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Tres Arroyos, VIERNES 29.03.2024
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Una vida dedicada a la cultura

La llegada de la jubilación trae consigo muchas sensaciones encontradas. Por un lado, es el inicio de una nueva etapa en la vida en la que cada persona puede comenzar a dedicar todo su tiempo en ella; y por otro es el cierre de un ciclo al cual dedicamos toda nuestra vida. 

En el caso de Sonia Finocchio, la –ahora ex- encargada del Museo Mulazzi, tuvo una vida laboral de cerca de 40 años en la que puso cuerpo y alma por el crecimiento y el afianzamiento de la cultura de Tres Arroyos.
A partir de mañana comenzará esta nueva etapa en su vida ya que finalmente legó el día de su jubilación y el viernes fue la última jornada laboral que tuvo en la institución. 
Unos días antes, La Voz del Pueblo se acercó hasta su despacho para hacer un repaso por su vida, sus estudios y las diferentes etapas que atravesó en su carrera, la cual siempre dedicó al arte y la cultura. 
Sonia contó que nació en Tres Arroyos y estudió magisterio en el Instituto de Formación Docente, lo que le permitió ingresar en el mundo laboral como preceptora del establecimiento, desempeñando diferentes tareas administrativas. 
En simultáneo, en el año 1983, le ofrecieron un puesto como secretaria administrativa en la Dirección de Cultura, el cual fue el inicio de este intenso camino recorrido. Ese cargo lo desempeñó durante 13 años. “Cuando asume el ingeniero Aprile, el director de Cultura de ese momento después de dos meses de gestión fallece. El director de Turismo era el profesor Sabatini, quien se hace cargo de las dos direcciones, pero eran dos con mucho trabajo, muchas propuestas y con mucha actividad. Así que en junio del ‘96 me hacen la propuesta de ser directora de Cultura”, recordó Sonia. 
Con un tiempo para tomar la decisión, “me motivó el entusiasmo de trabajar por la cultura. Yo amaba el espacio y pensaba que había que darle otro impulso, otra impronta”, aseguro. Así, el 1 de julio del ’96 asume como directora del área.

El apoyo 
Finocchio estuvo al frente de la Dirección de Cultura hasta el 2011 y en todos esos años trabajó sobre diferentes ejes. “Yo hice mucho hincapié en el trabajo en barrios. Se conformaron algunos elencos municipales y se empezó a trabajar muy bien con el área de Discapacidad, con integración por el arte”, comentó. 
Un punto sobre lo que hizo hincapié fue el Salón Nacional de Dibujo y Pintura. “Se reactivó el Salón Provincial de Dibujo y Pintura, que durante 9 años estuvo sin realizarse y a los dos años de reiniciar se lo convierte en Nacional y se le impone el nombre de José Rodrigo”. 

En la Sala Mayor del Museo Mulazzi, donde vio pasar infinidad de muestras

Este suceso “fue importante porque el Salón Provincial de Dibujo y Pintura tenía un prestigio muy importante en Tres Arroyos. Eso se cortó en el año ’94, en el 2003 tomó impulso nuevamente y en el 2005 se hizo Nacional”, resaltó. 
Otra de las importantes propuestas que surgieron durante esa época fue la Feria Nacional de Artesanías, que inició en el año 2000. “Para nosotros fue un desafío muy grande, y hablo de nosotros porque me acompañó Marisa Martín que en ese momento era quien coordinaba el Museo Mulazzi. Con ella tomamos el desafío de hacer esa Feria Nacional y año a año la fuimos mejorando, buscándole qué le podíamos agregar o mejorar y eso fue sucediendo. Hicimos hasta un viaje a la Fiesta del Poncho para tomar ideas, para invitar artesanos por ejemplo de la comunidad wichi, que después terminaron viniendo”, relató.
También durante su paso por la Dirección de Cultura trabajó fuertemente con los talleres. “El último año que estuve, en el 2011, teníamos 58 talleres distribuidos en Tres Arroyos y las localidades”, destacó.
“Después hicimos muchos espectáculos. Trabajé muy bien con el área de Cultura de Provincia y Nación, con espectáculos, talleres, capacitaciones, muestras artísticas de primer nivel, auspicio de salones”, indicó.
Remarcó a su vez el trabajo en conjunto con los privados, “porque a veces no todo tiene que ser netamente del Estado y se puede articular con lo privado. Realmente se han hecho cosas muy buenas. Llegué a traer tres veces a Tres Arroyos la Orquesta Sinfónica y el Coro Polifónico de Bahía Blanca, también espectáculos de renombre en las playas para las distintas temporadas”. 
El objetivo siempre estuvo puesto en tener una agenda cultural importante. “Era lo que yo pretendía, espero y deseo que en el público y en las comunidades haya tenido la misma repercusión. El esfuerzo se hizo”, expresó. 

“Son sensaciones encontradas porque son 39 años dentro de la actividad cultural de Tres Arroyos. Yo creo que he hecho muy buenas amistades, he recogido mucho afecto, he trabajado con gente muy amable, muy encantadora y con todas las expresiones artísticas”

Sonia también estuvo abocada desde el 2000 al 2011 en la parte de espectáculos de la Fiesta del Trigo, con el respaldo de la comisión de la misma. “Se trabajaba mucho con los artistas de Tres Arroyos, se le daba sus espacios. Se hizo mucho apoyo a artistas locales. Era un trabajo bastante dinámico el de la Dirección de Cultura y jugado, más que interesante”, señaló. 
-¿Cuál es uno de los mayores logros que considerás haber alcanzado?
-Yo creo que todo es importante. El esfuerzo que uno pone en cada una de las actividades es como que todo de una forma u otra tiene relevancia. Obvio que la Feria Nacional de Artesanos se llevaba todos los premios porque el esfuerzo era inmenso, muy jugado. 

Desde otra mirada
En el 2011 Sonia Finocchio deja la Dirección de Cultura y desde el Movimiento Vecinal la proponen como candidata a concejal, tarea que aceptó con gusto. “Era un poco cambiar el rol, cambiar la mirada política desde otro ámbito. Fui concejal durante cuatro años en los que se trabajó muy bien, aprendí muchas cosas porque de concejal hay que saber de obras públicas, de obras sanitarias, de medio ambiente, deportes, seguridad, porque te vas involucrando un poco en todas las áreas, colaborando”, sostuvo. 

Finocchio se dedicó a organizar activamente gran cantidad de actividades

Entre algunos proyectos que recuerda de aquella época, aseguró que “fue un trabajo intenso. Se hizo el Concejo Deliberante Estudiantil y los Premios Fontanarrosa. Estuvimos con nombres de calles que recorrimos todas las que no tenían nombre y se les fue poniendo. Me acuerdo que había una sola calle que tenía nombre de mujer, que era Isabel La Católica, entonces tratamos de buscar nombres de mujeres emblemáticas de nuestro país. Estuvimos trabajando también en la declaración de Patrimonio Histórico Cultural a todos los monumentos de Tres Arroyos. Se había hecho un relevamiento de todos los monumentos, monolitos, placas”, recordó. 
Abrir la cultura 
Al finalizar su período como concejal en diciembre de 2015, le proponen a Sonia ingresar al Museo Mulazzi, que Marisa Martín aún continuaba como encargada hasta su jubilación en mayo y ella podría entrar en el lugar. “Yo lo conocía al dedillo al Museo porque siempre trabajé muy en conjunto con Marisa. Proponíamos y realizábamos distintas actividades, todo era consensuado y charlado”, comentó. 
Esos cinco meses Sonia los destinó a aprender y capacitarse en todo lo que fuera necesario para cumplir sus futuras tareas. “A mí me preocupaba porque Marisa tenía a cargo el servicio educativo, todo lo que eran visitas guiadas de las muestras permanentes, y yo realmente de visitas guiadas no sabía. Así que cuando Marisa las hacía, yo la seguía a ella y fui aprendiendo, investigando, recorriendo”, afirmó. 
“Cuando me proponen hacerme cargo del Museo ni lo dudé porque era un lugar que apreciaba muchísimo, que era la joyita dentro de la Dirección de Cultura por las condiciones en que se encontraba, las muestras y lo que se realizaba temporalmente. Lo seguimos intensificando cada vez más, abrimos el espacio a un montón de actividades distintas, con otra mirada, con abrir los museos a que no sea espacios estancos”, reflexionó. 
En ese sentido, contó que “abrimos a talleres durante todas las vacaciones de invierno, espectáculos de niños, festivales, todos los meses muestras diferentes, ferias de productores y emprendedores, y cada vez lo hicimos más dinámico”. 
Un punto sobre el cual Sonia hizo hincapié fue el servicio educativo. “Se trabajó muy fuertemente estos años, que para nosotros es más que importante porque es la formación de nuestros chicos. También la apertura a las distintas expresiones”, aseguró. 
El cierre de un ciclo 
Haciendo un poco de reflexión sobre todos estos años dedicados al arte y la cultura de la ciudad, Sonia señaló que “yo creo que, en la mirada que yo aposté en el momento que me ofrecieron la Dirección de Cultura, el deber se ha cumplido. Acercamos el centro a los barrios, haciendo intercambio de actividades y expresiones en los distintos espacios de la ciudad”. 
“Yo creo que el afecto de la gente es lo que más me queda, de todos esos que uno va conociendo y va involucrándose. El acercamiento a las localidades fue muy importante, que se sientan acompañados y apoyados en lo que a cultura se refiere. Acompañar también las actividades, eso hace que se cultiven cultivar amistades y uno se nutre de todo ese afecto”, pronunció con mucha emoción.
El momento de la jubilación llegó para Sonia. “Son sensaciones encontradas porque son 39 años dentro de la actividad cultural de Tres Arroyos. Yo creo que he hecho muy buenas amistades, he recogido mucho afecto, he trabajado con gente muy amable, muy encantadora y con todas las expresiones artísticas”. 

Sonia en su oficina, a la cual el viernes asistió por último día

También reconoció que “por supuesto habrá mucha gente que no estuvo de acuerdo o no está de acuerdo en cómo manejé las distintas actividades, pero yo creo que puse todo mi empeño en que saliera lo mejor posible”. 
El día llegó y ahora el tiempo sobra para hacer lo que más desee. “Planes hay muchos. Quiero devolverle a mi familia todas las horas que no le pude dedicar en su momento, a los nietos, y dedicarme a cubrir horas ociosas en actividades que hagan que yo me sienta bien y lo pase bien”, concluyó.
las muestras y lo que se realizaba temporalmente. Lo seguimos intensificando cada vez más, abrimos el espacio a un montón de actividades distintas, con otra mirada, con abrir los museos a que no sea espacios estancos”, reflexionó.
En ese sentido, contó que “abrimos a talleres durante todas las vacaciones de invierno, espectáculos de niños, festivales, todos los meses muestras diferentes, ferias de productores y emprendedores, y cada vez lo hicimos más dinámico”.
Un punto sobre el cual Sonia hizo hincapié fue el servicio educativo. “Se trabajó muy fuertemente estos años, que para nosotros es más que importante porque es la formación de nuestros chicos. También la apertura a las distintas expresiones”, aseguró. 
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