Policiales

La inseguridad en un sector céntrico

Un paseo cada vez más poblado de comercios ocupados y ladrones (video)

18|07|19 09:52 hs.

Fotos y textos 
Quique Mendiberri 

En las calles del Paseo Español la preocupación y el temor a sufrir un robo o un daño es el común denominador en los comerciantes que, por estas horas, analizan hacer un reclamo conjunto para tener más presencia policial. Es que, durante los últimos dos años, la cantidad de locales ocupados aumentó al mismo ritmo que la presencia de gente ajena al lugar y hechos delictivos como robos y daños, no dejan de sumar víctimas entre sus inquilinos. 

A pesar de que, históricamente es conocido por su privilegiada ubicación a mitad de la cuadra más comercial de Tres Arroyos, la elección de sus locales nunca tuvo la aceptación que tiene por estos días. 

En algunos casos, impulsados por los precios de sus alquileres y, otras, por el optimismo de los comerciantes que apuestan a su estratégica ubicación, el Paseo Español fue cobrando un marcado impulso comercial que hoy le permite contar con apenas un solo local disponible. 

El pasado lunes, cuando Carlos Vaskoboinik, el dueño de la mensajería “Mony’s Express” llegó a su local del PE, se encontró con una desagradable novedad. Un solitario delincuente en bicicleta había intentado robarle una de sus dos cámaras exteriores de seguridad. 


Carlos Vaskoboinik. Su agencia de mensajería sufrió un intento de robo el pasado lunes


LA VOZ DEL PUEBLO se acercó a hablar con el damnificado, quien además reconoció que no es el único al que le pasa lo mismo en el Paseo, “pensamos juntarnos y elevar un reclamo o un petitorio, porque no puede ser que a todos los comerciantes del Paseo les pase lo mismo”, dijo haciendo referencia a los distintos episodios, algunos en grado de tentativa, que se vienen sucediendo en esa céntrica galería. 

“Si no te rompen los vidrios, te roban la bicicleta o te pasa como a nosotros, que nos quisieron arrancar la cámara. A parte, fue una cuestión re ignorante, porque la cámara sola no sirve para nada. La tenés que tener configurada con una computadora”, explicó Vaskoboinik, antes de compartir su estimación sobre las intenciones del delincuente, “yo creo que el ladrón lo que buscaba era entrar al local y romper la cámara para que no lo identifiquen. Lo que parece que no se imaginó es que esa cámara no era la única”. 


En los pasillos del Paseo Español no hay control cuando los comerciantes se retiran


En ese sentido, la víctima, que denunció lo ocurrido y dijo que la policía ya identificó al sospechoso, compartió con LA VOZ DEL PUEBLO el video del delincuente queriendo arrancar la cámara que hay en la calle y, ante la dificultad, no logra hacerlo y se retira muy tranquilo en su bicicleta con rumbo desconocido.


Robos en el Paseo Español


“Me han hecho desastres” 
Cuando uno recorre el Paseo Español y toma contacto con los comerciantes del lugar, se encuentra con gente amable unida por un común denominador: la preocupación de regresar al trabajo al día siguiente y encontrarse que han sufrido un robo. Así, nos encontramos con varios que reconocen los hechos off the record y con total reserva. 

En esos testimonios hay relatos sobre la presencia de jóvenes que saltan las rejas que separan al patio del Paseo Español y sus locales de la vereda, y optan por buscar una abertura, una puerta rota o algún camino que los conduzca a algún botín. Sandra González es la dueña de Pitahaya y la distribuidora de Biogreen. 


Sandra González. Sus negocios vienen sufriendo repetidos hechos de inseguridad


Dos locales en uno, que funcionan a mitad del Paseo Español. Ella no tiene miedo de hablar y recuerda haber sufrido numerosos episodios de inseguridad, “venimos sufriendo problemas de inseguridad desde hace más o menos dos años. En ese lapso, ya cambié cinco vidrios. Fueron momentos en los que siempre me robaron algo. Me han hecho desastres”, recordó. 

Lo más reciente que recuerda es el robo de una bicicleta y lo que más le preocupa es que los hechos son cometidos a plena luz del día, “todo es a plena luz del día o en momentos raros, como esa vez que me robaron un sábado a las 21.30, con el centro lleno de gente”. 


La reja. Cuando se cierra, no basta para frenar a los extraños traspasan sus límites


El pedido 
En medio de esa seguidilla de hechos, Sandra comparte lo que ya habló con sus vecinos de la galería, “lo que pedimos es que la policía ande en los horarios que no hay gente. Que estén. Los domingos es tierra de nadie, pero vos venís y está lleno de chicos. Saltan la reja y se acomodan del otro lado como si nada”, dijo haciendo referencia a los límites vulnerados a toda hora en la estructura edilicia.

“Nosotros como vecinos pagamos los impuestos y, por consiguiente, les pagamos para que nos cuiden. No pedimos mucho, pero que estén presentes en los momentos que no hay nadie”, agregó, antes de recordar un hecho que la atemoriza, “la última vez que sonaron las alarmas nuestra y de otro negocio en el mismo momento, cuando vinimos todos a ver qué pasaba, los tipos estaban en el techo, se quedaron quietos ahí, vieron todo y nadie pudo hacer nada”. 

Por eso, en el cierre, volvió a remarcar la necesidad de formular un pedido formal a las autoridades para ser escuchados y cortar con la actual sensación de desprotección que viven, “tenemos ganas de juntarnos y ver si, entre todos, logramos hacer algo”.