Bomberos de Bellocq acudieron a un aterrizaje preventivo en un campo

El piloto tresarroyense Gustavo Uzcudún debió realizar un aterrizaje preventivo en un campo de San Francisco de Bellocq y causó alarma en la delegación ubicada a 90 kilómetros de nuestra ciudad.

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La situación hizo que vecinos del establecimiento rural llamen al Cuartel de Bomberos Voluntarios de San Francisco de Bellocq, desde donde se destinaron dos dotaciones compuestas por un camión de rescate y una camioneta, aunque al llegar al lugar, se constató que se trató de un percance sin mayores consecuencias.

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LA VOZ DEL PUEBLO se comunicó con Uzcudún, quien explicó que la situación se dio porque el motor de la aeronave que él mismo terminó de construir en 2019 (ver recuadro), había empezado a levantar temperatura y, para prevenir una rotura, eligió el lote de Guillermo Marchini para aterrizar. Precisamente en esa maniobra fue cuando terminó rompiendo una de sus ruedas al atravesar una cueva de peludo.

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“Salí a volar y dar una vuelta por Claromecó y Balneario Orense y, cuando volvía de ahí, empecé a sentir olor a líquido refrigerante. Empecé a mirar la temperatura y noté que iba más alto que lo normal. Podía ser por el líquido refrigerante o la temperatura del día, ya que hace calor, y decidí aterrizar en el campo de un amigo a revisar el agua”, comentó.

 

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“Cuando aterricé, agarré una cueva de peludo y rompí la rueda del avión. Cuando pasa eso, el ala toca el suelo. Pero sacando la rueda que se rompió, el avión está intacto”, añadió refiriéndose al único daño que debió soportar la aeronave.

 

Luego de remarcar los motivos de su decisión de aterrizar, “pensé que, si el motor seguía levantando temperatura, me podía estropear el motor y no tiene sentido”, reconoció el impacto que tuvo la maniobra entre los vecinos de la zona, “algunos me dijeron ‘se cayó el avión’, pero no, cuando aparecieron los bomberos estábamos viendo lo de la rueda. Llegó la policía, todo, pero entiendo, que es un avión y llama la atención”, comentó en el cierre.