Eduardo Ré, Alberto y Jorge Pereyra

Sociales

“Yerba mala nunca muere” en La Estación

Un reencuentro que mutó en una propuesta teatral

03|07|22 19:47 hs.

Dos personas caminan por las calles de Tres Arroyos un domingo solitario. Solo el canto de los pájaros y el ruido de algún vehículo rompen el silencio que enmarca la jornada. 

 De repente, sus caminos se cruzan. Son Jorge y Alberto Pereyra. Sobrino y tío, respectivamente. El tiempo los alejó y los volvió a unir. El reencuentro, simplificado en un abrazo, abre las puertas hacia algo nuevo. “Luego de charlar un rato largo surgió la de hacer algo juntos” reconoció Jorge, encargado de abrir el juego en la charla. 

Entusiasmado, Jorge pensó en alguien más: Eduardo Ré, un amigo y compañero del mundo teatral. “Ellos son referentes del teatro desde hace muchos años”. Las charlas van y vienen. Los recuerdos se cruzan y la nostalgia se apodera del lugar. En esas charlas surgió el nombre de Ricardo Listorti, quien trabajó con Alberto y Eduardo allá lejos, en los 80. 

Apareció, también, una obra, “Yerba mala nunca muere”. “El proyecto lo teníamos los tres y al ser yo el más nuevo, me gustó más la idea de que ellos actúen. Quería verlos, ver su experiencia, cómo se manejan… creo que es importante ser espectador además del rol que me toca, que es dirigir” indicó. 

“Hay que saber disfrutar eso” señaló Jorge. “Cuando yo arranqué lo hice como alumno de Beto. El me dirigió y ahí lo conocí a Eduardo, actuando. Creo que esto es algo trascendental, que mucha gente quiere ver. A mí me da un placer enorme trabajar con ellos dos”.

“Tengo muchísimas ganas de hacerlo, de producir, de quedarme todo el tiempo que sea necesario para hacer cosas” señala el otro Pereyra, Alberto, en su irrupción. “Estoy totalmente motivado con proyectos personales, con lo que estamos pensando hacia adelante y además porque sinceramente me siento muy bien. Trabajar con mi sobrino es muy importante porque me remontó a mi historia personal ya que él arrancó haciendo un taller. Que de repente hoy me dirija está muy bueno”. 

 Volver en el tiempo 
“Reencontrarnos fue muy emocionante porque con Beto hace mucho tiempo que no trabajamos juntos” señala el tercero en esta cita, Eduardo. 

 “En 1985 trabajaba en la administración de la Terminal de Ómnibus y hacía dos años que hacía teatro. Una tarde aparece él –por Alberto- con Ricardo Listorti con un libreto y me dicen: ‘queremos que leas esto porque te queremos incluir en un proyecto’. Fue como si Messi y Maradona vienen y te dicen vamos a jugar al fútbol. En ese momento hicimos ‘Hablemos a calzón quitado’, que fue un éxito total”. 

 Volvemos al 2022. Esta vez el acercamiento es de dos Pereyras. “Ahora aparece esta obra. Los personajes son dos personas mayores, de mucha edad, que conviven desde hace mucho tiempo porque son viudos. Dentro de su soledad y preocupación por la vida y por todo, tienen una dependencia muy grande con la medicación. Un día, uno de ellos patea el tablero: ‘de lo que me quede hasta el resto, no quiero tener más dependencia de toda esta historia’. Le propone a su compañero hacer lo mismo. ‘Nos privamos de caminar por la playa, de subir escaleras, de comer chocolates, no tenemos sexo (risas), ¿qué hacemos viviendo con esta dependencia total?’. Ahí se crea un conflicto donde pasan de lo humorístico que tienen todos los diálogos a lo emocional. Todo ese conflicto tiene un mensaje maravilloso de amor, de amistad, de comprensión. Es una obra corta, de no más de 50 minutos, ágil, dinámica y con mucho humor”.  



Eduardo Ré y Alberto Pereyra volverán a trabajar juntos tras más de 30 años. Además, será el reencuentro de Alberto con su sobrino Jorge, encargado de la dirección



El trabajo 
Desde aquel primer y emotivo encuentro hasta hoy, pasaron meses de arduo trabajo. “No nos permitiríamos a esta altura del partido faltarle el respeto a la profesión. Tampoco nos permitiríamos no aprovechar el tiempo. Son dos personajes que requieren mucho trabajo interno” reconoció Alberto. 

Ese trabajo, esta construcción, no se detiene. “La satisfacción más grande es cuando Jorge, que dirige, se ríe mientras ensayamos. Si eso sucede, con el público va a verse más potenciado. Nosotros seguimos improvisando para construir, no paramos”. 

 “Para mí es un placer porque cuando estamos en el ensayo de un proyecto, es otra cosa. Son los actores y para mi es aprendizaje más que nada. Es aprender todo el tiempo. Desde observar, ver una puesta en escena… yo voy aprendiendo de ellos. Tengo miles de ideas, pero creo que estamos los tres igual porque estamos ensayando y cada uno está explotando una idea para ponerla en escena, estamos constantemente trabajando de manera consensuada. Está bueno trabajar en equipo, se disfruta. Como todo artista, el problema más groso es el lugar: dónde ensayar, siempre fue difícil tener un espacio” remarcó Jorge. 

Para Alberto, todo es felicidad. “Tomé la decisión de quedarme, no viajar más. Luego de volver de Paraguay empecé a sentir que me tenía que enraizar, así que cancelé los dos proyectos que tenía para dirigir en Paraguay, cancelé el seminario de Chile, la visita a Panamá, ya vendrá eso. Ahora siento que es tiempo de estar acá”. 

 Una pasión
“Emulando la frase del gran Guillermo Francella, uno puede cambiar de muchas cosas, pero no puede cambiar de pasión. Nosotros tenemos pasión por el teatro. Es algo que no puedo perder” entendió Ré. “Además sentir el apoyo de tu familia es maravilloso, no le pasa a mucha gente”. 

 Esta pasión los une y los llama a llamar. “En una ciudad donde todavía la gente no salió al teatro, queremos reivindicar que el teatro no murió. Debemos apoyar al teatro y a los artistas locales, creo que es el momento de apoyar lo local. Es la manera en que nosotros queremos seguir adelante con nuestros proyectos porque lo que estamos haciendo es cultura”. 

En ese sentido, reconocieron que “nosotros de alguna manera queremos apoyarnos entre colegas. Es momento de que empecemos a vernos, que nos acompañemos. Es importante una unión entre todos, es el objetivo de este proyecto también”. 

 Aquí Alberto Pereyra hace un alto. “Quiero hacer un mea culpa porque durante muchos años estuve muy abocado a la formación y a la dirección y no iba a ver a nadie. Quiero comprometerme a juntarnos. En algún momento tiene que pasar que Tres Arroyos vuelva a tener un movimiento teatral como en algún momento pasó… llegamos a tener seis grupos de teatro activos en los cuales se hacía de todo. Y la gente iba. Ahora todo cambió. Nosotros también somos responsables de que la gente se haya alejado del teatro. Tenemos una necesidad imperiosa de juntarnos, vamos a proponer eso. Cada vez que hagamos una función, va a estar dedicada a un teatrista de Tres Arroyos que haya pasado o este en actividad”. 

Más información
La obra, “Yerba mala nunca muere”, se estrenará el próximo jueves en la sala de teatro “Ricardo Listorti” ubicada en el Centro Cultural La Estación a las 20. Las entradas se pueden adquirir de manera anticipada a través de las redes sociales de los actores o en el mismo centro cultural a un valor de 600 pesos. 

 “Habrá otra función el miércoles 13 de julios en la Biblioteca Campano y tal vez hagamos una en La Casona. Luego iremos por la zona. La idea es poder ir a todas las localidades que tengan un lugar para salir a escena. Después empezaremos a accionar dentro de los centros de jubilados para ayudar a esos lugares y que los abuelos se entretengan”. 

 “Se va a divertir mucho la gente, estamos seguros. Habrá mensajes a través del humor. Gracias los que nos acompañan siempre” finalizaron.