15|09|20 19:14 hs.
Todos los desarrollos novedosos para
el sector metalmecánico apuntan
a las buenas prácticas agrícolas y a
una mayor sustentabilidad”. Así lo aseguró
el coordinador del Grupo Mecanización
Agrícola del INTA Concepción del Uruguay,
Entre Ríos, Hernán Ferrari, para quien la
inteligencia artificial juega un rol clave y
está presente en cada uno de los pasos productivos
en las nuevas tecnologías.
De acuerdo con el especialista, “todas las
innovaciones apuntan a mejorar la sustentabilidad
y lograr que el sistema se mantenga
estable”. En este sentido, reconoció que los
desarrollos se enfocan en reducir el uso de
fitosanitarios y eficientizar la reposición de
los nutrientes del suelo. Además, buscan
reemplazar los combustibles fósiles por
biometano o de origen sintético libres de
contaminantes y minimizar la compactación
de los suelos, entre otros objetivos amigables
con el ambiente.
Entre las principales innovaciones, Ferrari
ponderó el rol de los sensores, los
datos, el software y la robótica, así como
los materiales inteligentes, la conectividad
y comunicación entre las maquinarias, los
sistemas alternativos de conducción, las
cámaras ópticas de detección de malezas y
la inteligencia artificial.
Para el investigador, uno de los aspectos
más destacados es todo lo referido al análisis
de suelos. “Sistemas de relevamiento de
datos mediante ondas electromagnéticas,
sensores ópticos y frecuencia eléctrica estarán
próximamente disponibles en nuestro
país y permitirán relevar el estado físico de
nuestros suelos”, indicó.
“Conocer con exactitud aspectos tales
como salinidad, compactación, humedad
y la materia orgánica que tiene el
suelo resulta clave en un país productor
de alimentos como el nuestro”, señaló
Ferrari. Además, explicó que al estar georreferenciados
se puede generar un mapa
por cada una de esas características y, en
consecuencia, accionar en las necesidades
de corrección.
En esta línea, detalló que, “en la Argentina
hay tres equipos disponibles para
medir las propiedades químicas del suelo
que, mediante la detección de la radiación
gama que naturalmente emite el suelo,
se pude determinar con gran exactitud el
contenido de macro y micro nutrientes que
tiene el suelo: nitrógeno, fosforo y potasio,
así como también magnesio, cobalto
y zinc, entre otros”.
Como si fuera poco, esta información
se mapea y queda disponible para que la
fertilizadora genere una dosificación variable
por cada uno de los nutrientes que
requiera. Este equipo permite tomar 800
muestras por hectárea con un 86% de eficiencia,
mientras que el modo tradicional
alcanza sólo el 15%. “Una vez que estén
calibrados, tendrán una rápida expansión
en nuestro país dada su utilidad y simpleza”,
adelantó el técnico del INTA.
Con respecto a la robótica, Ferrari no
dudó en decir que “la Argentina está al
nivel de las innovaciones que muestran
Alemania o Estados Unidos”. Y, en esta
línea, puntualizó que en nuestro país hay
muchos prototipos, de los cuales uno está
a punto de salir al mercado. Autónomo,
eléctrico y capaz de realizar aplicaciones
de fitosanitarios ultra selectivas con un
ahorro de entre el 60 y 80% de principio
activo.
En cuanto a los desarrollos tecnológicos
en materia de pulverizaciones, para
Ferrari, la Argentina está mucho más
adelantada que Europa con aplicaciones
hiperselectivas y prototipos en desarrollo
capaces de resolver la exo y endo deriva,
principales problemáticas en la materia.
Otro punto destacado para Ferrari en materia
de innovaciones es la energía. “Dentro
de 25 años no se utilizarán más combustibles
fósiles y las nuevas maquinarias emplearán
bioenergías como el biometano o combustibles
sintéticos para su funcionamiento
que se complementarán con transmisiones
infinitamente variables, basadas en motores
eléctricos integrales”, adelantó.
En esta línea, confirmó que en la Argentina
hay prototipos que utilizan purines de
producciones porcinas y de tambos como
fuentes de energía.
Entre los puntos a mejorar en el sector
nacional, Ferrari señaló la necesidad de
avanzar, tal como lo acaba de lograr Europa
mediante la firma de un convenio, en la
interconexión entre las maquinarias, más
allá de la marca que tenga el tractor, la cosechadora,
la sembradora o la pulverizadora.
A su vez, señaló la necesidad de incrementar
el patentamiento de los desarrollos
nacionales que hoy se ubica sólo en el 17 %
de las innovaciones.
Otro punto destacado que plantea un
desafío para nuestro país es la compactación
de los suelos. De acuerdo con Ferrari,
en la Argentina el 65% de la superficie
productiva está pisoteada por el tránsito de
la maquinaria agrícola. “Esto genera que,
en esa huella, haya una reducción de entre
el 28 y el 32% de rendimiento del cultivo
posterior”, indicó.
“Si bien Europa tiene un 15% de huellas
mediante el tránsito controlado, en la
Argentina, debido al sistema productivo
donde intervienen máquinas de diferentes
anchos de labor, el tránsito controlado
resulta una operación de difícil adopción y
la incorporación de orugas, para mitigar la
compactación, se vuelve un equipamiento
de alto costo”, reconoció Ferrari.
De todos modos, se mostró optimista al
indicar que en el mundo hay desarrollos de
ruedas neumáticas o de flejes deformables
que se comportan como orugas y son significativamente
más accesibles, que surgen
como una verdadera alternativa para esta
problemática. “Una vez que se adopte en
nuestro país habrá un cambio radical”,
concluyó.