La tarde en el Osvaldo Sosa regaló un partido parejo, pero con mejores ocasiones en el local. ACDC sigue sin encontrar su mejor funcionamiento, y ayer se lo vio desconectado en sus líneas.

Los goles fueron de Turienzo en el primer tiempo y Sosa en el segundo, tras un tiro libre que con complicidad del arquero García terminó en el fondo de la red.

En tanto que Deportivo Central no sólo sumó sus primeros puntos, también escribió su nombre como uno de los ganadores del Torneo Apertura de Segunda División al vencer 3-1 a Alumni de Orense.

El orden, la entrega, el oportunismo y algunos destellos personales de alta calidad le dieron al Auriazul un triunfo que, durante gran parte del interesante y atractivo partido parecía lejano y complicado, finalmente terminó justificando por mérito propio.

Alumni es, sin dudas, uno de los equipos que mejor ofrece una interesante propuesta futbolística, con movimiento de pelota, presión alta, trabajo cercano entre líneas, un peligroso ataque y un Sola que se erige como su eje. Pero ayer, en el primer tiempo, no pudo transformar ese mejor juego en gol, primero por un mano a mano que Amestoy le ganó a Arana o por una alta definición del propio delantero estando solo dentro del área chica. Central propuso una fuerte intención por cerrar espacios, tuvo en Vega y Callegari dos piezas sólidas, donde el resto cumplió su función hasta equilibrar el juego en el cuarto final.

En el complemento, el equipo de Espinosa se paró unos metros más adelante y propuso una disputa más pareja, pese a correr algún riesgo defensivo que tuvo como aliado dos posiciones adelantadas que anularon sendos tantos de los orensanos. Pero el orden y oportunismo premió al local que a los 14’ puso a Morán en un abrazo con el gol. La incertidumbre sacudió al Rojo, que de no haber sido por Del Grande, hubiese quedado en mayor desventaja.

 Como intento de reacción, Alumni pasó a atacar con 3 delanteros y a defender con 3 y hasta con 2, donde sobresalió Barbosa; una gran acción de Zubillaga le dio la igualdad. Pero ese ímpetu y ganas de ganar lo confundieron, además que los cambios no le dieron resultado, lo llevaron a atacar sin claridad y a desprotegerse en defensa, lo que necesitaba Central para con claridad primero poner a Maldonado de cara al gol, y después a Villalba con un penal que selló un gran triunfo de Central.