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Es docente, profesora de historia, pero sintió interés en el periodismo en busca de encontrar explicaciones ante “los interrogantes que la realidad de nuestro país nos presenta, siempre compleja”
-Como fue la experiencia de escribir el material de historia local “Tres Arroyos, un siglo”? ¿De qué manera surgió la idea y qué importancia le adjudica a la difusión de contenidos sobre la historia del distrito?
- Mirar hacia atrás puede ser placentero o no. La pregunta me llevó a revisar mis textos y sigo pensando que “lo que has heredado de tus padres, lo heredas para poseerlo”.
Cuando registramos nuestra época, ya sea cercana o lejana, cuando la cotidianeidad se piensa, duele, se goza o agobia, es señal que estamos vivos.
El proyecto de recorrer el pasado de Tres Arroyos y su zona en 36 fascículos lo acerque a Don Antonio a fines del 95 y lo aceptó. Nació con el entusiasmo de historiadora y especialmente con la intención de acercar a los lectores del diario historias que hicieron una pequeña parte del siglo XX en Tres Arroyos. Para ello recorrí bibliotecas y archivos, consulté la prensa, realicé entrevistas, encontré noticias muy curiosas, hechos policiales, fiestas populares, artistas y escritores de valía que visitaron la ciudad… era una tarea muy grata para alguien que a los dieciséis años eligió indagar el pasado. Hoy, reitero mi agradecimiento a todos los que me ayudaron a concretarla y a los lectores especialmente.
El conocer la historia chica, da sentido de pertenencia. No sé cómo se enseña la historia del municipio en la escuela primaria en la actualidad.
-¿Cuando nació su interés por el periodismo?
-Mi interés por el periodismo nace con la recuperación de la Democracia, con la pasión por la lectura y mi compromiso con la libertad. No soy periodista, soy docente por formación y por vocación. El interés por el periodismo se vincula al gusto por la historia, por explicarme los interrogantes que la realidad de nuestro país nos presenta, siempre compleja. Desde los diez años, me interesó la política y cuando ingresé a la Universidad, supe que allí encontraría herramientas de análisis.
Comencé a trabajar como profesora de enseñanza media en la década del 70 y me despedí en el 2017 como docente de la Universidad Nacional del Sur, en la cátedra de Ciencias Políticas. Muchos años y muy plenos. Viví la docencia con intensidad y compromiso, no lo imagino de otra forma.
-En forma relativamente reciente, realizó una capacitación sobre la crónica ¿qué es lo más valioso en esta posibilidad de compartir esos espacios de perfeccionamiento?
-Hace más de diez años, en la FLACSO, hice un curso de periodismo narrativo con Leila Guerreiro y confirmé que eso era lo que me gustaba hacer, cuando ya el ciclo docente había terminado. Una cronista deslumbrante Leila Guerreriro, muy formada, y ahora la sigo, leyendo sus libros. Otra forma de aprender.
En el 2020, la pandemia y la curiosidad me llevó a otro curso de crónica online. Fueron cuatro meses de lectura intensiva y escritura y reescritura continua.
Son instancias necesarias de aprendizaje, pero también nos nutrimos con la lectura diaria de la prensa, de los clásicos, de poesía, de ver buen cine, escuchar música, viajar, conocer otras realidades sociales y fundamentalmente ser curiosos.
He sentido hambre por vivir en libertad y por el conocimiento. Ambas crecieron creo en la Universidad, pero la semilla la sembró mi padre.
Mi infancia fue en un pueblo de 1500 habitantes, y conocí el tedio de las siestas de verano. Pero la radio a veces quebraba ese aburrimiento. Recuerdo descubrir un programa de Blackie, donde reflexionaba sobre viajes, libros, su padre, sus vivencias con artistas o escritores consagrados, su pasión por el jazz… sus historias se convirtieron en un placer esperado a mis 11 años. La inteligencia es seductora.
-Desde su mirada y teniendo en cuenta los contextos complejos a nivel internacional y nacional ¡cual es el mayor desafío para el periodismo como profesión-oficio?
-No soy periodista y por eso dudo si es pertinente que hable de los desafíos actuales del periodismo. Solo diré por intuición que estamos desinformados, por la sobreinformación.
Vivimos bajo el diluvio de la información: al principio, pensábamos que escamparía, que había que conceder un tiempo a la sociedad informacional en tanto que fraguaban sus nuevas estructuras y se reubicaban las ya existentes. Según pasaban los días, nos incomodaba comprobar que, lejos de amainar, la tormenta se recrudecía.
Actualmente hemos de aceptar que el diluvio, más que un fenómeno ocasional, es un rasgo identitario de la nueva sociedad; y con el fin de integrarnos informativamente en ella, nos interesa entrenarnos para no naufragar. De eso trata la alfabetización mediática.

El proyecto de recorrer el pasado de Tres Arroyos y su zona en 36 fascículos lo acerque a Don Antonio a fines del 95 y lo aceptó
El periodista y escritor argentino Tomas Eloy Martínez decía “que el periodismo no es un circo para exhibirse, sino un instrumento para pensar, para crear, para ayudar al hombre en su eterno combate por una vida más digna y menos injusta. Dar una noticia y contar una historia no son sentencias tan ajenas como podría parecer a primera vista. En la mayoría de los casos son dos movimientos de una misma sinfonía”:
Ante un hecho que invita a contarlo, primero se permanece en él, así se lo conoce, conociendo se comprende y solo comprendiendo se empieza a ver. Cuando la maleza se ha desbrozado y la confusión disminuye se puede contar.
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Perfil
La profesora María Cristina García, es egresada de la a Universidad Nacional del Sur.
Docente de Historia, Ciencias Políticas y Culturas Contemporáneas en el nivel Secundario.
Docente de Ciencias Sociales en el profesorado terciario de Magisterio.
Docente universitaria en la cátedra de Ciencias Políticas de la Facultad de Derecho, de la Universidad Nacional del Sur.
Docente del CBC de la Universidad de Buenos Aires, a distancia, en la cátedra de Ciencias Políticas, entre 1996 y 2000.
Trabajos de investigación publicados y presentados en Congresos, en el marco del postgrado de Historia Económica de la UBA:
1.- La inmigración Holandesa en el sudeste de la provincia de Buenos Aires. (1995).
2.- Istilart: una fábrica pionera en la Pampa Húmeda. (1996).
3.- Una Sociedad Rural en su centenario.(1997).
-Publicación en La Voz del Pueblo de la colección ¨Tres Arroyos un siglo ¨, 36 fascículos semanales en 1996.
Otras publicaciones periodísticas acerca de historia y política en periódicos regionales.