Walter Fersen dialogó con La Voz del Pueblo

La Ciudad

Walter Fersen, en el Día del Canillita

“Mi camino ya está hecho”

07|11|22 08:45 hs.

Este lunes 7 de noviembre se celebra en todo el país el Día del Canillita, una jornada dedicada a homenajear a los vendedores de diarios y revistas. Esta fecha comenzó a celebrarse en 1947 en homenaje a Florencio Sánchez, periodista y dramaturgo que dirigió la obra “Canillita”, en la cual representaba a los chicos que vendían periódicos en la calle. 


En nuestra ciudad, Walter Fersen se desempeña como canillita en el diario La Voz del Pueblo. Nació en Tres Arroyos el 26 de agosto de 1956. “Yo arranqué en 1974 con un tío, cuando tenía 16 años. Luego, por circunstancias de la vida tuve que ir dejando la actividad, aunque valoro el hecho de que pude volver al ruedo. Cuando comencé, el diario estaba en calle Colón. Tengo grandes recuerdos de mis primeros pasos”, confió con una gran sonrisa de por medio a La Voz del Pueblo. 

Supo trabajar también más de diez años con Osvaldo Quintela. “Los domingos repartíamos más de 300 diarios. Ahí aprendí bastante, la calle me fue enseñando cosas a lo largo de mi vida. La gente me conoce de ahí, es increíble. La ciudad ha cambiado de gran manera. Por aquel entonces, había muy poca luz y asfalto. Había que andar en bicicleta porque moto no había. Recuerdo que hasta uno de los canillitas andaba con un sulky, en su momento. Éramos un grupo más numeroso, otra época”, indicó con sinceridad. 

“La relación con la gente es magnífica, para algunos somos como de la familia. Uno toca timbre y te invitan a pasar a tomar un mate, un café o a comer algo rico, son gestos que valen más que cualquier cosa”


En 1976 realizó tareas como peón de albañil, luego se mudó al campo por otros que haceres y después vino el golpe de Estado. Al volver a la ciudad, Fersen destacó que “con el tiempo volví a hacer de canillita con otros vendedores que había. Recuerdo al gran Pocho Huertas, Humberto Zabaglia y varios más. Mi tío era canillita y me enseñó mucho, tenía un kiosco en la esquina del club Huracán sobre calle Mitre y Suipacha. Luego él falleció y mi tía decidió vender el reparto, cuando yo trabajaba con Huertas. Pudimos llegar a un acuerdo y me quedé con el reparto”.

Un antes y un después 
Entre el 2000 y 2001 dejó todo y se dedicó a otra cosa. La Argentina atravesaba una de sus peores crisis sociales y económicas. De eso no se olvida porque lo sufrió, pero con la frente en alto pudo salir adelante como buen luchador que es. Nunca atinó a bajar los brazos. “Perdí todo. Me propuse seguir luchando y bicicleteando para salir adelante. Retomé después de 15 años como canillita con Enrique Mascioli. Estuve ocho años con él, quien le vendió el reparto luego a un colega que todavía anda y otra parte, la pude comprar yo. Acá seguimos, firmes. Pude crecer de a poco, ya que se han ido vendiendo repartos. Me costó, pero lo pude lograr”, reconoció con emoción y la voz entrecortada. 

“La calle me fue enseñando cosas a lo largo de mi vida. La gente me conoce de ahí, es increíble”


Su tarea de todos los días da comienzo alrededor de la 1 de la mañana, ayudando a sus compañeros en la máquina. Al respecto, dijo que “cuando está listo el diario, salgo. Entre las 2 y las 3 de la mañana generalmente. Hago el reparto en moto, los días de semana son cerca de 3 horas y media. Los domingos, poco más de 5. Voy por distintos puntos de la ciudad: arranco por avenida San Martín y voy hasta La Atómica. Tomo la avenida Caseros hasta el boulevard Alem, vuelvo y termino en la estación de servicio Axión de ruta 228”. 

Otra de las cosas que rescató fue el cariño de la gente, un afecto importante que lo siente día tras día. “La relación es magnífica, para algunos somos como de la familia. Uno toca timbre y te invitan a pasar a tomar un mate, un café o a comer algo rico, son gestos que valen más que cualquier cosa. La gente ha tomado confianza, incluso tengo las llaves prácticamente de todos los edificios que subo y dejo los diarios. Hoy en varios lugares no dejan entrar a nadie por un tema de seguridad. Con alguno que otro hago de psicólogo también, porque todos tenemos problemas lamentablemente. A la gente creo que hay que saber escucharla, tener paciencia es clave”, sostuvo. 

La familia
Si hay un pilar fundamental en toda esta historia, esa, es su familia. Siempre estuvo ahí, firme, al pie del cañón. En este sentido, dijo que “mi familia es un bastión elemental en mi vida. Durante muchos años hice dos trabajos, incluso hasta tres. Actualmente seremos 18 canillitas, es muy linda relación la que tenemos. Somos pocos, me gusta llegar temprano (risas). Viene también “Chiquito” Sorgue. El resto cae más tarde, gran grupo humano hemos formado. Me gusta lo que hago, es parte de mi ser y lo llevo en el corazón”. 


Fersen es un reconocido canillita de La Voz del Pueblo. Día a día lleva a los hogares de los lectores los ejemplares del diario


La Voz del Pueblo significa mucho para él, además de ser su fuente de trabajo. “Estamos en un momento muy difícil como país, ojalá salgamos adelante. Nos lo merecemos como argentinos. El Día del Canillita es muy importante para mí, es una jornada para descansar. Mi mente guarda grandes recuerdos de los festejos en el club Cazadores, Luz y Fuerza, la Sociedad Italiana y tantos lugares más”, reconoció Walter Fersen. 



Conforme y a gusto con su labor, agregó que “estoy acostumbrado. Llegar a las 6 de la mañana a mí casa, es normal para mí. Prefiero estar así y no encerrado en una oficina 8 horas (risas). A la tarde duermo un poco la siesta. Podría haber dejado la actividad luego de que me jubilé, pero la jubilación no es mucho. Es la realidad. Estoy bien de salud y eso lo valoro. He ido juntando repartos, hago tres extras de otros colegas. Siento que me pude acomodar con el paso del tiempo”. 

El premio mayor
No se arrepiente del camino que eligió para su vida. Así lo dejó muy en claro en esta nota, por todo lo expuesto. El año pasado pudo comprar su casa para su familia porque la que tenía, la había perdido con la crisis del 2001. 

En relación a ello, explicó que “la luchamos con mi señora y salimos adelante. Unidos y con mucho esfuerzo, no hay otra fórmula. El apoyo familiar es clave. Te tiene que gustar porque es mucho el sacrificio que se hace: esté como esté el clima, tenes que salir igual”. 

Sobre el final, se tomó un momento para saludar y agradecer al público lector de La Voz del Pueblo. “Quiero aprovechar esta oportunidad para saludar a todos mis colegas, a las autoridades del diario y a los lectores. Esperemos seguir adelante unos años más, aunque entiendo que lo digital ganó su terreno. Mi camino ya está hecho, llevo 18 años de canillita. Mis clientes no se me van a borrar, 120 años de historia no es poca cosa. Jubilado y todo, sigo con mi labor por elección propia”, destacó. 

Por último, Walter Fersen hizo referencia a que “agradezco a Dios por tener salud. En la pandemia no tuve problemas. Tengo un hermano en Chillar y posiblemente me vaya para allá a visitarlo, en lo que será un día especial. Que sea una gran jornada, les deseo muy feliz día a todos los canillitas del país”.