26|07|20 12:51 hs.
Por Fernando Catalano
Cuatro fallecimientos trágicos en altamar tienen -languideciendo- un monolito que los recuerda en Reta, donde un museo nacido de una propuesta educativa se propuso ponerlo en valor.
La responsable de llevar adelante una tarea cuidadosa y reivindicatoria, es Mónica Wagner, quien desde hace tres años se puso al hombro esta labor, primero como auxiliar de la secundaria, y después entregándose casi exclusivamente a la actividad de la museología sobre la que se está capacitando con toda herramienta que tenga a su alcance.
El Museo y Fototeca Reta cumplió tres años. “Como nació a partir de un proyecto escolar al principio no tenía el mismo enfoque ni la misma profundidad que tiene ahora. Ocurre que con el paso del tiempo tomó vida propia, dejó de ser un proyecto escolar y se afianza como una institución independiente de su origen”, contó Mónica.
La institución que no tiene edificio propio, funciona dentro de la biblioteca popular Un Mundo de Libros, gracias a la gestión que ella misma les reconoce a Débora Membibre y a Carolina Goicoechea, dos docentes que formaron parte del proyecto educativo inicial.
“De a poco se va armando el archivo histórico y es ahí donde empezamos a buscar información recurriendo a las fuentes, buscando a los pobladores memoriosos. Todavía quedan algunos que han vivido la historia, desde la década del 20 ni bien se fundó el pueblo, la del 30 y también mucho más cerca. Así comienza la idea de formar el archivo histórico para el museo”, contó para explicar cómo nació la idea que hoy motoriza una búsqueda tan emotiva como rica en historia.
El monolito
Reconoce que la elección del monolito respondió a un “rebote de otra investigación”, después que lanzaran una campaña sugerida por el ICOM -Consejo Internacional de Museos- organismo que instó a los museos a investigar y a formar un archivo histórico relacionado con la afectación que provocó el Covid-19 en la localidad a la que pertenece la institución.
“Siguiendo la sugerencia, a través de las redes sociales del museo, lanzamos una encuesta para el público y estamos largando diferentes propuestas semanalmente para que la gente comparta experiencias de cosas que le han pasado o como la están pasando en Reta a causa del aislamiento”, dijo.
Fue así como en el medio de entrevistas realizadas a otras instituciones y que se publican en las redes sociales del museo, asomó una fecha que para la historia del pueblo remite a un hecho muy doloroso.
“Se venía el día de la gente del mar, fui personalmente a sacar fotos del monolito y vi el estado en el que estaba. Mejor dicho, tomé consciencia del estado en el que estaba”, expresó Mónica.

El aspecto actual del monolito (Museo y Fototeca Reta)
Fue entonces cómo comenzó a averiguar sobre la historia del monolito, y para buscar datos y testimonios lanzó a través de redes sociales una convocatoria solicitando información histórica. El siguiente paso fue hacer lo mismo a través de los medios de comunicación del distrito.
La gente participa
“Tuve suerte. Hubo mucha gente que comenzó a dejar datos a través de nuestros contactos en las redes, algunos no contaban con la información sobre la historia pero sí sabían de las personas que la tenían”, sostuvo.
Fue así cómo incorporó testimonios de un vecino que estuvo el día de la tragedia el 25 de agosto de 1949. Fue una de las personas que intentó ayudar a los cuatro ocupantes de la lancha Alfaro 1 que naufragó, hecho en el que murieron dos primos españoles que se encontraban trabajando en Reta como carpinteros y que -en apariencia- tenían poca experiencia para la pesca mar adentro.
“Esta persona que en este mes de julio cumplió 89 años, en el pueblo todos los conocen por ‘Vipa’, pero su nombre es Próspero Yolando Herrera. Por esos años era cuarteador, la persona que -a caballo- ayudaba a entrar y a sacar las lanchas del mar. En el ese momento tenía 18 años”, dijo Mónica para semblantear a uno de los vecinos con los que comenzó a reconstruir la historia de la creación del monolito que recuerda aquel hecho, pero también a uno muy reciente.
“El día de la tragedia era una jornada de mal clima, el resto de las lanchas que normalmente salían no quisieron entrar al mar, pero el capitán de la Alfaro 1 entró”, apuntó Mónica que prefirió reservarse el resto de los detalles para una pronta publicación en las redes del Museo y Fototeca Reta.
“Permanentemente”
En cuanto a porqué quiere rescatar de su actual estado a ese pilar de la localidad, dijo que “como museo tenemos dentro de nuestras funciones la preservación y puesta en valor de monumentos históricos del lugar donde está insertado el museo. En Reta el único monumento histórico es el monolito este. Está la voluntad de que -permanentemente- esté en condiciones, no sólo para un acto”, afirmó la encargada del museo.
Pero también dejó en claro que tampoco se busca realizar una acción que vaya contra la voluntad de nadie. Por eso remarcó que “comenzamos a hacer la investigación porque la buena voluntad es una cosa y avasallar derechos es otra. Necesitamos saber si hay una comisión, una persona o un grupo de vecinos que tengan la custodia de este monolito, para pedir los permisos necesarios”.
Detrás de ese objetivo entregó la propuesta al delegado municipal de Reta, Oscar Toledo, y luego comenzó con la tarea de difusión.
Con esa intención pudo encontrar a “un vecino que corta el pasto en esa zona, alrededor del monolito, por iniciativa y por respeto porque vive frente a ese lugar y quiere mantenerlo lo mejor posible”.
Lo que falta saber
Desde que Mónica comenzó con su investigación -que permanece abierta- pudo sumar la colaboración de Gustavo Ferrando, Ñata (como la conocen en el pueblo), Javier Francos (quien mantiene el pasto cortado), Adriana Piñeiro, y hasta al hijo del delegado Oscar Toledo, que entrevistó a su abuelo que vivió en aquella época y estaba el día en que sucedió la tragedia.
También aportaron lo suyo Marcial García, Gustavo Petersen, Luciana Juárez y Laura Noceti.
Al proyecto le queda por delante terminar de reunir la información y la constancia de la difusión hecha que serán enviados por nota a la Comisión Nacional de Museos y Lugares Históricos, desde donde se les señalará cómo continuar.
“Quién lo modificó al monolito, en qué época y porqué, es lo que falta saber”, subrayó Mónica.
1949 y 2013
Después de aquella trágica jornada del 25 de agosto de 1949 que tuvo como protagonista a la lancha Alfaro 1, que era ocupada por cuatro personas; el capitán y un marinero que lograron salvarse, y donde fallecieron José Ramón Méndez y José Viana; también hay otra triste historia que le da al monolito su razón de permanecer.
En el 2013 los pescadores retenses Federico Filas y Walter Más, también fallecieron aguas adentro mientras trabajaban en la lancha La Libertad.
“Eso golpeó fuerte en la localidad, eran pobladores, se dedicaban a la pesca pero tuvo un impacto extra porque las hijas eran alumnas de la escuela secundaria donde trabajo. Fue fuerte”, recuerda Mónica, quien llegó a Reta en 2011, es nacida en la Capital Federal y procedente de la zona oeste del Gran Buenos Aires.

El acto de 2014, un año después de la última tragedia (Museo y Fototeca Reta)
Un año después de la última tragedia en el mar, en 2014, y a través del proyecto Huellas de la Escuela Secundaria Nº 5, el director de entonces Julio César Zabaljáuregui, se decidió acondicionar el monolito. “No se restauró, se pintó, se limpió el cantero y se hizo un acto con colocación de placas, vino también un sacerdote, y esa fue la última vez que se hizo algo”, contó la encargaba del museo que anhela sostener el monumento “en memoria de cuatro fallecidos en alta mar”.
“No se olvida”
Mónica además aportó un dato más que alimenta el interés por seguir investigando sobre la historia del monumento. “Cuenta la leyenda que en la base hay una botella con la historia de los pescadores que fallecieron, y del porqué se erigió”.
“Lo que me llamó la atención es la respuesta de la gente, el interés por que se los recuerde”, dijo.
Y agregó que “es el museo el que tiene el protagonismo de la tarea empezada, porque la personas pasan y las instituciones quedan”, en un claro mensaje para incluir a todo aquel que quiere colaborar.
Pero también dijo que la sorprendió cómo “en la voz se nota que pasan los años y no se olvida, queda vívido el recuerdo de una tragedia tan grande”.
Y hasta de manera inesperada, ésta búsqueda iniciada por Mónica, generó que muchos se comunicaran para contar “más cosas sobre otras historias de Reta, desde el inicio del pueblo. La búsqueda era una, pero fueron muchos los hallazgos”, dijo al finalizar.