“El oficio se convierte en una forma de vida”
Carlos D’Annunzio es trabajador gastronómico “hace casi 20 años”, ha vivido numerosas experiencias en un oficio por el que siente vocación.
Sus inicios tuvieron lugar “en la cocina de la rotisería Gazpacho, en un período anterior como empresa familiar. Luego estuve en Más o Menos comidas rápidas, que ya no está más, así como en el carrito panchero de Lucio V. López y Moreno”.
Hace 15 años trabaja en el Bingo Tres Arroyos. “Me desempeño como mozo. Estuve un tiempo en la cocina, pero los horarios son a contratiempo de todo el mundo. Me dieron la posibilidad y decidí quedarme como mozo”, señaló.
Sobre el aprendizaje del oficio, hizo referencia a “la parte familiar de mi ex suegro, que era el dueño de Gazpacho, muy detallista como parrillero. Falleció, estuvo un tiempo el resto de los familiares y ahora están los actuales dueños. Fui aprendiendo de él, lo único que no me gusta de la cocina son los horarios”.
Se mostró agradecido “por haberlo conocido y trabajar a su lado, una excelente persona. Se llamaba Andrés Ruso. También su mujer Susana Cichetti”.
Al describir los inicios en el Bingo, dijo que “empecé sin ningún tipo de conocimiento previo como mozo, ni siquiera agarrar una bandeja. Lo fui aprendiendo, me fui perfeccionando, a través de preguntarle a mozos ya de años como se manejaban”.
Observó que “lamentablemente cada vez está más perdida la cultura de maniobrar la bandeja. En mi lugar de trabajo, es más complicado porque tenés que ir entre las máquinas, pero es una habilidad que con el tiempo la vas adquiriendo”.
En su mirada de esta actividad, manifestó que “he notado en el rubro y sucede en otros trabajos también, no es que te eligen por ser especialista, sino que la modalidad habitual es ‘¿necesitás laburar? Bueno, vení’. Y te hacés o no durante el recorrido. Los que van quedando de años son los que realmente tienen la vocación de gastronómicos, entran sin el oficio y al que le llama la atención, le termina gustando y se convierte en una forma de vida”.
Hay vivencias positivas y otras, lógicamente, que son negativas. “Uno tiene que saber manejar cada situación”, reflexiona.
Entre lo que menos le gusta, mencionó “la falta de respeto de una persona que uno atiende. Y por ahí también el hecho de tener que exigir a los empresarios, cosas que no tendríamos porqué exigir con respecto a derechos y ese tipo de cosas”.
Entre lo que menos le gusta, mencionó “la falta de respeto de una persona que uno atiende. Y por ahí también el hecho de tener que exigir a los empresarios, cosas que no tendríamos porqué exigir con respecto a derechos y ese tipo de cosas”.
Lo más valioso es “el trato con la gente amena, en algún momento se genera un vínculo, el mozo tiene un poco de confidente cuando la situación lo amerita, al igual que el barman con la persona que va a tomar un trago”.Ads
Un parámetro
Por otra parte, indicó que “particularmente el gastronómico es el que se entera en forma certera o exacta la situación del país. Cuando las cosas van bien, la gente sale. Ahora cuando van mal, es una de las primeras actividades donde se nota, se prescinde por una reducción de gastos”.
En referencia a la etapa reciente, afirmó que “están trabajando todos muy bien. No sé si obedece a la economía o el hecho de decir ‘estuve tanto tiempo encerrado en pandemia, un gustito me voy a dar. Después comeré durante una semana lo que haya’. Hay trabajo y adonde vayas sobre todo el fin de semana, está lleno”.
Capacitación
Entre otras apreciaciones, destacó que “está la carrera para formar mozos en el Centro de Formación Profesional. Por lo que tengo entendido, tiene un buen caudal de alumnos”.
En este marco, reiteró que “el rubro no es para cualquiera. Te tiene que gustar. Estar mentalizado que cuando otros se divierten, uno se encuentra trabajando, por ahí muchos chicos jóvenes no duran porque quieren salir. El oficio es más para gente con familia”.
Colegas y familiares
Durante la entrevista, señaló que en este día quiere “saludar a todos los compañeros gastronómicos, a los que trabajan en confiterías, restaurantes, los hoteleros también y para los que se desempeñan en diferentes servicios de eventos privados”.
Agradeció especialmente “a la familia que me hace el aguante. Se adaptan y acompañan en los diferentes cambios de horarios, porque yo trabajo con turnos rotativos”.
Valora mucho “a las personas que me llevaron a tener esta pasión”.
Valora mucho “a las personas que me llevaron a tener esta pasión”.
Del mismo modo, mencionó “a un hombre que ya no está, que falleció hace un par de años, era uno de los gerentes del Bingo, el señor Daniel Vivas. Apostó a mi continuidad en la empresa, me inculcó a decir ‘venís bien, fíjate en lo que podés mejorar’”.
Por último, expresó el deseo de que “la situación siga mínimamente de la misma manera o mejore. Que podamos continuar trabajando”.
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