La semana pasada vimos cómo la autoexigencia está instalada en el quehacer de líderes y emprendedores como un factor asociado a la productividad y el éxito; sin embargo dimos claros argumentos del efecto adverso que conlleva esta postura.
Hoy, ahondaremos acerca de las diferentes dimensiones que puede tomar la autoexigencia en el liderazgo.
1. Autoexigencia en resultados
-Establecimiento de metas ambiciosas pero alcanzables
-Monitoreo constante del desempeño
-Responsabilidad por outcomes del equipo
-Búsqueda de mejora continua
2. Autoexigencia en competencias
-Desarrollo profesional constante
-Actualización de conocimientos
-Adquisición de nuevas habilidades
-Búsqueda activa de mentoring y coaching
3. Autoexigencia en comportamiento
-Coherencia entre valores declarados y acciones
-Integridad en todas las interacciones
-Puntualidad y cumplimiento de compromisos
-Comunicación clara y efectiva
4. Autoexigencia en relaciones
-Construcción de vínculos de confianza
-Escucha activa y empática
-Desarrollo del talento del equipo
-Creación de ambientes psicológicamente seguros
¿Qué estrategias podemos aplicar para sostener una autoexigencia “Equilibrada”?
1. Establecimiento de estándares realistas
-Definir objetivos SMART (específicos, medibles, alcanzables, relevantes, temporales)
-Considerar recursos disponibles y contexto
-Incluir métricas de bienestar además de resultados
-Revisar y ajustar metas periódicamente
2. Gestión del perfeccionismo
-Reconocer que la perfección no siempre es necesaria
-Establecer criterios de "suficientemente bueno"
-Celebrar el progreso, no solo los resultados finales
-Aprender de los errores sin autocastigo
3. Autocuidado y sostenibilidad
-Mantener límites saludables entre trabajo y vida personal
-Practicar técnicas de manejo del estrés
-Buscar apoyo profesional cuando sea necesario
-Cultivar intereses fuera del ámbito laboral
4. Desarrollo de la autocompasión
-Tratarse a sí mismo con la misma amabilidad que a otros
-Reconocer que los errores son parte del aprendizaje
-Practicar el autoconocimiento y la reflexión
-Mantener una perspectiva realista sobre las limitaciones humanas
Herramientas prácticas y autoevaluación del líder. Algunas preguntas reflexivas
-¿Mis estándares son motivadores o paralizantes?
-¿Cómo reacciono ante mis propios errores?
-¿Mi autoexigencia inspira o presiona a mi equipo?
-¿Mantengo un equilibrio saludable en mi vida?
Técnicas de Desarrollo
-Journaling: Reflexión diaria sobre desempeño y emociones
-Feedback 360°: Evaluación integral desde diferentes perspectivas
-Coaching ejecutivo: Apoyo profesional para desarrollo personal
-Mindfulness: Prácticas de atención plena para autorregulación
Soltar la autoexigencia no significa bajar estándares o dejar de buscar la excelencia. Por el contrario, significa dirigir esa energía de manera más estratégica y sostenible. Cuando dejamos de lado la necesidad de “poder con todo”, descubrimos que:
-Nuestras decisiones mejoran porque tenemos la claridad mental para tomarlas
-Nuestros equipos se fortalecen porque les damos espacio para crecer
-Nuestra creatividad florece porque no estamos constantemente en modo supervivencia
-Nuestro impacto aumenta porque nos enfocamos en lo que realmente importa
El resultado final es sorprendente, no somos menos profesionales por establecer límites saludables. Somos más humanos. Y esa humanidad, lejos de ser una debilidad, se convierte en nuestra mayor fortaleza como líderes.
(*) La autora es licenciada en Economía (egresada de la UNS). Con especialización en Economía del Comportamiento (UCEMA) y Neurocoaching. Experta en Bienestar y Felicidad Organizacional (Universidad de Nebrija, España).
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