Fernando Iriarte: “Un mes antes de las elecciones le dije Carlos preparate porque ganas vos”
Fernando Iriarte estuvo al lado de su cuñado Carlos Hugo Aprile, en los ocho años que se desempeñó como intendente. Lo definió como “una persona maravillosa”. La historia de un ingeniero que llegó solo en un Citroen por un aviso en el diario, publicado en la gestión de Calabrese
Cuando Carlos Hugo Aprile fue candidato a intendente, en el año 1995, Fernando Iriarte “tenía todavía confitería El Quijote”. Eran cuñados, porque Carlos había formado un hogar con María Isabel, hermana de Fernando.
Por la noche, luego de las sesiones u otras reuniones en el Concejo Deliberante, El Quijote era un lugar de encuentro de dirigentes, concejales (tarea que Aprile concretó entre 1987 y 1991) y allegados al ámbito político. “Iban a tomar café, a conversar. En 1995 me preguntaba ¿Qué te parece como van las encuestas? A partir de lo que yo percibía. El primer tiempo le respondí ‘no sé’, hasta que un mes antes de las elecciones le dije ‘Carlos preparate porque ganas vos’”.
En ese contexto, Aprile le ofreció integrar su equipo: “Sus palabras fueron ‘si gano yo, vas a ser el secretario privado’”. Fernando Iriarte nunca había intervenido en política y sentía que entendía muy poco del tema. Los argumentos ayudaron a convencerlo, el entonces candidato planteó que “te necesito porque sos una persona de mi confianza. Segundo, tenes mucha calle en los deportes, en la confitería, conocimiento del que yo carezco. Entonces mi oído derecho es para vos y el oído izquierdo para los concejales”.
Efectivamente, el Movimiento Vecinal se impuso y Aprile asumió el 11 de diciembre de 1995, así como los integrantes de su gabinete.
“Yo era la persona que le manejaba la agenda. Preparaba las reuniones, lo acompañé todos los viajes a La Plata. Fui metiéndome en la política, en los ministerios y en las distintas áreas”, explicó.
La situación económica del municipio era difícil. “Cuando Carlos ganó tenía unos meses para asumir, en ese momento estaba Hugo Mendiola en el sindicato municipal -puntualizó- Y lo llamaron para saber si tenía previsto hacerse cargo de la deuda que había con los empleados por horas extras. Les respondió que sí, porque de lo contrario el gremio le iba a hacer problemas al intendente (Fernando) Ricci”.
Describió además cómo se redujeron los plazos de pago a proveedores, a tal punto que las empresas “se peleaban por participar en las licitaciones”. Al respecto, le otorgó relevancia a que “dejó la Municipalidad saneada y ordenada. Siempre me decía que el dinero de la Municipalidad es de la gente y por esa razón, es más difícil de administrar que el tuyo. En su vida particular era igual que cuando ejercía la función pública”:
En el automóvil Ford Galaxy que había quedado del período anterior, realizaron los viajes por gestiones durante ocho años, ambos mandatos. Relató que “yo comentaba ‘Carlos nos vamos a matar con este auto’. Pero él me marcaba prioridades, ‘Fernando tengo que comprar máquinas para la Municipalidad, hay que renovar el parque, voy a ir después a comprar el auto’”.
La inversión finalmente se produjo “un mes antes de terminar su labor como intendente. Fuimos a la concesionaria de Uzcudun, compró un Toyota nuevo y se lo entregó a Sánchez. Para que la gente no pensara mal, que Sánchez entró y empezó a comprar autos”.
Durante la entrevista, habló con admiración. “Era una persona maravillosa -palabra que reiteró con énfasis-, para mí fue como un segundo padre. Me enseñó muchísimas cosas y me aconsejó un montón”.
El lunes pasado se produjo el fallecimiento de Carlos Hugo Aprile y se le dio el último adiós el martes. Fernando Iriarte hizo referencia a una característica, que también fue resaltada por otras personas en estos días. “Nunca lo escuché hablar más fuerte de lo normal, sostenía un tono de voz, una firmeza en las acciones y una templanza tremenda. Mantuvo la serenidad en momentos muy difíciles, nos tocaron años complicados, no solo en el inicio sino -por ejemplo- en 2001 cuando se prendió fuego la Argentina”.
Valoró que, por tal motivo, “no tenía enemigos. Jamás le faltó el respeto a nadie ya sea jerárquico u empleado de otras categorías. Lo respetaron mucho porque él imponía respeto”.
Juntas vecinales
Las jornadas comenzaban a las siete. “Iba de saco y corbata, impecable. En consecuencia, uno tenía que ir igual. Una mañana me consultó ‘Fernando, hay un señor de apellido Pellitero, ha venido a pedir por una obra a la Municipalidad y no tuvo respuestas ¿Sabés donde vive? Yo conocía a Juan Carlos Pellitero y a las ocho de la mañana estábamos tocando el timbre en su casa, en avenida del Trabajador”, rememoró.
Aprile le propuso en ese encuentro en su casa “organizar las juntas vecinales. Accedió y además termino siendo presidente del Consorcio Pavimentador”. En horario de tarde, se realizaban reuniones con entidades barriales para explicarles a los vecinos en qué consistía el proyecto de pavimentación. “Se hicieron no sé cuantas cuadras en Tres Arroyos, de hormigón”, sostuvo.
Citó un caso puntual. “La avenida Libertad, yo vivía a media cuadra, tenía en el centro un poquito de asfalto, se inundaban los costados. Vinieron los vecinos a reclamar si se podía hacer el asfalto y Carlos les respondió ‘miren muchachos, primero tengo que hacer los desagües y después voy a incorporar el asfalto’”.
Ante esta postura, un amigo de Fernando Iriarte con un local sobre avenida Libertad, opinó en una charla informal “tu cuñado es igual que los demás, nos baila. Le aseguré que no era así. El tiempo lo demostró, hizo los desagües, con unos tubos grandísimos hacia el Parque Cabañas, y luego la pavimentación”.
En su análisis, agregó que “al Parque Industrial se le incorporó el gas, para poder producir. Para mí fue uno de los mejores intendentes y cambió el distrito de Tres Arroyos”.
Elogió “su capacidad enorme”, sobre lo cual contó que “en una inundación que afectó a sectores de Tres Arroyos, el agua a la altura de la laguna de Arenal tapaba la ruta 228. En Vialidad le indicaron que lo único que se podía hacer era levantar la ruta. Carlos entendía que esto podía demorar mucho tiempo y les propuso ‘ustedes me pagan el trabajo y lo hago yo’. Con maquinarias municipales se realizó un desagote hacia el arroyo, lo solucionó”.
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El fútbol, la profesión
Carlos Hugo Aprile “era de Tolosa e iba al mismo colegio que Oscar Malbernat”, quien integró el equipo de Estudiantes de La Plata que ganó la Copa Intercontinental en 1968 y obtuvo tres Copas Libertadores.
No es casual que haya sido hincha de Estudiantes. “Jugaban juntos en el potrero. Carlos siguió toda la campaña del equipo en esa época, estaban Madero y (Juan Ramón) Verón padre, entre otros”, mencionó.
Durante la entrevista, Fernando Iriarte indicó que “voy a hacer una confidencia. Siempre me llamó la atención. Se había recibido de ingeniero civil y vino a Tres Arroyos solo en un Citroen. En Buenos Aires se encontraba su cuñado Carlos Alberto Lacoste (militar que llegó a ejercer durante once días la Presidencia de la Nación en 1981, en la dictadura cívico militar), estaba casado con su hermana (Hebe Angélica). Le ofrecieron trabajar con los proyectos de autopistas y no aceptó”.
Su viaje a nuestra ciudad obedeció a un aviso publicado en este diario, convocando a interesados en ser secretario de Obras Públicas en el gobierno municipal de Oriente Blas Calabrese. “Cumplió esta función durante unos meses”, expresó.
En la primera etapa en Tres Arroyos “daba clases a la noche en el Colegio de Padres. Alquilaba un departamentito”. Conoció a María Isabel Iriarte, porque “se hizo amigo de Ricardo Hoet, que estaba en Paseos Públicos de la Municipalidad. La señora de Hoet, Alicia Calleja, era amiga de mi hermana”.
Posteriormente, trabajó en Médanos y allí nació su hijo mayor Ariel: “Venían los fines de semana a visitar a mi padre, a mi madre. Carlos tenía a casi toda su familia en La Plata”.
Fernando Iriarte es el mayor de cuatro hermanos. Lo sigue Alberto, ambos nacieron en España. Luego María Isabel, “mi madre vino al país embarazada de ella, nació en Gonzales Chaves, donde vivimos un año”; y Miguel Angel, el menor, oriundo de Tres Arroyos.
En el cierre del diálogo en este diario, pocos días después de la partida física de Carlos Hugo Aprile, afirmó que “lo voy a extrañar mucho, los ejemplos que me dio son inolvidables”.