01|09|23 13:32 hs.
Señora directora:
A mis 93 años no dejo de sorprenderme con las formas que toma la injusticia. Somos una de las tantas familias que no hemos dejado de veranear en Claromecó todos los veranos y guardo los mejores recuerdos de esas temporadas. Trabajábamos arduamente todo el año para poder disfrutar de nuestras vacaciones frente al mar. Ahora me encuentro con que frente a mi casa, uno de Los 9 chalets, una de las primeras casas que se edificaron allí, patrimonio cultural, e histórico del pueblo se está construyendo un parador. Me pregunto ¿por qué?, ¿por qué no en la intersección de las calles como los demás paradores?, ¿por qué mis hijos, mis nietas, se ven perjudicados? Pero no sólo por perder la vista al mar y la pérdida de tranquilidad y de paz, características del balneario, sino porque si se emplazara a unos metros de donde se está construyendo sería un beneficio para todos, sin perjudicar a nadie. De esta forma, sólo los perjudicados somos nosotros. La extensión del nuevo parador tiene la extensión de mi casa. No hemos dejado de pagar jamás un impuesto y mi marido fue uno de los grandes luchadores, como buen químico, de los beneficios que traería al balneario el agua corriente y la organización vehicular de la avenida Costanera. Siempre pensamos en beneficiar a Claromecó, ya que lo sentimos como nuestra casa.
Nélida Mercante de Aymonino