Golf: Doble corona para Arie Groenenberg
El golfista local se consagró con el Campeonato Anual del Tres Arroyos Golf Club y además había sido premiado con la Copa Presidente para cerrar un gran 2024
Siendo profundamente sincero y sin esconder sus sentimientos, Arie Groenenberg confesó que “desde que comencé a jugar golf, cuando tenía 11 años, siempre mi sueño u objetivo era ganar el campeonato del club”. Pasaron 25 años y hoy, Arie puede sentirse realizado, pero no sólo por haber conseguido el Campeonato Anual del Tres Arroyos Golf Club, sino porque completó el doblete más importante de la ciudad tras haber ganado hace pocos días la Copa Presidente.
Tras una fuerte aparición en el golf, y por los caminos de la vida que cualquier persona puede recorrer, “me fui de la ciudad por estudio y trabajo y dejé de practicar por espacio de 15 años. En el primer tiempo tras el regreso, iba al club a caminar, recordar un poco todo, encontrarme con amigos… hasta que la pasión me ganó y el deseo de volver a jugar se hizo realidad. Pero fue después de la Pandemia cuando me propuse volver a ser socio del club, volví a practicar y me enganché de lleno con el deporte, al cual disfruto plenamente, siempre. Después está la parte competitiva que te ‘pica’ un poco y saca lo máximo de cada uno; pero ese parate me permitió ver el golf de otro punto de vista, aceptar que si no se da, no está mal; entender que hay un proceso para todo” valoró Groenenberg, para quien este 2024 será inolvidable por este “doble corona”.
“Después del Anual del año pasado que Gastón (Tróccoli) me ganó muy bien, me quedó clavada esa sana espinita. Pero arranqué el año sin ir mucho a la cancha, recién me enganché cuando defendimos con Serafín (Sillero) el título del fourball match ganado en el 23; si bien perdimos en cuartos de final con Castro-Mezquita, me metí de lleno, vino la Copa Presidente en la que nunca había podido pasar la clasificación. Fue un tremendo desafío que desembocó en el título, donde viví sensaciones desconocidas, y también especiales porque en las últimas 3 rondas mi papá (Carly) no sólo me llevó los palos, sino que también me regaló la tranquilidad de su experiencia y la alegría de poder compartirlo con él o ganarlo junto a él”, confesó emocionado.
Toda la experiencia que fue recogiendo pudo exponerla en cancha en Anual para llegar al título, “pero te aseguro que todavía no caigo de lo conseguido”, admitió conmovido. Y eso fue fue construyendo con tiempo, dedicación, sobresaltos o sinsabores que salieron a la luz en los últimos hoyos de la última ronda. “Del hoyo 10 al 18 ‘saqué esa libretita de apuntes’ y sólo tuve un error en el segundo tiro del 10 quizás dominado un poquito por la ansiedad; eso lo pagué con un bogey contra el birdie de Bruno Eggly, lo cual nos dejó empatados en la punta. No me machaqué por ese error, simplemente lo acepté, analicé el por qué y miré para adelante. Y en el 11 Bruno pegó fuera de límite con lo cual recupé los dos golpes. En el tramo final intenté mantener la calma y pegar lo más derecho posible para llegar al tee del hoyo 72 con 4 golpes de ventaja”, analizó Arie.
Como todo gran campeonato, cerrarlo siempre requiere de una presión extra. “Me tembló todo el cuerpo en el tiro de salida; costó pegarle a ese hierro 8. Y si bien no agarré green hice un buen approach que pude coronar embocando. Todavía no me doy cuenta de lo logrado, pero lo estoy disfrutando mucho”, aseguró con una sonrisa.
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Pero el camino de Arie en este Anual no había comenzado bien. “El primer fin de semana no fue bueno, no tenía la sensación ni estaba pegando bien; el sábado hice +7, el domingo me defendí y terminé +5 con mucho approach y putter. Pero en esa semana de intervalo apareció lo que tanto perseguía, y todo cambió; esto fue totalmente a la inversa a lo del 2023 cuando yo era líder y en las dos rondas finales tras varios días de pura ansiedad y nerviosismo, perdí todo. Este año se dio todo lo contrario, apareció la sensación y la fluidez en el juego largo; agarrar fairway fue una constante, y ya pude tirarle al green de otra manera. En la tercera ronda arranqué 5 golpes atrás y terminé puntero tras hacerle par gross, jugando verdaderamente bien y siendo constante en una cancha que estuvo exigente y muy competitiva, y con unos greens complicados”, recordó.
Entre la adrenalina y la experiencia, Groenenberg no quiso “ni pensar que podía ser campeón. Esto es golf y en este deporte cuando menos lo pensas, puede suceder algo que cambia todo; ni en el hoyo 72 me relajé, quería terminar jugando a pleno, concentrado. Tanto me lo propuse así, que hoy, cuatro días después, aún lo siento” añadió el mejor golfista tresarroyense del momento, quien en la despedida recordó “a José Luis (Haffner), a quien siempre le digo que le pego a la pelotita como le pego, gracias a él. Y que verlo en el club siempre es una alegría. Después quiero compartirlo con cada uno de los que me acompañan y me apoyan para que siga jugando al golf, que es toda gente cercana y muy querida”.