Convertir el horror en arte
El 14 de junio, se cumplieron 40
años de la llegada del primer
tren a Auschwitz. Marian
Kolodziej, un polaco católico integrante
del movimiento scout, ocupó
uno de los vagones y fue prisionero
hasta que Alemania perdió la guerra.
Durante 50 años no habló de lo que
vivió en el campo de concentración
en el que los nazis mataron a más
de 1.100.000 personas, pero tras
padecer un ACV decidió dibujar su
experiencia y montó una muestra
para dejar testimonio del sufrimiento
y del horror “en honor a todos los
que han desaparecido en cenizas”.
Pero también para demostrar “que
existe la esperanza de una vida nueva
para quien tiene fe pese a todo”.
Su conmovedora historia y su obra,
fueron retratadas en las páginas de
este diario.
fueron retratadas en las páginas de
este diario.
El reconocimiento a su trayectoria
quedó plasmado en 2006, cuando en
el Centro Cultural del Mar Báltico,
también de la ciudad de Gdansk, recibió
la Medalla de Oro a la Cultura.
Sin embargo, todavía faltaban tres
años para que Kolodziej terminara
su obra cumbre, la que mayor tiempo
le demandó y concibió a partir de
la necesidad de realizar una rehabilitación
de su sistema motriz. El
trabajo se terminó convirtiendo en
una terapia sanadora del alma y un
homenaje a las más de 1.100.000
personas que fueron asesinadas por
los nazis en Auschiwtz, el campo de
concentración que funcionó en el
sur de Polonia durante la Segunda
Guerra Mundial y donde Marian
estuvo prisionero.
quedó plasmado en 2006, cuando en
el Centro Cultural del Mar Báltico,
también de la ciudad de Gdansk, recibió
la Medalla de Oro a la Cultura.
Sin embargo, todavía faltaban tres
años para que Kolodziej terminara
su obra cumbre, la que mayor tiempo
le demandó y concibió a partir de
la necesidad de realizar una rehabilitación
de su sistema motriz. El
trabajo se terminó convirtiendo en
una terapia sanadora del alma y un
homenaje a las más de 1.100.000
personas que fueron asesinadas por
los nazis en Auschiwtz, el campo de
concentración que funcionó en el
sur de Polonia durante la Segunda
Guerra Mundial y donde Marian
estuvo prisionero.
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