El escándalo de las presuntas coimas: claves de un cisne negro
Por Andrés Lavaselli
El affaire que los audios de Diego Spagnuolo y su impacto en la campaña libertaria. Los escenarios posibles: del enojo de los simptizantes propios al aumento del ausentismo. Es poco probable un traslado de votos a Fuerza Patria. La pelea peronista sigue tan fuerte como siempre, pero hay una conversación abierta sobre el presupuesto 2026 y la integración de la Corte
El estallido del escándalo de los “audios de las coimas” -la filtración que revela un presunto entramado de corrupción que implica de modo directo a Karina Milei, a solo dos semanas de las elecciones del 7 de septiembre, abrió un interrogante central para el futuro inmediato de la política bonaerense: ¿se trata de un “cisne negro” con capacidad de incidir de modo directo en el resultado de las urnas o será apenas un caso más de alto impacto mediático que se diluye con el correr de los días?.
La primera reacción de la comandancia de campaña libertaria, que ejerce Sebastián Pareja, fue congelar todos los movimientos, a la espera de nuevas órdenes de Casa Rosada. Es que los audios de Diego Spagnuolo dejaron “grogui” al oficialismo: todavía nadie atina a establecer una estrategia para minimizar el impacto de un affaire que golpea a corazón del poder. El problema es que no solo Karina y “Lule” Menem quedaron apuntados, también están salpicados el propio Javier Milei y José Luis Espert, dos protagonistas centrales de la estrategia electoral de LLA.
Si se confirman los documentos difundidos hasta ahora, el presidente podría ser acusado de encubrir una trama que derivaba todos los meses a las manos de su hermana 800 mil dólares de prestadores del sistema de discapacidad, al mismo tiempo ordenaba ajustarlo con dureza. Un entramado en cuyo centro, además, se ubica un ahora ex funcionario como Spagnuolo, que antes de conocer a Milei ya integraba los equipos de Espert, cabeza de la lista de diputados para el 26 de octubre.
Más allá de lo que determine la justicia, la implicancia del escándalo tiene una dimensión de cortísimo plazo: ¿Cómo hará Milei para cumplir con su plan de campaña, que preveía una fuerte participación personal en los territorios para apuntalar a los candidatos, al modo que lo hizo con Manuel Adorni en las elecciones porteñas del 18 de mayo? Ahora es un líder sobre el que se cierne la sombra de la corrupción ¿Valdrá lo mismo su respaldo? Ya no se trata de un asunto arcano para la mayoría como la cripto $LIBRA. Las coimas las entiende todo el mundo.
Una investigación de la consultora Ad Hoc registró un primer impacto negativo en un territorio en el cual los libertarios juegan de local, la red X. En las primeras 72 horas tras la publicación de los audios, hubo allí 243 mil menciones negativas a Milei, un pico que superó incluso al del último discurso en Davos. Es un proceso de pérdida de centralidad que ya se venía dando, pero que ahora aparece acelerado. Aun no hay relevamientos completos por fuera de las redes, pero varios consultores que trabajan en ellos adelantan que la respuesta podría ser similar.
Aunque todo es especulativo por ahora, una de las hipótesis que circula es que ese impacto se podría traducir en un rechazo de simpatizantes libertarios, que finalmente decidan no ir a votar. Pero no en un traslado de votos a Fuerza Patria, aunque por perfil ideológico algún desencantado pueda optar por alguna tercera fuerza, como Hechos o Somos. En un contexto en el cual la participación ya se preveía baja, sería de todos modos un beneficio -indirecto- para el peronismo, que tiene a sus 84 intendentes trabajando a pleno para movilizar el aparato territorial.
Como estrategia para motivar el voto anti peronista o porque realmente lo cree, Milei venía abriendo el paraguas ante una eventual derrota en la elección bonaerense. Es lo que se oculta tras la repetida frase de que esos comicios marcarán “el piso para LLA y el techo para el peronismo”. El caso de las coimas tiende a dar verosimilitud a esa narrativa. Como fuere, nadie imagina una elección con gran diferencia para nadie. Pero si lo que aumenta es la abstención, el aparato del PJ, que tradicionalmente explicó hasta 3 puntos de una elección provincial, podría ser determinante.
Peleados pero juntos
Si es verdad que la potencial pérdida de apoyo de LLA no la capitalizaría Fuerza Patria, al menos en el plano de campaña el escándalo ayudó al peronismo a ocultar desavenencias que son más que evidentes. No solo porque cada sector parece atender su propio juego, sino porque La Cámpora insiste con las críticas a Axel Kicillof. Lo hizo el propio Máximo Kirchner en un acto en Quilmes, en el que se quejó de un trato inequitativo de la Gobernación a esa ciudad, gobernada por Mayra Mendoza, respecto de La Plata, en manos de Julio Alak, alfil del gobernador.
Pero en paralelo a ese discurso, revelador de las tensiones que persisten en la medida en que se produce en un momento tan poco propicio para el internismo como es la campaña, podría haber un acuerdo en ciernes. ¿El objetivo? Blindar el presupuesto bonaerense 2026, luego de que la provincia se quedara sin el de este año.
La lógica es acelerar para antes de diciembre, ya que aun si no les va tan bien en septiembre, LLA estará después de las elecciones más cerca de los dos tercios necesarios para trabar la mayoría calificada de dos tercios que requiere ese proyecto.
La clave de la negociación -Verónica Magario ya planea una sesión para después del 7 de septiembre- es incluir la demorada renovación de la Suprema Corte provincial, lo que podría aceitar las voluntades. El esquema de partida es el reparto de las cuatro vacantes existentes entre el camporismo, el kicillofismo y el massismo, con un sillón que podría quedar para el radicalismo. El quiebre del bloque de senadores de ese partido podría ser la lleve de los dos tercios, una jugada para asegurar el reparto sin incluir a los libertarios.