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La pequeña Catalina recibió un riñón de su padre y comienza una nueva vida

Lara Catalina López de Sabando llegó a este mundo un 2 de marzo de 2016 en la Clínica Hispano Argentina, con una insuficiencia renal crónica que implica una displasia renal acompañada por una malformación congénita en su vejiga. Junto con sus padres, Marcos y Patricia, vivió toda su vida en Orense, peleando día a día por su salud y esperando a recibir un trasplante de riñón, que por diferentes dificultades se fue posponiendo en el tiempo. 

El último 23 de agosto, tras años de diálisis en su hogar, internaciones por complicaciones y momentos de mucha angustia para toda la familia, Cata finalmente recibió el riñón que tanto esperaba para cambiar su calidad de vida, nada menos que de su propio padre. La pequeña fue intervenida en el Hospital Garrahan mientras que su padre fue operado en el Hospital El Cruce. 
 Todos están bien y evolucionan de manera favorable, un gran alivio para toda la familia que estuvo sometida a tantas complicaciones durante la vida de la pequeña que iban viendo la situación minuto a minuto antes de la intervención. 
 La Voz del Pueblo tuvo la oportunidad de dialogar con Marcos, que en estos días se encuentra en Buenos Aires cuidando de su hija, mientras que Patricia está en Orense con Francisco, Inés y Martina, sus otros hijos. “Con la llegada de Cata yo estaba muy feliz yo feliz porque iba a ser por primera vez papá. Nació por cesárea en la Clínica Hispano”, contó. 
La familia ya conocía que algo estaba mal ya que en la última ecografía habían detectado anomalías. El cordón umbilical no tenía las arterias correspondientes y además existía una malformación genital. “Cata estuvo en una incubadora y así llegó al mundo. Al día siguiente nos trasladaron a Bahía Blanca para hacerle unos análisis y salió que no tenía los riñones desarrollados. Ahí empezó toda la lucha de la gorda”, recordó su padre. 
 Muchos momentos extremos vivieron a lo largo de la corta vida de Cata. “Emocionalmente fue acompañarla en todo su proceso y a estar cerca de ella, que en definitiva es la que ponía el cuerpo a todo lo que se le presentaba”, sostuvo. 

Catalina nació con una insuficiencia renal crónica y pasó toda su corta vida entre médicos y hospitales. Con la donación de su papá Marcos, su calidad de vida cambiará por completo

Cata fue ingresada en la lista de espera del INCUCAI por si hasta último momento aparecía la posibilidad de recibir un riñón cadavérico que fuese compatible con ella, pero para no seguir dilatando la situación su familia se comenzó a hacer los estudios necesarios para ellos ser los donantes. “No quisimos esperar y su mamá y yo nos hicimos los estudios para tratar de donarle el riñón lo más antes posible. Al momento de hacer la compatibilidad resulté ser yo más compatible que la mamá y decidimos entonces que yo iba a ser el donante”, explicó. 

 Una oportunidad 
La operación fue exitosa y Marcos se encuentra recuperándose también de su intervención. “No me siento al 100% pero cada día si mejor. Cata está bien, ya estaríamos pronto al alta”, comentó.
La pequeña estuvo toda su vida entre médicos, estudios y hospitales, preparándose para este momento. “Ella siempre supo. No se lo dijimos crudo, pero siempre la fuimos preparando para decirle que al papá lo iban a operar, que le iban a sacar un riñoncito para ella. Más o menos fue entendiendo, pero siempre bien, siempre puso su mejor actitud. Nunca se lo negamos, ni fue sorpresa. Ella siempre fue sabiendo, siempre preparándola para este momento”, aseguró su papá. 
Con su acto, Marcos le está dando la posibilidad a su hija de tener una mejor vida. “Como padre diría que me siento feliz de verla bien, de tratar de que se terminen estas cosas de estar pendientes las 24 horas de si está bien o si está mal o si tiene algún mínimo resfrío porque sabemos que ese resfrío implica viajar al hospital y quedarnos mínimo 15 días internados”, expresó. 
En ese mismo sentido, agregó que “yo me siento feliz que ya haya pasado todo, que todo esté saliendo bien, que Cata esté evolucionando y que yo me sienta bien también. A partir de ahora trataremos de tener una vida normal que por todos estos temas nunca sentimos tenerla, en el sentido que siempre la cuidábamos de todo a ella. No la dejábamos hacer prácticamente nada porque era medio peligroso”. 
Así, comienza una nueva etapa para Cata, una nueva vida que cambiará por completo su manera de relacionarse en el mundo. Un nuevo camino comienza. “Me siento feliz por todo lo que está pasando y tratando de que esté bien”, finalizó su papá.  
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