“Esto se hace por pasión, no por plata”

Los héroes silenciosos de Palermo I: Daniel Calvo es el cabañero de Quequén Sur, el establecimiento de Serafín Sillero, que en la Expo Rural logró tres banderas de Angus y una de Hereford. “Son logros que ni siquiera había soñado”

Ads

Daniel Calvo es la humildad hecha hombre. Habla bajito, pausado, y cada tanto suelta una sonrisa tímida, tiene cara de bonachón. “La nota se la tenés que hacer a él que labura como un animal”, dice Serafín Sillero. Daniel es el cabañero de Quequén Sur, la cabaña que Serafín tiene en El Perdido, que en Palermo compitió con Angus y con Hereford. Y que ganó con las dos razas.

“Son logros que ni siquiera había soñado que podían llegar a darse”, le dice a La Voz del Pueblo en pleno galpón de La Rural, este laburante de 45 años, que el miércoles pasado se dio la satisfacción de colgar en los corrales cuatro banderas: en Angus logró el Mejor Ternero Colorado, la Tercera Mejor Ternera Negra y la Tercera Mejor Ternera Colorada; y en Hereford, el Segundo Mejor Ternero.

Ads

Daniel empezó a aprender el oficio de cabañero hace unos ocho años en Río Negro. “Soy de Viedma, siempre trabajé en el campo, y en 2017 empecé a aprender esto en la cabaña La Cantera”, cuenta. De hecho, la primera vez que pisó Palermo fue con aquel establecimiento, que competía con Hereford. “Como venimos del otro lado del Río Colorado donde no se vacuna contra la aftosa, cuando cruzas un animal después tiene que hacer una cuarentena. Y esa vez la hicimos en el campo de Serafín, que era amigo de mi otro jefe”, explica sobre cómo nace la relación con Sillero.

La amistad que quedó con el grupo de trabajo de Quequén Sur hizo que Serafín un día lo llamara y le ofreciera trabajar en la cabaña. Daniel no lo dudó, se despidió de su mamá y su hermana y se mudó a El Destino, el campo ubicado en Coronel Dorrego donde funcionan las cabañas de los Sillero.

Ads

Tiempo completo

Calvo trabaja exclusivamente de cabañero, y el único que se dedica a eso. Atiende a las dos razas todo el año. “La verdad es que es mucho laburo”, dice riéndose, para dar a entender que no lo dice como una queja. “La cabaña es así”, agrega.

Y describe: “Arranco antes que salga el sol, a oscuras voy a darles de comer y mirar que esté todo bien. Una vez que comieron dejo pasar un rato y los empiezo a llevar para arrancar a trabajarlos: agarrarlos, peinarlos y especialmente bañarlos. Todos trabajos que combino con Serafín, que es el que después viene cuando hay que pelarlos y va analizando cómo van evolucionando”.

Ads

“¿Si me gusta el laburo? Si esto no te gusta no lo podés hacer. Esto por el sueldo no lo hacés. Es muy parecido a lo que pasa con la preparación de los caballos de carrera, tenés que sentir pasión y además tenés que tener puesta la camiseta de la cabaña”, explica en forma pausada.

Banderas

En 2023 ya vino con Quequén Sur a Palermo, pero sólo con Hereford. La cabaña logró la Mejor Ternera y la Segunda Mejor Ternera. Pero este año el desafío era mucho mayor, porque también competían con Angus. “Es una raza mucho más difícil, mucho más competitiva”, dice.

“Uno siempre tiene expectativas, piensa que tiene buenos animales, pero cuando llega a Palermo se da cuenta que los otros también los tienen”, cuenta. “Además, en las juras puede pasar cualquier cosa, porque el hombre (por el jurado) elige según sus gustos. Entonces no hay que amargarse si no te va bien, habrá que mejorar lo que te dicen que no está tan bien”, analiza.

Pero en lo que fue juras de terneros de ambas razas, la mayoría de las críticas fueron positivas. “Fue muy bueno todo, ni siquiera lo había soñado. Y ganar una bandera en Palermo es lo máximo”, dice.

Y fiel a su humildad, rápidamente se corre del centro de la escena. “Esto es gracias al esfuerzo que hace Serafín, que forma y elije al animal. Más el granito que pongo yo, Javier, Gonzalo y Agustín, que vinieron también a Palermo. Más los chicos que están en el campo, que me dan una mano cuando necesito, y que cuidan al resto de los animales cuando venimos a las exposiciones. Acá ganó el equipo”, asegura.

De hecho, el propio Serafín, más allá de los premios, explica: “Esta exposición es el momento que se junta todo el grupo. Nosotros hacemos agricultura y ganadería ciclo completo, y cuando venimos acá todos vienen a dar una mano por más que no trabajen en la cabaña. Es el momento que nos unimos, y también nos acordamos de los que se quedan laburando en el campo, que siempre están prendidos al teléfono para ver cómo nos va. Entonces es algo importante para nosotros como equipo”, destacó.

Pero volviendo a las banderas y al intenso trabajo diario, Daniel cuenta que “cuando te toca ganar y ponerle la bandera al animal te decís a vos mismo: ‘vale la pena tanto esfuerzo y sacrificio’”. Y con emoción recuerda el llamado que le hizo a su hermana cuando regresó al galpón con la bandera al hombro y las botas embarradas.

“Ella me felicitó porque sabe el esfuerzo que hago, el tiempo que le dedico y la pasión con lo que lo hago. Porque si no te apasiona es un laburo que no se puede hacer”, insiste mientras acomoda al Mejor Ternero Colorado de Palermo 2024 para la foto. “La verdad que es un lindo ternero”, dice y vuelve a reírse.