Un gracias enorme a Ida van Mastrigt
La cónsul honoraria del Reino de los Países Bajos, Ida van Mastrigt, recibió el miércoles pasado por la noche, muestras de gratitud por parte de integrantes de la colectividad holandesa y allegados, así como del embajador Martin de la Beij, su esposa y otros funcionarios. Es que cumplió 40 años de servicio como vicecónsul y cónsul, tarea muy valorada por quienes alguna vez se acercaron a golpear su puerta y requerir de colaboración.
En la sede del Club Social se concretó una recepción, oportunidad en la cual el embajador le entregó a la cónsul una condecoración del Ministerio de Relaciones Exteriores de Holanda.
En representación del municipio asistieron los concejales Héctor Asef y Jorge Damiani; así como Juan José Etcheto, secretario de Desarrollo, Ciencia y Tecnología; Ricardo Ravella, representante en el Parque Industrial. También participó Eduardo Groenenberg, secretario de Obras Públicas y -ante todo- hijo mayor de Ida van Mastrigt; y Gustavo Oosterbaan, director del CRESTA.
Juan Ouwerkerk asumió el rol de conductor y presentador en el acto. El primer orador fue el pastor Detlef Venhaus, tras lo cual el coro del Colegio Holandés -dirigido por Marcela Palmieri- interpretó dos canciones.
Hubo una pausa para conversar y compartir el ágape. Luego tuvo la palabra Antoinette Hogerheide, miembro de la colectividad y amiga.
Por su parte, Pedro Ouwerkerk recordó la llegada de Ida a Tres Arroyos junto a su hermana Miep, los años en el Colegio Holandés, su partida y posterior regreso, la formación de una familia y su designación como cónsul, entre muchas otras vivencias. Dejó un pedido muy concreto: “Varios de la comisión de Oranje me dijeron, cuando Ida diga no puedo seguir más adelante, que el consulado no quede vacante”.
En representación del municipio, pronunciaron unas palabras Héctor Asef y Jorge Damiani.
El embajador le entregó a la cónsul la mencionada condecoración y le otorgó relevancia al vínculo permanente que mantiene con los funcionarios diplomáticos.
Como corresponde, la última oradora fue la agasajada y sus dos últimas palabras resumen sus sentimientos: “Estoy feliz”, afirmó y generó un sostenido aplauso.
Llegó el momento de cortar la torta, ya en el final de una recepción muy especial y que seguramente Ida, su familia y seres queridos no van a olvidar.