19|12|21 19:55 hs.
Otra vez la escuela local de danza “Cultura Caribe” llevó su nombre a lo más alto en materia competitiva: el pasado fin de semana, compitieron en la final latinoamericana del Dance World Cup Latin America celebrada en el teatro Niní Marshall de Tigre volviendo a ocupar otra vez (y tal como sucedió en el 2019) el primer lugar.
Este primer puesto les permitió, además, abrochar la clasificación a la final que tendrá lugar en España en el 2022.
Recordamos que, tiempo atrás, las chicas que representaron a la escuela obtuvieron la clasificación a esta etapa al destacarse en Bahía Blanca, en lo que fue la etapa regional.
“Volvimos a competir en las mismas categorías y con las mismas coreos; fuimos por ahí modificando algunas cositas en base a las devoluciones que nos habían dado en la clasificatoria de Bahía y la verdad que estoy súper contenta con los resultados; las chicas en Comercial Dance salieron cuartas, las chicas de Mambo salieron primeras en Ritmos Caribeños y yo salí primera en Ritmos Caribeños también, y otra vez me dieron la mención de Mejor Bailarina que ya me la habían dado en Bahía y en el 2019 en Tigre también, así que es mi tercer mención” indicó al inicio de la charla Vanesa Beltrán, quien dirige y encabeza la escuela “Cultura Caribe”.

Vanesa Beltrán obtuvo el título individual en Mambo y además se llevó una mención a Mejor Bailarina
A continuación, la profesora explicó que “era una final latinoamericana, había gente de Brasil, de Chile... no había tanta cantidad de gente como en el 2019, pero sí había muchísima más gente de las provincias del interior”.
Una multitud
Para lograr semejante resultado, las bailarinas debieron competir ante una gran cantidad pares. “En nuestra función eran 1500 bailarines, aproximadamente. A nosotros nos tocó la primer función que era a la mañana, así que tuvimos que salir de madrugada y llegamos con cansancio y sin dormir y se hizo muy larga la espera... eran 84 coreografías en nuestra función y con las chicas de Mambo nos tocó bailar últimas, fue tremendo” recordó.
La maratónica mañana y todo el proceso de preparación es algo que Vanesa valora por sobre el resultado. “Algunos grupos llegaron medio tarde así que por ahí pasaba de la número 40 a la 26... pero fue una muy linda experiencia y obviamente más allá del resultado, que fue súper bueno, nos quedamos con todo el proceso, con todos los ensayos, todo lo que vivimos desde el primer momento que les plantee las coreos a las chicas que me miraban con una cara como diciendo 'vos estás demente, eso no lo vamos a poder hacer' y la verdad que se hizo y no solo se hizo, sino que se vio reflejado todo el esfuerzo en la clasificación”.
Un escape
Antes de viajar a la competencia final, Beltrán esperaba poder bailar ante el público para liberar presión. “Tuvimos una presentación el fin de semana anterior en el Club Quilmes donde se había organizado un evento de zumba, nos invitaron y con dos grupos pudimos bailar ahí y sirvió para aflojar un poco la tensión, igualmente no se puede ni comparar; en Bahía Blanca bailamos en una cancha de básquet, ahora bailamos en el teatro Niní Marshall que es otra cosa, es totalmente imponente… salir ahí es nada que ver. También en la cancha tenes el público más cerca, esto está más sectorizado, el jurado estaba mucho más aislado…”.
En ese sentido, la profesora entendió que “más allá de la competencia, el lugar en sí es muy imponente... por ahí en grupo es como que la remas de otra forma, pero yo que elegí bailar sola, tenes que llenar un escenario así, sola. Hubo muchos nervios, pero pese a todo eso se pudo disfrutar y salió todo súper bien”.

El grupo de Mambo se quedó con el mejor puntaje en Ritmos Caribeños
El jurado Un gran número de importantes nombres componían el jurado, que emitía un único puntaje por coreografía. “Los conocía, algunos habían estado en el 2019… en esta oportunidad estuvo Pablo Padrón que era el que juraba a Ritmos Caribeños, él es cubano y es un bailarín súper reconocido; en todo lo que es Hip Hop estaba Tuto Style y después estaba Nahuel Leguizamón que es bailarín de cantantes reconocidos... había un representante de cada ritmo, también había una profe de danzas árabes, otra del área de jazz, contemporáneo y clásico… el puntaje lo ponían entre todos, aunque cada jurado del área específica tenía un poco más de aporte cuando le tocaba la coreo de su género”.
Otro pasaje a Europa
Como en el 2019, una vez más se logró el pasaje a Europa. “Las tres coreos clasificamos por puntaje porque es a partir de los 80 puntos y las chicas de Comercial tuvieron 84,6 puntos, las chicas de Mambo hicieron 94,5 y yo como solista hice 92 así que las tres coreos clasificaron a dos festivales, uno en Brasil y uno en México; al mundial, según nos dijeron por ahora, clasificaba el solista y el grupo de Mambo”.
Si bien la clasificación es una realidad, el viaje no lo es tan así. “Muy a nuestro pesar no lo estamos planteando como posibilidad, económicamente se hace muy cuesta arriba... nos quedamos con la clasificación, con el resultado, con todo el proceso y con la satisfacción también de saber que estamos al nivel de un mundial, es increíble y creo que ninguna se lo hubiera imaginado”.
Asimismo, resaltó: “Es la experiencia, lo vivido y si nos queda Tigre otra vez, otra vez reafirmar que lo que vamos haciendo tiene sus frutos y todo es mérito del esfuerzo de las chicas, del compromiso. Sería un sueño tremendo, pero la realidad de nuestro país y del mundo en sí es incierta, mucha gente también está hablando que no se va a hacer lo de España por cómo está la situación allá...”.
Proyectos
El 2021 está llegando a su fin y Vanesa Beltrán ya está pensando en lo que se viene. “Seguramente iremos por otras competencias más cerca” aseguró y expresó: “El año que viene abriremos los grupos de competencia para los que se quieran sumar, es por ahí la idea; el grupo que compitió ahora se va a disolver un poco pero también es un poco mi proyecto para el año que viene: armar otro grupo para Comercial, para Urbano, con gente que no compitió nunca”.
En ese sentido, valoró que “uno ve la competencia y el resultado final pero no ve todo el antes, el proceso, no es muy consciente de eso y realmente es un trabajo de hormiga. Nos quedamos con eso, con el proceso y apuntamos a evolucionar. Uno se va dando cuenta que el arte es inagotable, a lo que uno puede ir llegando es inagotable, no se termina nunca porque siempre surgen ideas nuevas y formas nuevas de expresar, de experimentar a través del movimiento, a través de la música y la verdad que es súper lindo, por eso hoy en día hay tanta gente que se dedica no solo a bailar, sino a todas las ramas artísticas, es como un motor y una forma de catarsis, es un combo lindo”.
Finalmente, aprovechó para agradecer a los padres y madres “por el apoyo siempre; a las chicas de Mambo que pese a que todas tenemos nuestras edades y nuestros trabajos, hijos y demás pudieron hacerse el lugarcito y siempre empujaron para adelante y a las chicas, a mis alumnas las más chicas, las adolescentes, por todos estos años de confianza y todo lo experimentado”.