Es que ya habían pasado los 90 minutos reglamentarios y era casi nulo lo que se podía rescatar de adentro del campo, mientras que afuera el color y el ruido reflejaban la importancia del duelo para ambas localidades, que regalaron un marco espectacular para la gris y lluviosa tarde dominguera.

La chance de ser campeón ganándole al clásico llenó de nervios a ambos planteles, y el partido fue poco vistoso, lejos de los arcos, priorizando el orden defensivo y dejando muy solos a los que hacen fluir el juego de sus equipos.

Así pasó el primer tiempo y media hora del complemento, hasta que desde Copetonas empezaron a llegar novedades del partido con Juan E. Barra y Alumni sintió la necesidad de ir a buscar el triunfo porque el empate no le alcanzaba. Segovia sacó defensores, puso delanteros y en medio de ese desorden el Rojo orensano comenzó a inquietar a Alvarez con pelotas paradas y centros lejanos.

Cuando el reloj marcaba los 90 minutos llegó la noticia del gol de Barra, que coronaba a Claromecó si sostenía el empate. Pero el destino tenía pautado muchas más emociones para esos últimos minutos.

Cuando se cumplía el séptimo minuto de descuento (Porras había dado cinco), uno de los tantos centros de Alumni encontró la cabeza de Esbensen, que la peinó y le quedó a Schmidt para empujarla adentro del arco y generar la locura de todo el pueblo orensano.

Parecía que con el gol terminaba el partido, pero Porras permitió una jugada más, cobró una dudosa falta cerca del área, y hasta allá fue Mario Alvarez para buscar el milagro. 

Y el milagro ocurrió, porque tras un rebote quedó la pelota picando en el área y el experimentado arquero fusiló a Espinosa para darle al Recreativo el gol más importante de las últimas décadas.

Tras el pitazo final, la gente de Alumni acorraló a uno de los asistentes por un supuesto adelantamiento, hubo tumultos y algún golpe, mientras los cientos de claromequenses se metían a la cancha para festejar el título con los jugadores.

Tras unos minutos en los que volvió la calma, ambos planteles se saludaron y la caravana celeste y blanca emprendió el regreso a Claromecó con el título en la mano, en una jornada histórica que recordarán por mucho tiempo.

La fecha se completó con dos partidos más. Por un lado la victoria de Barra de visitante sobre Copetonas y por otro el triunfo de San Martín de local ante Cascallares.

Barra se impuso 2 a 1 a Copetonas con los goles de Ferreyra en dos oportunidades, había empatado transitoriamente Epulef.

Mientras que San Martín goleó con los tantos de Braian Díaz, Luciano Duguine y Maximiliano Siervo.