25|09|22 11:23 hs.
El próximo jueves 29, el Teatro Municipal recibirá desde las 21 a la obra “100 metros cuadrados, el inconveniente”, protagonizada por María Valenzuela, Sabrina Carballo y Nicolás Maiques.
Este espectáculo, que obtuvo cinco nominaciones a los Premios ACE, cuenta con la dirección de Manuel González Gil y promete regalar una noche divertida y emotiva.
En la previa a su llegada, María Valenzuela se prestó al diálogo con este diario para contar algunos detalles de lo que se verá en el escenario así como sensaciones de la gira que se encuentran realizando.
“Mi personaje se llama Lola y es el inconveniente, porque se llama '100 metros cuadrados, el inconveniente'; es una mujer que está muy enferma, que tiene tres Bypass, que no puede beber, que no puede fumar pero que está entregada en la vida y como necesita dinero, pone su departamento, ubicado en una muy buena zona, al 50 por ciento de lo que realmente vale pero con una condición: que únicamente será habitado por la persona que lo compre cuando ella estire las patitas” explicó en el inicio de la charla.
Es en ese punto de la obra que comienza el desarrollo de la trama. “Ahí comienza a tener un vínculo con Sara, el personaje de Sabrina Carballo, que viene a comprar el departamento. También está Nicolás Maiques, que es un buscavidas que anda de trabajo en trabajo pero que realmente quiere ser es artista” contó.
Para Valenzuela, es una “obra soñada” y explicó el porqué: “Tiene muchos ingredientes. Además cumplí el sueño de volver a ponerla en cartel porque la hicimos en calle Corrientes con otro elenco, vino la pandemia y nos había quedado en el tintero hacer la gira nacional y trasladarnos a lugares que es algo que nos encanta porque la gente te lo hiper agradece”.
- ¿Cómo están viviendo la llegada al interior? Imagino que la recepción es distinta porque la gente no tiene la oportunidad de verlos siempre…
- Exacto, ese es el gran placer que nosotros recibimos en nuestros corazones: el cariño de la gente y el agradecimiento por habernos trasladado a su ciudad. La verdad que el público del interior es muy agradecido en ese sentido; para ellos es una fiesta porque se empilchan, se maquillan las mujeres, van a ver la obra de teatro, después van a comer y da la casualidad que siempre nos encontramos en el restaurant con el público y entrar y recibir todos los aplausos de las mesas es increíble… hay un contacto muy directo y la verdad que es una alegría enorme poder hacerlo.
- Ya que hablamos de público, ¿notaste algún cambio tras la pandemia en el recibimiento o el acompañamiento?
- No es igual el público, la pandemia nos ha cambiado, nos ha dejado diferentes y lo que yo veo es que tienen una desesperación por salir e ir a ver teatro, sobre todo la gente que es muy teatrera; están relajados y recontra predispuestos a la risa y a la emoción que es lo que tiene esta obra, que además juega mucho con el humor negro y eso a la gente le divierte. El humor de Sabrina, el de Nico, el mío y el de la obra en general se fusionan de tal manera que se genera una carcajada explosiva… hay una emoción muy marcada porque de pronto sentís a la gente con alguna congoja o con un pequeño llanto porque le recuerda a algo y a nosotros ese ida y vuelta nos genera una emoción muy grande.
Aquí María hizo una pausa y reflexionó. “No hay como el teatro, es fantástico, ninguna función es igual, cada función es diferente, cada público casi que es diferente pero la gente del interior es muy parecida en ese sentido, son muy agradecidos de que nos traslademos a su ciudad”.
Cambio de elenco
Tras la pandemia, la obra cambió su elenco: se fueron Florencia Bertotti y Stéfano De Gregorio e ingresaron Sabrina Carballo y Nicolás Maiques. Consultada por cómo fue atravesar este cambio, María Valenzuela manifestó: “Fue sencillo porque tanto Nico como Sabrina son profesionales y se adaptan. En este caso yo tuve un doble laburo: recordar la obra como lo hacíamos y adaptarme a la impronta de ellos dos porque no podía pretender que actuaran de la misma manera que lo hicieron los otros actores, cada uno tiene su impronta… de alguna manera me tuve que adaptar a determinados gags, chistes o situaciones”.
Si bien su trabajo fue doble, contó con la ayuda de haber atravesado la experiencia. “Sabía dónde estaban los gags y dónde la gente se enganchaba, se divertía o se reía a carcajadas… es maravilloso porque todo eso se respetó y además se sumaron otras cosas a favor de la obra, hay nuevos gags, nuevas emociones y nuevas situaciones; la verdad que la obra está redondita y es un relojito”.
Mensaje
María Valenzuela destaca que la obra tiene un mensaje claro: “Hay un mensaje reflexivo… no es un vodevil la obra, es una comedia dramática. Utilizamos una frase de John Lennon muy conocida que dice ‘la vida es eso que te sucede mientras ocupado haciendo otros planes', ¿qué quiere decir esto? Vivir el hoy, no quedarte en el pasado ni volar demasiado hacia el futuro, sino vivir el presente, el hoy, el ahora, porque nosotros lo decimos pero muy pocas veces lo ponemos en práctica. Hay que saber que la vida es ahora”.