Dunamar, más que un barrio parque
El crecimiento de Dunamar es notorio. Para analizar su evolución y profundizar sobre la temporada actual, La Voz del Pueblo dialogó con la referente inmobiliaria Carolina Winkler
Por Juan Falcone
Color verde, un aire que llena los pulmones de naturaleza por la cantidad de árboles que rodean todo el territorio conocido como Dunamar, un lugar que nació con la premisa de “transformar un desierto en un oasis”, según explicó Ángel Fangauf hacedor del barrio parque, a este diario un 14 de abril de 2013.
En junio se cumplirán 10 años del fallecimiento de Fangauf, y cumplió con este objetivo de “construir un paraíso en el desierto”, con el que comenzó en la década del 50 junto a su familia.
Tanto color, pájaros cantando y los desniveles entre las viviendas te hacen sentir en una aventura, creo que debe ser uno de los motivos por los que tantas personas eligen a Dunamar como lugar de veraneo, segunda residencia o incluso como lugar de vida.
Carolina Winkler brinda en Dunamar servicios inmobiliarios, y previo al cambio de quincena, charló con La Voz del Pueblo sobre los atractivos que hacen que las personas lo elijan como su lugar predilecto para vacacionar.
Esta visión la comparte también desde un punto de vista personal, ya que su vida se encuentra ligada a Dunamar desde mucho tiempo atrás: “Vine acá con mis padres cuando con mi hermano Máximo éramos muy chicos, y mis padres empezaron a comprar distintos lotes y era un lugar súper agreste, y ahí fue donde nosotros empezamos a veranear todos los años en Dunamar”.
Recuerda con cariño el puente peatonal, el cual antes también era puente vehicular, donde mencionó un curioso apodo con el que se le hacía referencia: “En ese momento solamente estaba el puente peatonal que era vehicular en ese entonces y se le llamaba ‘puente de los aplausos’ porque vos pasabas y hacía clap, clap, clap”, mencionó con nostalgia Wrinkler.
Carolina continúa con el legado de su madre, quien inició el negocio inmobiliario con la firma MG Inmobiliaria: “Mi madre fue la que fundó la inmobiliaria, se llama Mabel Guglielmino y fue la que vendió la mayoría de los lotes en Dunamar y empezó también en la calle 28 a poner la otra sucursal de MG en Claromecó. Ella fue la primera que empezó con todo el movimiento de inmobiliaria”.
“Acomodamos los valores con una reducción de un treinta por ciento”
Carolina Winkler
Agregó que en un principio no se valoraba la oportunidad de adquirir un terreno en Dunamar porque antes la gente lo veía “muy agreste, y hoy en día se arrepienten los que no le hicieron caso a mi madre, porque dicen que los lotes frente a la playa ‘eran un golazo’ y ahora ya no tenemos casi lotes frente al mar para vender”.
¿Por qué Dunamar? Es una pregunta que Winkler respondió al explicar que “es un lugar donde vos podés estar tranquilo, descansando, enseñándole a tus hijos a andar en bicicleta o llevarlos hasta la playa caminando sin ningún problema. La gente no viene a aparentar acá, alquilan casas muy lindas, pero vienen a descansar”.
Temporada
Analizando en profundidad lo que ha sido este inicio de 2024, Winkler indicó cuál es su balance de esta primera quincena que está llegando a su fin: “Dunamar no escapa a la realidad de Argentina, hemos tenido aproximadamente un sesenta o setenta por ciento la primera quincena de ocupación de las propiedades, la otra cantidad de gente que hay son propietarios y ya de cara a la segunda quincena de enero decae un poquito, pero seguimos esperando a que las personas lleguen”.
El balance de esta primera quincena fue difícil de hacer, dado a las variantes climáticas que se tuvo, pero remarcó aspectos positivos: “la gente que ya había contratado en agosto no se bajó y eso es muy positivo. La gente pudo venir a disfrutar de la estadía y tenían en un día las cuatro estaciones. Tocaron días con sol, viento, lluvia y después se queda una noche impecable. La gente la pasó bien, quizás no al ciento por ciento la playa, pero aun así pudieron disfrutar”.
Los precios de los alquileres fluctuaron en el mercado, y en algunas propiedades Winkler marcó una reducción en el importe de alquileres por noche, y la destacó como positiva para el turismo. “Acomodamos los valores con una reducción de un treinta por ciento. La gente está agradecida con esta baja, porque vienen y pueden hacer otras actividades, no solamente alquilar una casa y quedarse encerrados, sino poder salir a dar una vuelta, ir a comer un helado, o ir a pasear. Ha bajado el costo por noche en algunas propiedades”, sostuvo.
Profundizando sobre este tema, que la gente pueda tener la posibilidad de disfrutar de la localidad en la que se vacaciona “es lo que necesitamos tanto en Dunamar como en Claromecó, que la gente no solo venga, porque no alcanza con que vengan, sino que tengan la posibilidad de consumir, interactuar con otros lugares y disfrutar de todo esto”.
Migración
Cantidad de personas llegaron a Dunamar y a Claromecó. Es una situación que se ha dado en todo el planeta. Como dijo Pablo Ledesma días atrás en conversación con este diario, “el mundo mira hacia el mar”.
Sobre este crecimiento Winkler encontró en este último tiempo una gran cantidad de personas que llegan a Dunamar a construir su vivienda y hubo incremento notable tanto en este sector de Claromecó como en la misma localidad, de construcciones y edificaciones: “Estamos creciendo, con casas de particulares de gente de Tres Arroyos o quizás gente del campo que viene y se hace sus casas como para poder tener, no solo los fines de semana, sino ya para quedarse estable, como ha hecho mucha gente post pandemia que se instalaron acá”.
Y con la llegada de nuevas personas, también está el interés de brindar un servicio, un detalle que Winkler destacó como necesario: “Muchas casas son para vivienda propia, pero aparte aprovechan y hacen una casa chiquita para alquilar, porque también está bueno, además de estar viviendo acá, dar un servicio con una casa más chica, está bueno que la gente pueda tener mucha variedad de propiedades para alquilar”.
El barrio que crece entre los bosques para muchos ya está dejando de ser solo un “barrio parque”, está mutando con su propia comunidad, y se lo menciona como un lugar diferente para vacacionar. Todo indica que Dunamar y Claromecó seguirán creciendo, quizás para en un futuro ser localidades diferentes, pero manteniendo su característica conexión, que vela e influye en el crecimiento de Tres Arroyos.
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