Día del trabjador del calzado: Zapatero por herencia y vocación
Emmanuel Tempone, de Shoe Broken 2, dialogó con La Voz del Pueblo donde reveló sus métodos de trabajo y narró su historia de vida, donde continúa con un importante legado
Un nuevo día del zapatero se vive en Tres Arroyos, y La Voz del Pueblo lo celebró acercándose a Shoe Broken 2 en Estrada 686, donde se desempeña Emmanuel Tempone, zapatero por herencia y por vocación.
Por herencia, porque todo comenzó con su padre, quien en la esquina roja de Bolívar y Reconquista se hizo un zapatero de renombre para la ciudad, por su intervención en el nicho del calzado deportivo. Tras su fallecimiento, en 2004, Emmanuel no dudó en continuar con el legado que dejó su padre.
Antonio Roberto Tempone, fue un apasionado de su profesión, y su hijo Emmanuel recuerda como fue tomar el mando del negocio tras perder a su padre: “Mi papá empezó a trabajar en el año 1982 y yo nací en el 1983. Me crie en un contexto de calzado y del negocio, pero me vinculé directamente con el oficio cuando él falleció, el 8 de agosto del 2004. Yo estaba estudiando el profesorado de ciencias sociales, y por una necesidad de seguir generando ingresos, el 10 de agosto abrí la persiana y con ciertos rudimentos que él me había enseñado, empecé”.
La primera experiencia fue breve, ya que para continuar con la docencia, en el año 2007 cerró el negocio para dedicarse de lleno a enseñar: “Estuve tres años trabajando de zapatero, me recibí de docente en el 2005, y en el 2007 bajé las persianas. Fueron diez años donde me dediqué exclusivamente a la docencia”.
Pero ya sea por destino, vivió una situación que lo impulsó a volver a conectarse con el oficio de zapatero: “Diez años después de la muerte de mi papá, en 2014, soñé con él. Lo interpreté como un mensaje, así que me armé una página de Facebook anunciando que volvía Shoe Broken”.
Vocación
La vocación es una palabra que suele venir de la mano a la hora de hablar de oficios. En este caso, calza perfectamente con Emmanuel y su trabajo como zapatero. Pero Tempone es muy particular, demostró ser un apasionado por trabajar y también de aprender, el resultado de esta fusión hace que sea un profesional muy instruido, que a las técnicas más antiguas le sumó también el fundamento teórico.
Tempone definió que adaptó su rubro a la información y a los tiempos que corren, un privilegio que ofrecen las nuevas tecnologías. Además, hoy en día, no solo los zapateros innovan en sus métodos de reparación, sino que también existen zapaterías online, que ofrecen una amplia variedad de calzado moderno y funcional para todas las ocasiones, facilitando el acceso a productos de calidad desde cualquier lugar. Pero ya desde el ejemplo de su padre que conoce lo que es hacer su propio camino: “Mi papá fue un zapatero poco ortodoxo también. Aprendió solo, y pudo desarrollarse muy bien con el calzado deportivo, se especializó en zapatillas. En esa época innovó en el mercado, y se popularizó dentro de ese nicho. En Tres Arroyos se hizo muy conocido porque se caracterizaba por arreglar de todo”.
A ese conocimiento y habilidad para reparar elementos, se le sumó también su otra gran pasión, aprender: “Vivir en esta época es un abanico de posibilidades, antes para comprar materiales había que buscar en las páginas doradas, ahora podés acceder a información de todo tipo, y estar a la par de cualquier emprendimiento de otra parte del mundo”.
Emmanuel estudió -y sigue estudiando- en profundidad los compuestos de los calzados, sus suelas, los pegamentos que se utilizan. Eso incluso le permite estar instruido para aconsejar a los clientes, pero conocer estos detalles para los compuestos utilizados, saber qué tipo de material se debe combinar, y el tipo de pegamento específico que debe de usarse para que en su conjunto el calzado sea más duradero, “Si alguien lo fabricó, alguien lo puede reparar” es la frase con la que refleja que ninguna rotura o problema con el calzado es imposible de solucionar.
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Su método
Cuando un cliente se presenta en Shoe Broken, Emmanuel tiene ya una forma muy aceitada para trabajar, la cual consiste en una serie de pasos: “Primero analizo el material con el que está hecho el calzado, qué tipo de rotura tiene, y determino que intervención le voy a dar, si es interna o externa, ya que si no está dañado por fuera, lo puedo arreglar por dentro. Y se repara por dentro con el material más óptimo, y que no le cambie el confort de marcha o en el pie”.
Además, en el caso de que no se pueda reparar con el material propio del calzado en cuestión, Emmanuel tiene la maquinaria para reemplazar esos materiales. Este es un servicio no muy común, ya que es una manera muy moderna de trabajar: “La idea del zapatero tradicional es colocar media suela, tapa, teñir o cambio de suela. Pero el calzado más contemporáneo tiene mucho plástico, mucho inyectado, por ahí el zapatero tradicional lo agarra de manera extemporánea, y hay que actualizarse”.
Futuro
Comentó que en su futuro cercano se ve ofreciendo un servicio más amplio, con una mejor gestión del negocio y “expandirnos en la venta, tener más productos y satisfacer necesidades que en Tres Arroyos no están resueltas. Traer botines de fútbol, de cuero, zapatos de baile, calzado de trabajo. En resumen, satisfacer necesidades y mejorar la calidad”.
Actualmente, en su local en Estrada 686, trabaja junto a su pareja, Noelia Pollacche, donde ella se encarga de atender el negocio, organizar los turnos y de la venta de cordones, ceras, suelas y gran variedad de productos para el cuidado del calzado.
Y para concluir, invitó a la comunidad a acercarse al local, donde los vecinos van a poder encontrar “una cantidad de productos que les va a inundar la vista. Van a encontrar a Noelia, que tiene una capacidad de gestión increíble. Y se van a encontrar con un servicio que apunta siempre a ser de calidad, donde van a resolver su necesidad de un producto para su calzado, y siempre vamos a intentar resolver sus problemas con el calzado”.