “El año que yo debuté en Primera era uno de los últimos años del Pato jugando, lo veía cuando era más chico y lo admiraba. Lo más lindo de este campeonato es que se logró con gente del club”, señaló.
El plantel de Boca contó con una base importante de juveniles, como Franco Martínez o Joaquín Sánchez, entre otros, de los cuales Armesto es un referente. “Me pone muy contento, son chicos que los vi crecer, como Alejo San Román o Joaquín Sánchez. Lo de Joaquín es increíble: cómo juega con solo 16 años es algo que hemos normalizado. Me enorgullece que sean del club, yo ya estoy entre los más grandes, por lo que trato de aconsejar a los chicos que van surgiendo desde mi lugar”, indicó.
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“Mi viejo el domingo lloraba como lloré yo, lo vive de esa manera y está contento por Boca y por mí”
“Hasta jugando un picado con mis amigos me pongo nervioso porque amo el fútbol, y si uno no lo vive así, es mejor no jugarlo”
Sobre Grego
Gregorio Armesto tiene 27 años y es una de las piezas claves en el ataque de Boca, si bien se desenvuelve de mejor forma como número 10 con el balón abajo del botín, en muchos partidos se lo ve pisando el área, hasta en ocasiones jugando de delantero.
Durante la semana trabaja en CELTA, involucrado en el tendido eléctrico, y puede vérselo en la calle por los cielos subido a una escalera manipulando el cableado de la ciudad.
Armesto hizo inferiores en Boca y se desenvolvió durante gran parte de su carrera con la camiseta del Xeneize, a excepción de la disputa de distintos Torneos Federales que jugó con Quilmes en 2017 y con Huracán en 2023 y 2024.
Gregorio estuvo gran parte del torneo afuera por una lesión, sin embargo, de cara a las últimas fechas pudo retornar para la consagración. “Cuando veo el partido de afuera, los nervios son mucho más. Dentro de lo que llevo jugado me ha tocado lesionarme mucho, pero este último año tuve varias seguidas; por momentos perdí la motivación, pero me di cuenta de que el equipo estaba poniendo el pecho y eso me hizo retomar el impulso”, describió.
Su familia
Armesto destaca a su familia que se involucró de manera directa en el club a pesar de no estar identificados con Boca, incluso su padre llegó a ser presidente del Xeneize.
“Cuando comencé en inferiores, mi viejo jugaba al básquet y no estaba ligado al club, pero de igual forma se sumó a colaborar, hasta que en un momento se metió de lleno y terminó siendo presidente. Terminaba de trabajar y iba directamente al club, eso lo hacía a cuestas de que yo no compartiera tiempo en mi casa con él, pero sí compartíamos el tiempo en el club”, explicó.
Destacó esto último como una motivación extra para conseguir el objetivo de ser campeón. “Cuando él estuvo en la comisión junto con mi mamá también, Boca ascendió a Primera. Con el paso del tiempo se fue apartando, pero mi viejo el domingo lloraba como lloré yo, lo vive de esa manera y está contento por Boca y por mí”, señaló.
Gregorio destacó que “mis dos grupos de amigos son gente que en algún momento estuvo en Boca jugando. El club significa mucho para mí, mi vida está rodeada de gente que conocí ahí adentro”.
Vivir el fútbol
Según lo programado por la Liga Regional Tresarroyense en su última reunión, las finales del año comenzarían a disputarse el 5 de octubre, faltando solo unas pocas semanas para tener el enfrentamiento ante Ciclista.
“Lo espero con mucha ansiedad, ya hablando de esto se me revuelve el estómago de los nervios. Lo vivo de esta manera, hasta jugando un picado con mis amigos me pongo nervioso porque amo el fútbol, y si uno no lo vive así, es mejor no jugarlo”.