En una entrevista con La Voz del Pueblo explicó cómo surgió la posibilidad de trasladar el emprendimiento a una zona importante de la localidad. “Estuve trabajando unos años en un supermercado, primero a cargo de la panadería. No soy panadero, ni pastelero, tengo personal que se encarga de ello”, comentó.

Una vez que Villa pudo comenzar por su cuenta, dijo que ahora “independizado” se encuentra en una situación expectante. “Se puede -dentro de la situación del país- ir creciendo. Gracias a Dios he logrado tener una base de buena clientela y también atendemos algunos negocios; tratando siempre de lograr que la mercadería sea de primer nivel”, expresó.

En ésta misma línea y considerando que ahora su propuesta comercial se encuentra en un punto de mayor exposición, dijo que incorporó “más variedad de especialidades dado que la demanda es mayor, y entiendo que también favorece el hecho de estar en un punto clave del centro de la ciudad”.

Es por eso que tienen cuatro variedades de pan y en pastelería disponen de una oferta más amplia. También cubren servicios para eventos sociales como cumpleaños y casamientos.

En la actualidad, Villa, contó que no tiene inconvenientes para el suministro de insumos como la materia primera con la que elaboran los panificados y productos pasteleros. “Por ahora no hay problema, solo el año anterior, con el argumento de la guerra entre Rusia y Ucrania, faltó algo de insumos. Pero ahora es normal y compramos la harina en el molino local”, indicó.

Sobre la convivencia con los colegas del sector, señaló que “hay muy buena relación dado que como dice el dicho ‘el sol sale para todos’”.

Con la mirada puesta hacia adelante, Villar dijo estar “muy ilusionado” por poder haber trasladado su comercio al centro de la ciudad. “También debo agradecer a los clientes que tengo, y a los que vendrán los invito a que prueben los productos y los buenos precios”, sostuvo.

Finalmente, agradeció a quienes lo ayudaron desinteresadamente: Alejandro Cuadreli, Juan Bruzzese y fundamentalmente al personal.