05|01|20 16:21 hs.
Las sillas anfibias son elementos especiales para ir por la arena y flotar en el agua, que con el correr de las temporadas los balnearios incorporaron de manera gratuita. Son beneficiosas para las personas con discapacidad, ya que es la manera de disfrutar los días de playa de una forma más agradable, feliz y solidaria.
Este año el cortocircuito por los baños adaptados se dio contextualizado en las reformas de guardavidas; Sergio Bertoncello dialogó con La Voz del Pueblo y explicó que “existe un decreto que dice que las personas designadas para el manejo de la silla anfibia tienen que estar tituladas” y que “las gestiones anteriores son cosa del pasado, ahora viene una nueva etapa”; hace un año atrás se invitó a todos los guardavidas locales y participantes del operativo a realizar un curso que les habilitaba este manejo, asistieron tres personas de las cuales dos chicos son los que hoy día están a cargo del servicio en la bajada accesible de calle 30”.
El espacio cuenta con una rampa que permite bajar al agua y una silla soporte por si alguien tuviera que moverse desde arriba, brindando el servicio de baño asistido de 10 a 12 y de 16 a 18. Si bien la silla permanecerá todo el día, esa es la franja en que un guardavidas puede acompañarlos y estar con ellos. “Cuando mandaron desde la Provincia la orden de la habilitación lo que hicimos fue mejorar, estamos cubriendo los meses de diciembre, enero y febrero”, cuando antes se hacía sólo en los últimos dos, agrega Bertoncello.
El cuestionamiento se debe a que las personas designadas en forma reciente para brindarlo cumplen al mismo tiempo la jornada laboral de 6 horas de cuidadores de los bañistas, por lo que Cecilia Ferranti, la ex responsable de la asistencia hasta el año 2019, cuestiona si podrán hacer todo al mismo tiempo.
Consultado sobre si podría existir una desatención, el recientemente nombrado coordinador de playas asegura que no: “son tres guardavidas en este anexo, Borneo cuenta con 3 y Samoa con 3 o 4 dependiendo el día. Estamos hablando que somos un equipo de trabajo, automáticamente los soportes laterales están colaborando con el puesto; es simplemente avisar por radio que se va a estar realizando un baño asistido”. Además, de las 11 horas de cobertura, son 4 las que toma el servicio de sillas. Sostiene también que le gustaría terminar con la idea de que el guardavidas solamente cuida el agua, “quiero que sean más profesionales, más humanos a la hora de brindar servicios”.
Cecilia Ferranti es guardavidas y profesora de Educación Física orientada a discapacidad y rehabilitación. “Hace 20 años que hago esto; hago temporada también en España”, comentó, además de ser la propulsora en conjunto con otras personas del proyecto que dio origen en 2015 a las sillas anfibias en Claromecó.
Cuenta que a pesar de que se le fueron las ganas al enterarse que este año no ocuparía el mismo lugar que el pasado, “la gente me impulsó a seguir, tengo sponsors y contacté al parador Kuyem que dejó el lugar adaptado y tiene las rampas”. Además explica que trabajan en conjunto, ya que las mismas pertenecen al Ente Descentralizado, y los privados son quienes sostienen esto monetariamente hablando.
Asimismo, tanto Sergio Bertoncello como ella tienen el mismo objetivo y es que esto prospere y cada vez en más paradores, con el mejor servicio para los visitantes que así lo necesiten “estamos acá por los turistas, nos debemos a ellos”, adeguran.
“Que se conozca que también estamos acá, que el servicio se está dando. Y creo que lo más importante es que quieras hacerlo, que no te lo impongan y que estés contento cuanto lo haces”, suma Cecilia. Ella menciona que su proyecto a futuro era realizar una rampa pública en Dunamar como la que se encuentra en Claromecó, “pero si no pudimos ponernos firmes allá, menos acá”.
Finalizando informa que los baños con silla anfibia en Kuyem se ofrecen de 11 a 13 y de 16 a 18.