“El repositor de un supermercado chino no debería ganar menos de un millón al mes”
Un empresario hijo de los primeros supermercadistas chinos que se instalaron en argentina a fines de los ‘80s, reveló ciertos detalles llamativos vinculados al desarrollo de la cultura oriental en Argentina.
Se trata de Carlos Lin, quien fue entrevistado por la periodista Mariana Dahbar, para el espacio Realidades del diario digital INFOBAE, cuyos tramos más jugosos se difundieron en reels de Instagram, donde compartió, entre otras cosas, conceptos vinculados a la vida de los chinos en Argentina, la manera de hacer dinero y los mitos que rodean a los comerciantes que arrastran famas nunca probadas como, por ejemplo, el mito de las heladeras desenchufadas de noche.
Hijo de chinos, pero nacido en Bolivia, Lin empezó refiriéndose a esos aspectos que le dificultaron la adaptación a vivir en nuestro país, “cuesta todo. Desde la comida. Un chino no te come una milanesa a la napolitana, un pollo con papas fritas, ya desde la comida hay una lejanía. Desde la idiosincrasia, usos y costumbres, no vivimos como vive un argentino”, dijo.
Según Lin, muchos de los chinos que hay en Argentina están acá de paso, porque piensan que en nuestro país es mucho menos exigente el nivel de exigencia para ser competitivos y, por ende, rentables, “muchos dicen ‘estamos en Argentina, podemos ganar plata sin saber el idioma y más rápido que si estuviésemos en China’, porque en China la competencia es feroz. Estamos hablando de chinos que estando en China serían pobres, ¿por qué pobres? Porque no tienen la capacidad de formación académica o ágil como para hacer negocios al nivel que China te exige, entonces viniendo a Argentina pueden ganar el dinero que en China no”, explicó.
En ese sentido, Lin no duda en afirmar que “Argentina es para trabajar”, pero no para vivir.
“Voy a ser terminante, la Argentina es para facturar, ¿y vivir? Lo eligen después de un tiempo, los que terminan mimetizándose. Puede pasar que un chino se case con una argentina, porque también existe esa mezcla de culturas, aunque no sea la más común, pero por ejemplo es mi caso. De hecho, la comunidad china me mira a mí como argentino, yo para los chinos soy argentino, y para el argentino soy chino. Elegí Argentina por mi mujer…”
Ingresos
Según Carlos Lin, un supermercadista chino necesita ganar 5000 dólares por mes para que su actividad en Argentina sea verdaderamente rentable, “el chino siempre tiene que girar a China, a su familia, en dólares, entonces vos no estás hablando de menos de 2 o 3 millones de pesos por mes, pero estamos fuera de la ecuación lógica de un sueldo normal argentino”.
Al respecto, Lin aclaró que, en materia de sueldos, “no hay un mínimo, no hay un convenio, todos son comerciantes. Entonces, no hay un ingreso para un comerciante fijo. Un repositor de un supermercado chino, no puede ganar menos de un millón de pesos por mes. Ahora, ese no va a ser repositor toda la vida, a los dos años, se ahorró los 12 millones por año, en tres años 36 millones y eso se usa para otro supermercado chino con otro chino que ahorró también. Es otra forma de pensar la economía, son dueños rápido. Vos estás 15 años ganando un sueldo en Argentina y no llegás a nada, con todo respeto: es otra forma de pensar la evolución económica, es una inquietud para ganar más”.
Exigencias y mitos
Ante tal posibilidad, poco cuesta imaginarse que un argentino va a querer trabajar con un chino. Pero ¿cuáles son los requisitos para hacerlo?
“Primero, ser totalmente decente, o sea trabajar, respetar a ese chino. Como te dije, vos tenés que ganarte la confianza del patrón, ese patrón va a ser muy bueno con vos y mucho más flexible cuando confíe, porque el chino necesita alguien que le ayude a resolver problemas. Si vos lo lográs, el chino no le tiene miedo al sueldo. De hecho, hay una frase china que dice: “No hay que tenerle miedo al sueldo, porque alguien puede preguntar ‘¿cuánto pretende usted ganar?’ y yo respondería ‘6 millones de pesos por mes’. Perfecto, vamos a ver cuánto usted me rinde a mí como empresa”. Si tu trabajo le rinde a la empresa 20 millones, te pagará los 6 millones sin problema.
La charla con Lin no podía terminar sin hacer alusión a un mito que siempre convivió con la venta de sus productos de heladera y a los que Lin consideró un “prejuicio”, “¿Te acordás que decían que el chino del supermercado cortaba la cadena de frío? Eso es un prejuicio, porque es imposible que hagan eso porque si no te caería mal el yogurt o la leche, y ¿quién te va a volver a comprar? ¿para ahorrar cuánta plata de electricidad? Nunca sucedió. Lo que pasó fue que un termostato de una heladera había fallado, entonces, el chino lo regulaba a ojo, pero a la noche se congelaba y él lo apagaba”. (Fuente: INFOBAE)