La Ciudad

Así se expresó María Angélica Souto

Reacondicionan la Virgencita: “Para nosotros es un lugar sagrado”

31|03|23 18:52 hs.

La Virgencita es un lugar histórico y representativo de la playa de Claromecó. El acantilado ha sido siempre un espacio de referencia para los pescadores y los turistas, y también se ha convertido en un altar para muchos que han pasado a dejar un obsequio o un recuerdo familiar en la pequeña cueva que contenía a la Virgen de Luján. 


 Lamentablemente, la gruta ha sufrido numerosos actos de vandalismo, pero los vecinos una y otra vez se unen para recuperar este lugar que lo sienten como sagrado. El último ataque que sufrió la Virgencita fue en el mes de febrero, cuando un grupo de personas “destrozaron todo, rompieron la virgen que estaba ahí y todo el lugar”, aseguró María Angélica “Mary” Souto.

 Este acto nuevamente generó mucha conmoción y tristeza en la comunidad de Claromecó, por lo que Mary y su marido Carlos Avila decidieron volverlo a recomponer y el jueves colocaron una nueva figura de la Virgen de Luján en el lugar.

 Esa imagen tiene una larga historia y significado para la playa de Claromecó. “La virgen estaba en la bajada del Segundo Salto. Cuando Carlos era delegado la rompieron y nosotros la trajimos para restaurarla. Unos vecinos se ofrecieron, Estela y Raul, que escucharon en la radio que andábamos buscando quien repare la figura”, contó Mary a La Voz del Pueblo. 





El objetivo era que esa virgen vuelva a su altar en el Segundo Salto, pero el destino quiso otra cosa. “En ese ínterin, el señor Pedro Forgues vino y donó una virgencita preciosa para ser colocada en el Segundo Salto. Por eso, a la que estábamos restaurando la íbamos a poner en la gruta que hizo mi papá en avenida 26 y calle 43, en frente a la entrada de la Estación Forestal”, recordó.

 Así, la historia siguió: “Un día vino un vecino que veranea en Claromecó y me trajo una imagen de una virgen preciosa para ser colocada en esa gruta. Entonces colocamos la que el señor trajo porque él quería que la pongamos ahí”. 

 La virgen del Segundo Salto fue quedando, por eso Carlos y Mary fueron buscándole un nuevo lugar. “Estábamos viendo dónde se podía colocar. Hace un mes atrás destrozaron todo lo de la gruta de la virgen en la playa, así que yo me comuniqué con la radio y le dije que nosotros acá teníamos una virgen que estábamos buscándole un lugar, que íbamos a ir a colocarla ahí”. 



Esperando a que el movimiento cese y no haya tanta gente en la playa, finalmente el jueves de esta semana fue el día ideal para que Carlos y Mary pudiesen colocar la virgen. “Ese mismo día se comunica conmigo una señora de Claromecó, María Rosa Cuevas, que me dijo que anduvo paseando y vio que habíamos colocado la virgencita. Me contó que hay que un grupo de señoras que estarían interesadas en ir a acomodar el lugar, restaurarlo y volver a poner todo lo que había antes, que había una cruz, una imagen del papa y demás. Me preguntó si a mí me interesaba integrar ese grupo para poder ir, y yo encantadísima”, señaló Mary. 

 El día de encuentro iba a ser esta mañana, pero el clima no lo permitió. “Había un temporal de la ostia y era imposible. Así que nos quedamos y cuando mejore el clima vamos a ir y lo vamos a acomodar. Pero la intención es volver a dejar el lugar como estaba antes”, indicó.

 Un lugar sagrado 
La virgen actual que se colocó es mucho más grande que la que fue destrozada. “Ahí hay como una cueva que había una virgencita adentro. El tema es que es muy chiquito y esta que pusimos mide como 60 centímetros, no entraba”, por lo que decidieron colocarla sobre un costado de donde estaba. 



El vandalismo que sufrió el lugar fue realmente grave. “Las personas que lo rompieron, destrozaron todo, porque había una reja que resguardaba esa cueva, pero arrancaron todo. Es la segunda o tercera vez que se rompe el lugar”, aseguró. 

Y agregó: “Para nosotros es un lugar sagrado porque hay mucha gente que cuando fallece algún familiar arroja sus cenizas al mar y después deja la urnita o una plaquita en ese lugar. Y ahora rompieron todo, todo”. 

Pero los vecinos una y otra vez se unen para recomponer los daños causados. “Ya es la segunda vez que se hace un grupo así para ir a restaurar ese lugar. Es algo que está muy metido en los sentimientos de la gente. Es sagrado para nosotros, entonces vamos a seguir insistiendo en que hay que cuidarlo. Cualquiera puede tener una ideología religiosa diferente, pero no por eso vas a ir a romper. Realmente dolió mucho lo que hicieron, aparte la manera en que destrozaron todo el lugar, fue lamentable”, concluyó Souto.