27|10|22 08:44 hs.
José Bartolini es el único oferente que se presentó para explotar un parador en la zona de playa donde, en su momento, funcionara Borneo y el histórico Nahuel Epú de Alberto Borelli, en Claromecó. Para dar inicio a la obra de cara al próximo verano, el Concejo Deliberante debe autorizar al Departamento Ejecutivo, en lo que sería el toque final para dar inicio a la construcción de la estructura.
Sin embargo, el expediente sigue trabado en el ámbito legislativo y su tratamiento en el recinto, ya sea en sesión ordinaria o extraordinaria, por el momento, se demora.
El pasado martes, en el marco de una reunión plenaria, desde la oposición plantearon que deben corregirse "tres o cuatro" cuestiones del expediente. Esa observación fue marcada y, en consecuencia, se le envió una nota al Departamento Ejecutivo para que el documento sea revisado.
El director de Turismo, Alejandro Trybuchowicz se comunicó con el oferente y se trabaja a contrarreloj para resolver lo marcado desde la oposición.
En diálogo con este diario, Bartolini expuso su malestar por las idas y vueltas que hay alrededor de su concesión. "Tengo mucha incertidumbre y, al mismo tiempo, tristeza. No me quiero poner en papel de víctima, pero lo nuestro es netamente comercial. Y toda esta demora que se está dando, responde a un tema cien por ciento político", indicó.
"No hay que hacer un River-Boca de esto. La historia se sigue dilatando y eso me perjudica. Si sabía que iba a haber tantas trabas, no me presentaba en la licitación. Jamás me imaginé esto”
Y agregó: "Quedé al medio de un fuego cruzado de la política. Yo no tengo nada que ver con todo eso. Repito: lo muestro es cien por ciento comercial. Inclusive, además de un servicio para Claromecó, aunque sea temporal, la idea es generar cinco o seis fuentes de trabajo".

"Tengo mucha incertidumbre y, al mismo tiempo, tristeza. No me quiero poner en papel de víctima, pero lo nuestro es netamente comercial. Y toda esta demora que se está dando, responde a un tema cien por ciento político”
En sus apreciaciones, Bartolini dijo: "En medio de toda esta historia, que se da ni más ni menos que por un parador, cayó este tema político que retrasa todo. Primero se habló del monotributo. De entrada, le pifiaron -por los concejales de la oposición-, ya que en el pliego se dice que, ante el IVA, uno podía estar en cualquier categoría. Yo no salí a responder en ese momento porque ya sabía que todo esto era política".
"Sé que esto no es personal. Es política, pero justo se dio que caímos nosotros", remarcó.
En tiempo y forma
El oferente, en tanto, dijo: "Toda la documentación está entregada en tiempo y forma. Está todo aprobado y no hay nada raro detrás de nuestro proyecto, que es, ni más ni menos, que un parador. Cuando parecía que estaba todo encaminado, aparecen algunas objeciones. Lo que nos marcaron, lo arreglamos. Dicen que el informe técnico está incompleto, pero no me saben decir qué es lo que falta".
"No hay que hacer un River-Boca de esto. La historia se sigue dilatando y eso me perjudica. Si sabía que iba a haber tantas trabas, no me presentaba en la licitación. Jamás me imaginé esto. Pensé que íbamos a ir todos juntos y que me iban a acompañar. Esto saca las ganas", manifestó.
Además, dijo: "Nuestra idea es dar trabajo, prestar servicio y, el día de mañana, ganar un dinero. Si me bajo de la licitación, tengo que pagar una multa. Mientras tanto, los concejales siguen su vida. Hoy, el único perjudicado es el que invierte, en este caso, yo. Es el mundo del revés".
A su vez, el empresario manifestó: "Se me objetaron cosas que no figuran en el pliego. Por ejemplo, la concejal -Graciela- Callegari observó que soy proveedor del municipio. Sí, lo soy porque para retirar el pliego había que serlo".
"Estamos en las gateras para, cuando tengamos el Ok, empezar con la obra", sostuvo.