29|01|23 08:50 hs.
Tres Arroyos, a través de sus programas de los clubes rotarios, ha sido casa de un gran número de estudiantes de intercambio que han venido desde todas partes del mundo. Muchos de ellos han quedado encantados con la ciudad, su gente, sus costumbres y han decidido retornar en más de una oportunidad para volver a vivir todas esas experiencias.
Uno de estos estudiantes de intercambio fue Michael Caracciolo, un estadounidense que arribó por primera vez a nuestra ciudad en julio de 1968. Durante un año entero aquí cosechó amistades que conserva hasta el día de hoy y recuerdos con gente que ya no está pero que lleva muy dentro de su corazón.
Mike, como le gusta que lo llamen, vive hace muchos años en Matthews, un pequeño pero muy lindo pueblo ubicado en Carolina del Norte. Tuvo la oportunidad de volver a Tres Arroyos en 2019 junto a sus dos compañeras de intercambio Barbara Hammond Mahan y Beverly Keller Schwisow –también de Estados Unidos-, quienes fueron recibidos por sus amigos tresarroyenses Adriana Bayúgar y Rodolfo Liva. Tan encantado volvió a quedar con la ciudad, que este año decidió venir de visita con su esposa, Elizabeth Danford Caracciolo –Beth-.
Si bien en este viaje también aprovechó junto a Beth, Rodolfo y Adriana a visitar otras partes de Argentina, como las Cataratas de Iguazú, no dejó de pasar por su querido Tres Arroyos, donde prácticamente ya ha formado una familia y tiene muchos seres queridos.
En este paso por la ciudad, Mike y Beth visitaron La Voz del Pueblo, recorriendo con gran asombro todas sus instalaciones y conociendo la historia del diario. Y por supuesto que, en una larga entrevista, ambos contaron todo lo que vivenciaron en las últimas semanas.
Salir al mundo
Michael nació en 1948 en un pueblo chico llamado Afton. “Me crié en un pueblo cercano llamado Bainbridge, donde viví los primeros 18 años de mi vida. A los 17 fui aceptado como estudiante de intercambio”, inició la charla.
Un joven de 17 años que quería explorar el mundo, viajar, conocer otras culturas, emprendió entonces una nueva experiencia. “Rotary y Bainbridge estaban muy involucrados con los estudiantes de intercambio. Cuatro o cinco chicos llegaban de cualquier parte del mundo a nuestra ciudad y, en consecuencia, nosotros mandábamos muchos estudiantes también. El año que yo me fui hubo cuatro estudiantes que nos fuimos. Yo vine a Argentina, uno fue a Japón y dos más a Europa”, recordó.

Un retrato de Michael Caracciolo en Tres Arroyos en 1968, cuando llegó como estudiante de intercambio
Cuando supo que vendría a nuestro país, Mike sintió mucho entusiasmo por conocer Argentina. “Cuando me dijeron que vendría a Tres Arroyos no tenía idea qué me iba a encontrar. Tuve que buscar en libros dónde estaba o cuán grande era porque no sabía nada. Le escribí una carta al Rotary Club de acá y ellos me contestaron con información sobre la ciudad, la población, las escuelas y cosas así”.
En julio de 1968 aterrizó en Argentina y llegó a Tres Arroyos. “Estuve por un año que fue maravilloso, viajando a diferentes ciudades del país y sumando experiencias increíbles. Algunos de mis primeros amigos fueron Vicente y Margarita Bayúgar –hermanos de Adriana Bayúgar- porque ellos venían a mi casa a buscarme y me llevaban a tomar café. Ahí conocí a Rodolfo y Adriana y a todos. Siempre nos divertíamos y nos reíamos mucho”.
En aquel año, Mike se encontró en la ciudad con Barbara y Beverly, quienes, si bien también venían de Estados Unidos, se conocieron acá. Poco a poco entre los tres fueron integrándose en los grupos de amigos y buscando las formas de comunicarse. “Yo hablaba inglés solamente, pero de a poco fui aprendiendo español. Rodolfo, Margarita y Adriana hablaban bastante inglés y con el resto nos manejábamos para comunicarnos”, aseguró.

Mike junto a sus compañeras de intercambio Beverly y Barbara y Vicente Bayúgar, con quien fue gran amigo
Con su grupo de amigos, “nos divertíamos mucho. Los estudiantes de intercambio recibimos membresías para ir a Costa Sud para usar las instalaciones. Eso estuvo bueno porque Tres Arroyos nos abrió los brazos y nos dejaron vivir un año increíble. La gente no podría haber sido más amable, no tuvimos ni una mala experiencia cuando estuvimos acá, fue todo bueno”, expresó Mike.
Vuelta a casa
Luego del intercambio, Mike volvió a su casa en Estados Unidos. Un tiempo después Rodolfo decidió viajar hacia allá y se quedó durante 6 meses en su casa. Los dos, una vez más, sumaron increíbles anécdotas a esta amistad que ya trasciende fronteras.

Barbara y Mike en la fiesta de egresados de sus compañeros
Una vez finalizada la secundaria, Mike fue durante un tiempo a la universidad e hizo el servicio militar. También se casó, tuvo hijos y se dedicó a criar a su familia. “Tuve dos hijas y con el tiempo de divorcié. Una de mis hijas y una de las hijas de Beth eran amigas de la escuela y nos presentaron. Así nos conocimos porque los dos estábamos divorciados”, contó Mike sobre cómo fue el encuentro con su actual esposa.
“Nuestra primera cita fue con nuestras hijas porque querían asegurarse que no lo arruináramos. Eso fue en 1994 y estamos juntos desde entonces. Han sido unos hermosos 29 años”, señaló.
Encontrarse
Con Rodolfo y sus amigos de Tres Arroyos, Mike perdió el contacto durante muchos años, pero con la llegada de las redes sociales y los avances tecnológicos pudieron volver a conectarse. “Hace un tiempo atrás un amigo mío me ayudó a buscar a Rudy en Facebook. Nos solicitamos amistad y nos empezamos a escribir todos los días. Fue muy loco. También le solicité amistad a Adriana y a la hija mayor de ellos que sabía hablar inglés”, recordó.

Junto a Barbara y Berverly en su paso por Tres Arroyos en 2019
El contacto a través de Facebook también permitió que Mike se conectara con Barbara y Beverly, sus compañeras de intercambio, con quienes organizaron una reunión en Michigan. “Ahí llamamos a Adriana y Rudy y propusimos hacer un viaje para volver a Argentina los tres juntos”, indicó Mike.
Así, en el 2019 los tres ex estudiantes retornaron a Tres Arroyos después de poco más de 50 años. “Nos quedamos por tres semanas. Extrañaba mucho Argentina, los amigos, la gente. Me arrepentí de no haber tenido contacto con muchos por años, entonces cuando tuvimos la oportunidad de hacerlo, fue muy bueno", se emocionó.

En Buenos Aires recorrieron lugares históricos y restaurantes
“Cuando volví, vi que la ciudad había crecido, se había modernizado, pero la gente era tan amable como siempre lo fue, eso nunca cambió. Es como volver a empezar de donde dejaste. Vimos muchas de las cosas iguales y mucha gente que ya no estaba”.
Nuevas experiencias
Luego de la vuelta a Tres Arroyos, en el 2021 Rodolfo y Adriana visitaron a Mike en su casa de Matthews en Estados Unidos, donde conocieron a Beth y forjaron una hermosa amistad. “Estuvieron tres semanas, que las pasamos de maravilla. Beth y yo los llevamos por diferentes lugares de alrededor. Luego, con Beth decidimos venir nosotros solos a Argentina. Quería que ella experimentara todo y creo que lo ha hecho”, dijo Mike y Beth interrumpió agregando “y aún no quiero volver a casa”.
El 6 de enero ambos aterrizaron en Buenos Aires, donde se encontraron con Rodolfo y Adriana. “Pasamos algunos días en Buenos Aires, después nos fuimos a las Cataratas del Iguazú en auto. Fue un viaje largo, pero vimos muchas cosas en la ruta, paramos en las Minas de Wanda y en las Ruinas de San Ignacio. Recorrimos todo el Parque Nacional”, mencionó Mike.
En cuanto a su primera vez en el país, Beth contó que “estaba muy emocionada por el viaje. A veces uno construye una imagen en la cabeza y tiene muchas expectativas. Viendo cómo viajamos, las cosas que vimos, lo que comimos, las cosas que probamos, todo superó lo que alguna vez me había imaginado”.

Beth y Mike camino a Claromecó se toparon con un campo de girasoles
En ese sentido, añadió: “Quise probar todo, incluso el mate. Todo ha sido nuevo y me hizo pensar en lo chico que es el lugar donde vivimos. Fue divertido experimentar las costumbres de acá, fue todo muy bueno. Tenía muchas ganas de conocer las Cataratas también”.
Por su parte, Mike sostuvo que “todo fue mucho mejor de lo que esperábamos. Pensé que las Cataratas iban a ser lindas, pero resultaron ser impresionantes. Había gente de todas partes del mundo, todos muy amables. También estuvimos en Claromecó y en Sierra de la Ventana”.
Muchos recuerdos se llevan ambos de este viaje, que describieron como las verdaderas primeras vacaciones que se tomaron juntos en todos estos años. “Fue una experiencia increíble y vamos a volver, en uno o dos años si podemos. No podríamos haber pedido un mejor viaje, con mejores personas. Si tengo que elegir un lugar para volver el resto de mi vida, sería este”, concluyó Mike.
El matrimonio aterrizó en Estados Unidos ayer al mediodía con muchos regalos y anécdotas que contar a toda su familia en Carolina del Norte. Ambos aseguraron que fue una experiencia única en sus vidas y desean pronto poder volver a Tres Arroyos, que siempre estará acá para recibirlos con los brazos abiertos.