19|05|19 12:55 hs.
La bibliotecaria Paula Ávila viajó a la 45° Feria Internacional del Libro en Buenos Aires, y trajo nuevo material que ya se encuentra disponible en la biblioteca. Se priorizó la compra de los géneros más leídos: novela histórica, novela romántica, novela de suspenso, literatura infantil y juvenil.
En el marco del Programa Libro Porciento de CONABIP (Comisión Nacional de Bibliotecas Populares), todos los años se destinan 3 días para que las bibliotecas populares del país puedan realizar compras a las editoriales adheridas a un 50% de su valor al público. Este programa también incluye un subsidio para comprar libros y solventar los viáticos de un representante.
Según relata Paula “En los últimos años ha bajado mucho el consumo de libros, la gente no compra libros. Porque los libros son maravillosos pero son caros. Entonces en la feria las editoriales esperan a las bibliotecas porque se hace una gran compra, que es la principal y a veces la única del año por parte de muchas bibliotecas populares”
Este año el subsidio fué de $25.800 pesos con los viáticos incluidos, lo que implicó un recorte importante en la compra, respecto de años anteriores. A raíz de eso, lo que se intentó fué buscar editoriales menos conocidas, con títulos que puedan ser atractivos.
“Las que más sufrieron el ajuste son las editoriales de libros infantiles, porque lamentablemente la mayoría de las bibliotecas populares privilegian al lector adulto, cuando debería ser al revés. El adulto que lee es un lector que vas a tener siempre, lo que tenés que lograr es que los niños lean, porque un chico que empieza a leer, puede ser que en algún momento se aleje, pero si le gustó la lectura lo va a llevar adentro suyo” – manifestó Paula.
Una experiencia maravillosa
Para Paula, el viaje a la Feria del libro es “una experiencia maravillosa”, ya que, además de ver y acceder a una enorme cantidad y variedad de libros, es una oportunidad de intercambio con bibliotecarias y bibliotecarios de todo el país, que tienen distintos intereses y forman parte de distintas realidades.
Las bibliotecas, en ese sentido, han cambiado mucho. Si antes eran sólo el lugar para buscar un libro, hoy están mucho más relacionadas con la comunidad de la que forman parte, articulando con las escuelas, o realizando talleres y actividades de todo tipo.
En la Biblioteca Bernardo Houssay se realizan dos talleres: uno de muñequería y otro de arte y reciclado, ambos destinados a niños, niñas y adolescentes. A la tarde se hace la tarea de la escuela, y se pueden usar la computadora y la impresora. Pero también es un espacio de encuentro: los jueves, por ejemplo, se comparten pochoclos. Ahora están construyendo una ludoteca, por lo que invitan a la comunidad a donar juegos de mesa que estén en buen estado.
“Me gusta que haya cambiado la concepción de la biblioteca. Antes se creía que tenía que ser un espacio silencioso… ¡Y no! La biblioteca tiene que ser un universo vivo, en donde se pueda venir a estudiar, a leer, a jugar” manifestó Paula.
Recién recibida
Este año Paula Ávila se recibió de bibliotecaria en la Universidad de Mar del Plata, lo que laboralmente le permitió la posibilidad de realizar una suplencia en el Instituto Secundario Claromecó – su primer experiencia en el nivel – y a nivel personal fue, en sus propios términos, un gran logro.
“Ser mamá, trabajar y estudiar no es fácil. Pero se puede” – reflexiona Paula - “Me enamoré de la carrera. Cuando empecé a cursar, me acuerdo, el primer texto de la primer materia que fue “Metodología del trabajo intelectual”…y yo pensé: ¡esto no lo voy a poder hacer! Cuando terminé la cursada me mataba de risa, porque después tuve que trabajar textos mucho más difíciles y podía. Los límites se los pone uno mismo Y está bueno saber que podemos pasar esos límites”
Recibirse fue también un logro de la gente: “La gente de la comisión permitió que trabaje acá mientras completaba la carrera, a ellos les tengo que dar un gran agradecimiento”, manifestó la bibliotecaria.