Tato Bores

Opinión

Carta de Lectores

Préstamo del FMI: la culpa es del otro

05|11|21 17:57 hs.


Por Américo Lohin 
DNI 4.314.760 


Señora directora: 
En su reciente intervención en el G20, el presidente de la nación Alberto Fernández, en un hecho inusual mencionó con nombre y Apellido al culpable (sumando un capítulo más al genial monólogo de Tato Bores-cada día más vigente-: ¿Quién tiene la culpa? ¡El otro!) de haber solicitado el préstamo al FMI, poco importa que el FMI no concede préstamos a personas ni a gobernantes, si no a Estados, que dicho préstamo se enmarcó en la autorización para tomar deuda concedida por el Congreso de la Nación (donde Cambiemos estaba en minoría) en ocasión de la presentación del presupuesto, que el FMI percibe los intereses más bajos del mercado y cuyo importe fue destinado mayoritariamente al pago de deudas del gobierno anterior. 

Mientras ello ocurría el diputado Máximo Kirchner promovía el no pago al FMI, más aun en actos con militantes, interrogaba, “¿hay que pagar al FMI? ¿sí o no?”. No hace falta señalar cual es la respuesta del auditorio, otras voces hablan de soberanía, que no aceptarán imposiciones económicas, que un eventual arreglo no se hará sobre el hambre de los argentinos etc. etc. 

¿Tan malo es el FMI? ¿Cómo es posible si el presidente más Pro-FMI, fue Néstor Kirchner? .¿Que pedía el FMI que ningún gobierno anterior cumplió? Crecimiento económico, aumento de las exportaciones y superávit fiscal. Objetivos únicamente cumplidos por el Gobierno mencionado, en el periodo 2003 al 2007, eso sí mientras tanto embestía públicamente contra el FMI, saldando el total de la deuda, presentándola como una epopeya (aunque para ello haya recurrido a un préstamo de Chávez con un interés del 15%,mientras el FMI cobraba 4%) y un ejercicio de soberanía, al evitar las auditorias del FMI. 

Claro que eso escondía, lo que fue casi un escándalo, la manipulación de los índices del INDEC, por el cual se alteraron los índices inflacionarios, de crecimiento económico y se dejaron de publicar índices de pobreza, porque ello -decía el actual gobernador de la provincia- era discriminatorio. 

Claro que culpar al otro sirve para desviar la mirada sobre desaciertos ocurridos a partir del 2007, que llevaron a la pérdida de los superávit gemelos, a los que se sumó la pérdida del autoabastecimiento de energía y el regreso del default (luego del exitoso arreglo con los tenedores de deuda del gobierno de Néstor Kirchner en el 2005), que fue la herencia de Cambiemos en el 2015, que salió del default e intentó corregir los déficits, que hoy, consecuencia de la mala praxis y de la pandemia se han agravado. En este contexto son tan graves los problemas en especial el abultado déficit fiscal y la falta de crecimiento económico que aún si el FMI perdonara la deuda, poco significaría ante la magnitud de los problemas económicos en curso, que no se arreglarán si no hay un acuerdo político abarcativo de largo plazo. Ya lo decía Perón “esto lo arreglamos entre todos o no lo arregla nadie”. 

El futuro dirá si hay grandeza para que ello suceda, mientras tanto, grieta mediante, la culpa va de un lado al otro. Como lo decía el genial Tato en el final de su monologo: “¡El Otro siempre tiene la culpa! ¡Eso, eso! exclamaron todos a coro. El señor tiene razón: la culpa de todo la tiene El Otro”. 

Dicho lo cual, después de gritar un rato, romper algunas vidrieras y/o pagar alguna solicitada, y/o concurrir a algún programa de opinión en televisión (de acuerdo con cada estilo), nos marchamos a nuestras casas por ser ya la hora de cenar y porque el culpable ya había sido descubierto. Mientras nos íbamos no podíamos dejar de pensar: ¡Qué flor de guacho que resultó ser El Otro..!" 

Saludo a la señora directora con la mayor consideración