02|11|21 10:27 hs.
Los clásicos son especiales, y para Lucas Coronel el del último domingo ante Huracán, lo fue mucho más. El arquero de Quilmes había tenido un juego sin errores y con grandes tapadas, pero atajar un penal a los 40’ del complemento para mantener vivo el viejo dicho que los clásicos no se pierden, lo transformó en la figura de su equipo.
El Cervecero necesitaba revertir un duro presente, cambiar su imagen, mejorar su nivel, y hacerlo ante el Globo fue valorable.
“En el último partido no dejamos una buena imagen, hoy cambiamos el papel y creo que jugando así siempre podemos tener otro aire, que nos permita aspirar a otras cosas y no estar en los últimos puestos”, destacó el “1”.
Huracán era un perfecto punto de partida, pero también un complejo desafío.
“Era un rival dificilísimo, con una idea de juego que viene de las inferiores y con jugadores que se conocen mucho. Pero nosotros cambiamos el papel porque en el Bottino no habíamos hecho bien las cosas; defensivamente hubo un par de cambios y estuvimos más ordenados, por lo que los volantes pudieron también pensar en generar”, analizó.
En los minutos finales el juego fue de un verdadero clásico, con llegadas de peligro; pero ahí el Cervecero estuvo errático. “Sí, sí; en el partido anterior ante El Nacional nos pasó algo parecido. Nos falta esa puntada final que ya va a llegar; el punto de hoy suma porque veníamos con una racha no tan buena y esto nos levanta anímicamente y nos da fuerzas para seguir trabajando y encarar el final de año lo mejor posible”, entendió.
Al preguntarle cómo decidió ir al palo izquierdo y atajar el penal de Henríquez, Lucas fue sincero. “Con Jean ya habíamos tenido un penal, que me lo hizo pateando a ese mismo lugar; su carrera es difícil de descifrar así que elegí ese lado y por suerte fue ahí”, confesó el arquero que con esa atajada redondeó un gran clásico.