Buzones Antinarco: Apolonio dijo que “la gente sabe bien quién vende droga”
El titular de la Secretaría de Seguridad hizo un balance de la información recogida tras la primera apertura del sistema que, según su visión, protege en mayor medida la identidad del denunciante
Nueve investigaciones sobre comercio de estupefacientes en distintos puntos de la ciudad acaban de iniciarse como resultado de las denuncias anónimas recogidas en los buzones Antinarco de Tres Arroyos.
A 45 días de la inauguración del sistema de protección de la identidad para denunciantes anónimos contra el flagelo de la droga, se recibieron 18 notas anónimas conformadas por simples papeles doblados, donde se logró determinar la existencia de información fehaciente y concreta como para dar inicio a nueve tareas investigativas que van a ser desarrolladas por la Fiscalía.
Los 21 buzones Antinarco fueron abiertos ayer por los instructores de las UFI N°16 y 17, los doctores Fabricio Alé y Martín Iparraguirre, junto con las autoridades del Foro de Seguridad y funcionarios de la Secretaría de Seguridad, entre ellos, el licenciado Juan Eduardo Apolonio, titular del área y responsable del traslado de los buzones a la sede del Ministerio Público.
Al ser consultado por LA VOZ DEL PUEBLO acerca del resultado de la primera experiencia de este método de denuncia en el distrito, la consideró “positiva” y se mostró sorprendido por la cantidad, “la verdad es que me asombró. Pensé que íbamos a encontrar menos información. Porque era algo nuevo, porque siempre está el temor acerca de si (al vecino) lo estaban mirando o no (al momento de depositar su mensaje en el buzón)”.
Tal como recordó el funcionario, la experiencia no comenzó de la mejor manera, aunque posteriormente, con el hallazgo de los otros contenidos, el balance cambió. “Abrimos los dos primeros. Vacíos. Después empezamos a abrir más y nos encontramos con un resultado satisfactorio”, mencionó.
Compromiso
Acerca del resultado y la manera en que fue recogida la información, Apolonio dijo que se trató de “18 esquelas que se configuraron en nueve investigaciones, al haber varios mensajes repetidos. La verdad es que fue sorpresivo el compromiso del vecino a denunciar”, comentó reconociendo que no esperaba una respuesta de esta magnitud.
Entonces ¿Qué le deja al funcionario la observación del abultado resultado de una consulta que refleja un problema en la salud de la sociedad?
“Que la droga atraviesa todos los estratos sociales, como primera medida. Y que la gente conoce fehacientemente en su barrio quienes son los que se dedican a la comercialización de la droga”, dijo luego de haber leído junto a los fiscales los textos que hoy impulsan futuras causas policiales.
Fueron simples papeles doblados en cuatro, que fueron revisados en media hora, pero contaban con “información precisa” sobre distintos puntos de la ciudad, donde se estarían vendiendo sustancias estupefacientes.
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Reservado
Después de haber sido policía, donde se nutrió de la experiencia necesaria para trabajar en la gestión de seguridad, Apolonio distinguió el valor del anonimato que le dan los buzones Antinarco a sus usuarios por encima de cualquier opción telefónica o digital, como el 911 y las apps de cualquier origen.
“En el 911, de alguna manera, en algún registro queda tu nombre. Vos no llamás anónimamente al 911. El 911 te georeferencia y tiene tu número. Ese es el temor de la gente. Acá si hay un anonimato total (por los buzones)”, diferenció.
“Con todos los otros sistemas, como la aplicación del Ministerio, tenes que configurarte para ser usuario de la aplicación. Si te presentás en el Ministerio Público Fiscal a hacer una denuncia con identidad reservada, en algún momento puede llegar a salir tu nombre también”, comentó antes de subrayar que, lo más básico manual y tradicional, dio resultados más abundantes en cuanto a cantidad, “tampoco en el 147, donde recibimos otras denuncias, no nos denuncian el tema drogas. Por el temor a ver quién me atiende, quién no me atiende, qué le van a decir. Y, además, en 45 días, la gente podía acercarse en cualquier momento a dejar el papel doblado con la información. En esta primera etapa, donde era algo novedoso, y la existencia de ese temor a ser visto, fue más que satisfactorio”, remarcó.
Sin dejar advertir el impacto humano que significa esa cantidad de denuncias en un tema tan delicado, Apolonio reconoció que, “conociendo la realidad, si no hubiese habido alguna información, es porque el sistema no estaba resultando. La venta de estupefacientes está desde el pueblo más chiquito al más grande”, señaló en el cierre, antes de anunciar la reinstalación de los buzones Antinarco en sus lugares de origen.
Por eso, ayer fueron nuevamente sellados y trasladados a su lugar de origen: los CAPS de cada barrio, el Centro Municipal de Salud, la Dirección de Políticas Tributarias, las delegaciones, la sede de las secretarías de Seguridad, Desarrollo Social y el Polideportivo Municipal, donde seguirán disponibles para que los vecinos continúen aportando sus denuncias sobre movimientos similares o sospechosos de comercialización de estupefacientes en su barrio o zona de influencia de manera anónima y segura.