28|05|23 11:58 hs.
El embajador argentino en el Reino Unido, Javier Figueroa, reflexionó en un diálogo con este diario sobre diferentes aspectos de la política internacional. Habló acerca de la suspensión del Plan Proyecto Humanitario, la Declaración Conjunta Foradori-Duncan y dio su punto de vista sobre cómo será el futuro de la disputa
Tras el informe sobre la suspensión momentánea del Plan Proyecto Humanitario en las Islas Malvinas que publicó La Voz del Pueblo hace pocas semanas, en el cual se reflejaba la postura del ex combatiente Julio Aro sobre el hecho, nos contactamos con el embajador argentino en Gran Bretaña, Javier Figueroa, para que también exponga su punto de vista.
El diplomático, que lleva una extensa carrera, además de un profundo conocimiento sobre el tema Malvinas, ya que ha trabajado desde nuestro país impulsando políticas y debates que ayuden a la solución del conflicto, a lo largo de la entrevista hizo hincapié en algunas de las diferentes aristas de la Cuestión Malvinas.
En primer lugar, dio su opinión sobre el inicio de la guerra. “Fue una sorpresa para ambos países. Salvo los militares que estaban planificando el tema, el resto no lo sabía ni lo esperaba. Fue también una tragedia, en particular para la gente que lo vivió de cerca y los que murieron, que fueron muchos”, indicó el embajador.
La calificó como “breve” pero a su vez “tremendamente violenta”, ya que, a lo largo de más de dos meses “la cantidad de bajas que hubo fue enorme. Sumando las de ambos países fueron más de mil personas las que murieron”.
En ese sentido, agregó que “nosotros siempre vemos nuestros muertos, pero fue la guerra más cruenta para el Reino Unido desde la Segunda Guerra Mundial; murieron más británicos en Malvinas que en cualquier otro despliegue del ejército británico luego de la Segunda Guerra Mundial, más que en Irak o Afganistán, por ejemplo”.
Esta herida “genera parte de lo que vivimos hoy, esa resistencia de sectores británicos a negociar, que tiene que ver creo, en lo que hace a la opinión pública, con generaciones que vivieron la guerra”.
Con respecto a la opinión de las nuevas generaciones, señaló: “Estoy seguro que es distinta la visión respecto del conflicto, que directamente lo desconocen. He visto encuestas en Reino Unido donde se muestra la enorme ignorancia que hay; gente de 30 años no sabe que hubo un conflicto o no sabe ni dónde fue ni contra quién, que es distinto a lo que pasa en Argentina donde para cualquier persona, sin importar su generación, es algo muy importante”.
Suspensión PPH
Entre las diferentes razones que mencionamos en la nota junto a Julio Aro, en referencia a la suspensión del Plan Proyecto Humanitario -en el cual se realiza la identificación de cuerpos del Cementerio de Darwin y de conformidad al segundo plan se acordó la obligación de facilitar las visitas de los deudos- se hacía hincapié en que este programa se frenó gracias a la decisión argentina de bajarse del pacto Foradori-Duncan, afirmación que el embajador Figueroa niega enfáticamente.
“El Plan Proyecto Humanitario es una iniciativa de ambos Estados y la Cruz Roja, organización que se sumó por un acuerdo entre nuestro país y el Reino Unido, que permite a la Cruz Roja trabajar como un actor imparcial para lograr este programa”, explicó Figueroa.
“Es una lástima que se haya congelado la negociación del PPH3, pero no lo fue por nuestro lado. Lo ratificamos muchas veces que, por más que tengamos diferencias en otros temas, creemos que lo que funciona en nuestra agenda Atlántico Sur con los británicos, debe continuar”, aseguró sobre su postura frente a la continuación del programa y agregó que “el reconocimiento de los restos es importantísimo, al igual que las visitas de los familiares. Es triste que tengamos que estar negociando estas cuestiones con los británicos después de 40 años de la guerra”.
El trabajo de iniciar la identificación de cuerpos en el cementerio, “ya se había avanzado del 2012 al 2015. El principal tema era obtener el consentimiento de los familiares. Fue un trabajo de meses, de ir a ver a las familias con integrantes de la Cruz Roja”, contó.
“Lo primero que se hizo fue un acuerdo bilateral Argentina-Cruz Roja, para permitir su involucramiento en la iniciativa. A raíz del mismo, la Cruz Roja, previo ir a Malvinas, capacitó a funcionarios que entrevistaron a los familiares. Eso permitió identificar a todo el colectivo de familias y armar un banco de datos genéticos de los familiares. Asimismo, en esos años comenzó la labor del equipo argentino de antropología forense, que realizó el trabajo de campo en Malvinas junto a profesionales internacionales y llevó a cabo el trabajo de identificación genética en sus laboratorios. Toda esta tarea supervisada por la Cruz Roja”, puntualizó.
“Estábamos en negociaciones con los británicos y en el 2015 tuvimos varias reuniones con ellos en Ginebra, pero la verdad es que no había interés británico de avanzar en ese momento”, aseguró.
“También había resistencias al programa humanitario en Argentina porque algunos sectores pensaban que eso iba a llevar al desmantelamiento del Cementerio de Darwin. Tales resistencias, entendibles, fueron superadas a través de un dialogo con todas las partes”, añadió sobre la situación previa a la firma de la Declaración Foradori-Duncan.

El cementerio de Darwin. El embajador Figueroa afirmó que “es posible culminar el proceso humanitario” de identificación de los restos, mediante “una negociación profesional y de buena fe”
Foradori-Duncan
La declaración Foradori-Duncan fue altamente cuestionada desde muchos sectores. “Los párrafos sobre Malvinas fueron muy resistidos ya en el 2016, incluido el oficialismo de ese entonces, basta ver los debates parlamentarios de esa época" aseguró Figueroa.
En esa declaración se planteaban varias cosas, “pero una central y muy polémica decía básicamente que ambas partes iban a dejar sin efecto toda la legislación que ponía en peligro el desarrollo de las islas. Eso era nuestra legislación petrolera, que establece que aquel que opere en Malvinas sin la autorización del Gobierno argentino, no puede operar en Argentina Continental y es sujeto a acciones legales penales y administrativas”, explicó el embajador. Esa herramienta resultó “fundamental para evitar que las islas desarrollaran el off-shore, y esas leyes fueron aprobadas por consenso de todas las bancadas”.
Argentina decide dejar sin efecto la declaración en marzo de este año, “pero en el mismo acto, el propio canciller Cafiero le dijo a su par británico en una reunión del G20, que lo humanitario y otros temas de la agenda Malvinas seguían en pie, a la vez que reiteró el permanente ofrecimiento argentino de reanudar las negociaciones de fondo interrumpidas por la guerra”, sin embargo “la parte británica decidió suspender las negociaciones en curso, alegando que la declaración era la base del diálogo en esta materia. Lo cual no podría ser así porque, en realidad, nos obligamos ambos Estados en virtud de nuestras obligaciones por el derecho humanitario; y el Reino Unido y Argentina le dimos un mandato a la Cruz Roja para que haga la identificación. Ello sin contar que expresamente manifestamos que queríamos culminar el proceso de identificación".
Para el diplomático, son varias las razones por la cual el Reino Unido tomó esta determinación. “Yo creo que hay una especulación, la espera de un cambio de gobierno para vincularlo a otros temas de la agenda Malvinas. Esa es mi visión personal. Pero la verdad es que, de nuestro lado, si mañana mismo nos ofrecen reanudar estas negociaciones, lo haremos inmediatamente. Realmente creo que es posible culminar el proceso humanitario, si nos embarcamos en una negociación profesional y de buena fe”.
Negociación
Para llevar adelante las negociaciones de fondo, según Figueroa “hace falta una decisión política de la contraparte. El tema fundamental es la presión que ejercen los isleños sobre los negociadores británicos y el Gobierno británico, y el impacto que tiene la imagen de Malvinas en la política británica”.
Asimismo, “hay muchos temas en la política internacional donde existen diferencias, donde hay un ‘grande y un chico’, pero siempre hay posibilidad de diálogo. La imposibilidad del diálogo en la Cuestión Malvinas no viene por la asimetría de poder existente o porque las posiciones son autodeterminación versus integridad territorial. Acá la verdadera cuestión es la asimetría en el interés, entre las élites y opinión pública en Argentina y el Reino Unido”.
“Si Malvinas en vez de estar en el Atlántico Sur estuviese en el Golfo de Ormuz, por ejemplo, habría intereses muy potentes para solucionar el problema”, aseveró.
Siguiendo esa idea, dijo en que “el estar en el Atlántico Sur, que en términos geopolíticos es una zona de importancia relativa, hace que no exista un gran interés de solucionar el conflicto. Es sólo importante para ciertos sectores, pero para los políticos británicos es todo un riesgo político interno iniciar un diálogo franco con Argentina en estos temas”.
Sin embargo, para Figueroa, el tiempo y las nuevas generaciones harán que esta situación en un futuro sea distinta. “Creo que va a cambiar porque la percepción del mundo en general respecto de los conflictos territoriales cambia; y también por la posición pública británica, porque hay generaciones enteras que no tienen la menor sospecha sobre esto”.
De todas maneras, el embajador insistió en que “lo humanitario tiene que estar fuera de discusión. De nuestra parte podemos asegurar que hemos dicho hasta el cansancio que lo humanitario estaba fuera del debate político. Sobre todo porque sabemos que hay familiares que están muy mayores” y que están esperando la resolución del problema.
Autodeterminación
o integridad territorial
Desde el punto de vista legal, hay diferentes maneras de resolver un caso colonial. Como mencionó Figueroa previamente, si se trata de una cuestión de autodeterminación -es decir, que los habitantes del lugar decidan- o de integridad territorial -que un Estado preserve intacto su territorio ante una intervención exterior-.
En cuanto a la autodeterminación, el embajador opinó que “antes había un asentamiento argentino en las islas, que fue desplazado por la fuerza. Si esa población hubiese seguido ahí, la historia sería completamente distinta. Acá hay un tema de población implantada”.
Cuando se trata de resolver una disputa de soberanía, “lo primero que hay que tener en cuenta es si se aplica o no el principio de autodeterminación. Eso no lo decimos nosotros, lo dicen las Naciones Unidas y la doctrina jurídica en temas de descolonización”.
En su análisis, planteó que “si se aplicara el principio de autodeterminación sin examinar el aspecto colonial del conflicto, todo el proceso de descolonización hubiese sido distinto porque en todo el sur global había colonos de los distintos imperios que vivían en una determinada área. Entonces, si esas poblaciones hubiesen tenido capacidad para autodeterminarse, habría enclaves europeos por todo mundo. Por eso, precisamente, cuando se inició el proceso de descolonización en lo que hace a Malvinas y otros territorios, se estableció que no se aplicaba este principio, a través de múltiples Resoluciones de la Asamblea General de Naciones Unidas y de su Comité Especial de Descolonización".
En ese sentido, “para nosotros tiene que haber una negociación entre los dos países, teniendo en cuenta los intereses de los habitantes de Malvinas, conforme la Resolución 2065 y siguientes".
A modo de conclusión, el embajador realizó algunas reflexiones. “Los temas son muy complejos y a veces se tiende a la simplificación. Pero me parece que es útil que nosotros como argentinos empecemos a pensar más allá de la cuestión emocional y el legítimo reclamo, sobre qué hicimos bien, qué hicimos mal en los últimos 40 años desde la guerra, cuáles son los intereses de las partes, qué podemos hacer para mejorar nuestra posición en el Atlántico Sur. Antes de la guerra, el Reino Unido negociaba con la Argentina de qué manera había una transferencia de soberanía y todo eso cambió después. Nosotros sostenemos que una guerra no puede cambiar la naturaleza de un conflicto”